Ejemplos con efluvios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tiene estructura tripartita, con las secciones extremas plenas de efluvios amorosos, mientras que la central tiene un contrastado sentido dramático.
Chardonnay, uva blanca fina y de raza permite obtener de los vinos del Bugey efluvios afrutados y floridos.
Salí de la taberna y eché a correr por el camino, el viento contrario me impedía avanzar, un viento húmedo cargado con efluvios de mar.
La atmósfera de la cerrada habitación era de estufa: flotaban en ella espirituosos efluvios de bebidas, vaho de suculentos manjares, y el calor uniforme, apacible de la chimenea, y el leve aroma resinoso de los ardidos leños.
Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre.
Puertas y ventanas estaban abiertas, dejando entrar a chorros, junto con el sol, un aire cargado de efluvios de vegetación caliente.
Sus ojos soltaban efluvios de dicha, tenían el brillo suave y misterioso de los luceros en las noches serenas de invierno.
Una voz tomada la posición, dirigía en línea recta los efluvios magnéticos de sus ojos hacia el sujeto pasivo del experimento, que de vez en cuando levantaba hacia él los suyos con expresión de asombro.
Pero esas buenas fortunas, que en el primer instante llenan el corazón de los efluvios trastornadores de la primavera, y dan al hombre la autoridad confiada de quien posee y conquista, esos amoríos de ocasión, miel en el borde, hiel en el fondo, que se pagan con la moneda más valiosa y más cara, la de la propia limpieza, esos amores irregulares y sobresaltados, elegante disfraz de bajos apetitos, que se aceptan por desocupación o vanidad, y roen luego la vida, como úlceras, solo lograron en el ánimo de Juan Jerez despertar el asombro de que, so pretexto o nombre de cariño, vivan hombres y mujeres, sin caer muertos de odio a sí mismos, en medio de tan torpes liviandades.
Este se había fugado dejando en las paredes efluvios de su espíritu.
Tenía que ver a los Ansúrez, para quienes traigo un pliego de , érame preciso, por imperiosa necesidad de mi espíritu, visitar a Lucila, reanudar con ella un melindre de amor interrumpido por mi viaje a Marruecos, o mejor dicho, consolidar una inteligencia de corazones, que sólo se había manifestado con vagos efluvios traídos y llevados de rostro en rostro por el mirar, y de alma en alma por palabritas eutrapélicas.
El mayor, en la edad crítica de los efluvios imaginativos, no hacía gran caso de los sermones paternos, creyéndose con toda sinceridad incapaz de seguir por la juiciosa senda.
Jamás Viena corriendo hacia el Práter, Berlín hacia el Linden, París hacia el Bosque, habían presentado espectáculo tan original y pintoresco como el que ofrecía a la puesta del sol aquella inmensa avalancha de trenes lujosísimos, la mayor parte descubiertos, atestados de mujeres de todos tipos, de todas edades, con trajes de colores vivos, mantillas blancas o negras, peinetas de teja y flores en la cabeza, en el pecho, en las manos, en los asientos y portezuelas de los coches, en las frontaleras de los caballos y en las libreas de los cocheros, confundiéndose, sin atropellarse, en aquella baraúnda ordenadísima, carruajes, caballos, jinetes, arneses, prendidos, libreas, cocheros con la fusta enarbolada, lacayos con los brazos cruzados, retintines de bocados y crujidos de látigos, efluvios de primavera y perfumes de tocador, olor a búcaro de la tierra recién regada, y fragancia de lilas, azucenas y violetas, envuelto todo como en una gasa en un polvillo fino y brillante, iluminado todo con golpes de luz bellísimos por los reflejos del sol poniente, que penetraba por entre las copas de los árboles, haciendo brotar resplandores de incendio en la plata de los arneses, los botones de las libreas y el herraje de los coches.
En torno de las sienes calvas, con la amarillez del marfil viejo, se marchitan las coronas de rosas, y en la medrosa concavidad de las órbitas vacías, en vez de las pupilas bañadas de efluvios amorosos, brilla la pálida fosforescencia de las larvas inquietas.
El viento huracanado y raudo roba brutalmente su perfume a las flores y lo esparce sin disfrutarlo, en cambio el aura suave, el céfiro que dicen los poetas, vuela apacible y manso sobre los plantíos y aspira voluptuosamente sus delicadísimos efluvios.
Las fuerzas le faltaron, y mientras los alegres ruidos de la fiesta, convertidos en voces misteriosas por la fantasía, le llamaban queriendo embriagarle con efluvios de desconocidos placeres, dio en tierra rendido y sin aliento.
La luz tranquila, que caía como una caricia sobre cuanto iluminaba, parecía hacer visibles a los ojos del espíritu el silencio y la soledad de aquella estancia, y ese excitante aroma desprendido de cuanto usa la mujer hermosa y limpia impregnaba la atmósfera de efluvios como formados con emanaciones de flores extrañas y aliento de bellezas soñadas.
Pero en el silencio de la noche, cuando todos dormían, tras el bullir de las cenas o el trajín de los bailes, Lázaro con la cabeza entre las manos, caído a sus pies el libro de rezo y rota la oración en los labios, sentía el alma movida de esos misteriosos efluvios que nunca engendra la piedad religiosa, porque solo brotan cuando saboreamos la esperanza de la propia ventura.
Los cuerpos odoríferos continuarán existiendo, y hasta enviando a nuestro órgano los efluvios que antes producian la sensacion del olor, no habrá mas novedad que la no existencia de esta sensacion: faltará en nuestros órganos la disposicion para recibir la impresion necesaria, o habrá desaparecido del universo una causalidad: mas nó una cosa representada por la sensacion.
El olor tampoco nos cuesta trabajo considerarle como una sensacion dimanada de la accion de los efluvios de un cuerpo sobre el órgano del olfato, así como el sonido dejamos de considerarle cual una cosa inherente al cuerpo sonoro, y no vemos en él mas que la impresion causada en el sentido por la vibracion del aire, conmovido a su vez por la vibracion del cuerpo sonoro.
Se portaría como hija, y aún más, porque las hijas no prestan cuidados tan íntimos, no ofrecen su calor juvenil, los tibios efluvios de su cuerpo, y en eso justamente creía don Fortunato encontrar algún remedio a la decrepitud.
mujer que flotan en el aire, cargado de efluvios de lascivia y de.
Yo no quería que me sorprendiera la noche entre aquella chusma hedionda, cuyo cuerpo contaminado por el uso de la carne de yegua, exhalaba nauseabundos efluvios, regoldaba a todo trapo, cada eructo parecía el de un cochino cebado con ajos y cebollas.
Así llegaron a Peleches, en cuyo saloncito de labor, o mejor dicho, estudio de Nieves, con las puertas del balcón abiertas de par en par para que entrara a borbotones el nordeste que corría, saturado de los efluvios de la mar, fueron recibidos por los señores de la casa y por don Claudio Fuertes, que también estaba convidado a comer.
La delicada operación iba trastornándole un poco, al respirar los efluvios de la belleza de Leonor.
Y bajo la manta que les cubría y les prestaba calor y abrigo a medias, los efluvios de la juventud, la necesidad de querer, se insinuaban riéndose del escarmiento.
Tenemos, pues, un kilómetro cúbico lleno de este fluído tenue, desleído en el aire como perfumes ó efluvios.
Y entonces ella sintió que su cuerpo y su alma se llenaban de sol, de efluvios poderosos y de vida.
No sé qué ambiente luminoso y embriagador la rodeaba, no sé qué efluvios sutiles, delicadísimos, se desprendían de su cuerpo joven, perfumado, libre y suelto como el de las estatuas helénicas dentro del amplio plegazón del ropaje.
Ved de qué modo los efluvios de la Fe, animan a los oprimidos y convierten las prisiones en templos.

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