Ejemplos con egolatría

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este largo camino que se ceñía a la norma establecida en su profesión parece ser la causa para que en más de una ocasión expresara aquella divisa de la que solía hacer gala: Si uno quiere hacer algún cambio importante en el país, hay que obtener el poder, pero no obtenerlo por sí mismo -lo que sería simple egolatría y ambición-, sino para cambiar las cosas y, ya una vez instalado allí, y con el respaldo de un impoluto prestigio ganado día a día, entonces sí emprender en cualquier real y profundo cambio que ya será posible y con el respaldo del consenso público, con lo que tendremos un éxito indudable y beneficioso para los más desfavorecidos de nuestro país.
En su poesía puede leerse la expresión de su personalidad, siendo notorios en ella la confusión de sentidos, el delirio, además de cierto narcisismo y egolatría, intentando expresar su yo disperso, revelando una profunda incapacidad para asumir su vida como adulto consistente.
Consciente el propio pontífice de que el pueblo romano no habría de erigir una estatua en su memoria una vez fallecido, se la dedicó él mismo en vida en la cima del Capitolio, no debió contar con que los oprimidos ciudadanos de Roma ni pensaban ofrendársela, ni estaban dispuestos a tolerar un acto de egolatría de aquella naturaleza, y les faltó tiempo para echar la estatua a tierra en cuanto hubieron echado tierra sobre su titular.
La personalidad de Helmut oscila entre la egolatría, frustración, resentimiento y compasión, inicialmente su perfil era siniestro y bastardo, Lewis lo modificó.
En llegando a la edad de los negocios, cuando ocupa ya en la sociedad una posición independiente, cuando ha adquirido cierta reputación merecida o inmerecida, cuando se ve rodeado de consideración, cuando ya tiene inferiores, las lisonjas se multiplican y agrandan, los amigos son menes francos y menos sinceros, y el hombre abandonado a la vanidad que dejó desarrollarse en su corazón sigue cada día con más ceguedad el peligroso sendero, hundiéndose más y más en ese ensimismamiento, en ese goce de sí mismo, en que el amor propio se exagera hasta un punto lamentable, degenerando, por decirlo así, en egolatría.
La cotidiana y despiadada pobreza no le había permitido realizar la mayoría de sus deseos: Progreso para su familia, ascenso de sus hijos a la fama, no para sembrar discordias, sino todo lo contrario, decía, para esparcir las ideas que su progenitor les había inculcado: Sean bondadosos, compasivos, amables, gentiles, caritativos, humildes, sencillos, alejados de la estúpida egolatría, de la torpe presunción, de la cretina fatuidad, de la imbécil manía de sentirse superior, aunque en el fondo se reconozca que se es peor de lo que se predica ¡Ah! ¡Cuánta felicidad a la hora del desayuno! ¡Con qué inmenso afán les comunicó a sus hijos y a su esposa el bello sueño de aquella larga espera de la noche al día!.
Por eso tienes que desarrollar la voluntad de cuidarlo y así, sin que sea egolatría, aprender a amarlo.
Como la humanidad se había venido destruyendo día tras día, devorada por las ambiciones, la egolatría y los estupefacientes hasta la gran explosión final que los llevó a la aniquilación, el instante del gran salto había llegado.
Tal parece que la egolatría, la codicia, la barbarie, el odio, triunfarán.
—Me parece que en ese aspecto le he hecho a usted justicia —comenté, algo fríamente, porque me repugnaba la egolatría que, como había observado más de una vez, constituía un importante factor en el singular carácter de mi amigo.

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