Ejemplos con empezó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los muchachos ,- a la calle cuando la banda empezó a tocar.
Rosario empezó a reir de ella misma.
Y ayudado por su mujer y los chicos, empezó a quemar al día siguiente de su llegada toda la vegetación parásita.
Muy duras estaban, pero él, como labriego experto, quería trabajarlas poco a poco, por secciones, y marcando un cuadro cerca de su barraca, empezó a remover la tierra ayudado por su familia.
Después empezó la obra de abajo.
Esparcióse un murmullo de satisfacción en el público, y hasta una vieja empezó a palmotear, gritando ¡vítor! ¡vítor! , entre las risotadas de la gente.
Y con la terrible majestad del padre latino, señor absoluto de sus hijos, más propenso a infundir miedo que a inspirar afecto, empezó a andar seguido por la trémula Roseta, la cual, al acercarse a su barraca, creía marchar hacia una paliza segura.
Cerca aún de la ciudad, salió al camino un hombre que empezó a marchar al mismo paso que ella.
Y enarbolando la caña empezó a repartir sonoros golpes: al uno por el pellizco y al otro por impropiedad de lenguaje , como decía bufando don Joaquín sin parar en sus cañazos.
Su cólera, quebrantada al fin por tan horrible tensión, empezó a desvanecerse, y Batiste, repitiendo su rosario de insultos, sintió de pronto que su voz se ahogaba hasta convertirse en un gemido.
Como animado por tal agresión, todo el corro se lanzó contra el odiado intruso, pero encima de la línea de cabezas empezó a moverse un brazo nervudo empuñando un taburete con asiento de esparto, el mismo tal vez en que estuvo hasta poco antes.
Empezó a anochecer en el profundo barranco, de las charcas surgió un hálito hediondo, la respiración venenosa de la fiebre palúdica.
Y empezó una carrera loca en el profundo cauce, andando a tientas en la sombra, dejando perdidas las alpargatas en el légamo del lecho, con los pantalones pegados a la carne, tirantes, pesados, dificultando los movimientos, recibiendo en el rostro el bofetón de las cañas tronchadas, los arañazos de las hojas rígidas y cortantes.
¿Qué haces? ¡Ya empezó la misa!.
Entonces empezó la murmuración y el hacer trizas a las pobres muchachas.
Perdió bruscamente la afición a aquellas furiosas broncas oratorias por un más o un menos en cualquier punto de Filosofía o de Historia, empezó a creer ridículos los sofocones que se había tomado por probar que , contra la opinión de Gustavito Tellería, el cual sostenía, dando puñetazos sobre la mesa, que lo era.
Empezó entonces para Barbarita nueva época de sobresaltos.
En lo tocante a juegos, no conoció nunca más que el mus, y sus bolsillos no supieron lo que era un cuarto hasta mucho después del tiempo en que empezó a afeitarse.
Aquel encanto de los ojos, aquel prodigio de color, remedo de la naturaleza sonriente, encendida por el sol de Mediodía, empezó a perder terreno, aunque el pueblo, con instinto de colorista y poeta, defendía la prenda española como defendió el parque de Monteleón y los reductos de Zaragoza.
Baldomero y Arnaiz, Gumersindo empezó a traer batistas finísimas de Inglaterra, holandas y escocias, irlandas y madapolanes, y cretonas de Alsacia, y la casa se fue levantando no sin trabajo de su postración hasta llegar a adquirir una prosperidad relativa.
Pasados algunos días, cuando ya Estupiñá andaba por ahí restablecido aunque algo cojo, Barbarita empezó a notar en su hijo inclinaciones nuevas y algunas mañas que le desagradaron.
Y lo que Barbarita no dudaba en calificar de encanallamiento, empezó a manifestarse en el vestido.
Fuerte en la conciencia de su triunfo presente, Jacinta empezó a sentir el desconsuelo de no someter también el pasado de su marido, haciéndose dueña de cuanto este había sentido y pensado antes de casarse.
Segunda empezó por presentarse todos los días en la tienda de la Concepción Jerónima, y armar un escándalo a su hermano y a su cuñada.
Juanito la sentó sobre sus rodillas y empezó a saltarla como a los niños cuando se les hace el caballo.
El trote largo en que la llevaba su marido empezó a molestar a Jacinta, que se desmontó y se fue a la silla en que antes estaba.
Por aquí empezó a enredarse la conversación hasta recaer otra vez en el.
Y de tal modo se iba enseñoreando de su alma el afán de la maternidad, que pronto empezó a embotarse en ella la facultad de apreciar las ventajas que disfrutaba.
Pepe Rey acercó una silla y apoyando en el mismo lecho el codo y en la mano la cabeza, empezó su conferencia, consulta, exposición de plan o lo que fuera, y habló larguísimo rato.
Con la muerte del esposo de Perfecta se acabaron los sustos en la familia, pero empezó el gran conflicto.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba