Ejemplos con encendido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La nochebien lo recuerdode aquel Martes Santo en que el canónigo encendido y campechano surgió en la casa de huéspedes, la Pinta se mostró sobremanera comunicativa.
Tenía revuelto y aplastado el pelo, y muy encendido el lado del rostro sobre que reposara, una trenza suelta le descendía por el hombro, y, destrenzándose por la punta, ondeaba en tres mechones.
El comisario civil, de uniforme, encabezaba el duelo, detrás se extendía una reata de mujeres enlutadas, rodeando a la familia, que mostraba el semblante encendido y abotargados los ojos de llorar.
¡Mar, tus olas no se abrieron para tragarme! ¡Quisiste aquellas vidas y no quisiste la mía!¡Si me tragases, mar, y no arrojases mi cuerpo a ninguna playa!¡Si me sepultases en tu fondo y me guardases para ti! ¡No me quisiste aquella noche, y soy más náufrago que esos cuerpos desnudos que bailan en tus olas! ¡Tengo la pobreza y la desnudez y el frío de un náufrago! ¡No sé adonde ir! ¡Si la muerte tarda, pediré limosna por los caminos! ¡Y el mar, aquella noche, pudo caer sobre mi cuerpo, como la tierra de la sepultura, y no me quiso! ¡Ya soy pobre! ¡Todo lo he dado a los monstruos! ¡Mi alma en otra vida, aquella vida de que huyo, también fué un mar, y tuvo tempestades, y noches negras, y monstruos que habían nacido de mí! ¡Ya no soy más que un mendigo viejo y miserable! ¡Todo lo he repartido entre mis hijos, y mientras ellos se calientan ante el fuego encendido por mí, yo voy por los caminos del mundo, y un día, si tú no me quieres, mar, moriré de frío al pie de un árbol tan viejo como yo! ¡Las encinas que plantó mi mano no me negarán su sombra, como me niegan su amor los monstruos de mi sangre!.
Anselmo, mas, a pesar del dominio que tenía sobre sí y sobre su palabra, la emoción que embargaba su ánimo venía a revelarse en su acento, en el brillo de sus ojos y en el encendido color de sus mejillas, pálidas de ordinario.
Estaba excitadísimo y tenía el rostro encendido.
¿Eran estas algo que con la prisa no pudo decir, pero que debió haber dicho, o eran simplemente desvaríos de su cerebro encendido por la calentura? ¡Si creerá esta señora que no hay en el mundo más mujeres honradas que ella! Que se le quite a usted eso de la cabeza.
Pero ni tuvo tiempo de asustarse porque vio entrar a Nicolás haciendo aspavientos de júbilo, el rostro encendido, los ojos chispos, y llegándose a su cuñada le dio un fuerte abrazo:.
Cuando subió a acostarse no tenía ya el rostro encendido, sino de color de cola.

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