Ejemplos con doblan

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, llevado por el entusiasmo de sus hombres, Cuesta decide cruzar el puente y atacar a las fuerzas francesas, que les doblan en número.
En las puertas de los templos -escribe un poeta coetáneo- amanecen con la aurora los muertos de cinco en cinco, y de seis en seis los doblan.
Los que pasan a su lado doblan la rodilla ligeramente, como hacen los visitantes en la iglesia cuando pasan por delante del altar.
Se doblan los extremos, aplastando los bordes.
También son especialmente notables las exhibiciones de mentalismo que realiza en su segunda mitad: cubiertos que se doblan por el poder de la mente, telequinesia y adivinación de cartas elegidas por los espectadores.
Las cantidades de los botes doblan en ciertos puntos durante la semana.
Después de cuatro meses, sus orejas ya son muy rígidas y no se doblan más.
Las frecuencias se doblan en general en las horas puntas.
De igual modo, cuando la onda sonora incide sobre el diafragma, las placas se doblan y generan tensión eléctrica.
Poco a poco, a impulsos del hacha y de la sierra, fueron desapareciendo los copudos y grandes castaños de hojas anchas y frescas con sus torsos retorcidos de piel rugosa, los gigantescos robles que habían renovado sus hojas picadas más de trescientas veces, los nogales que parecen enormes plantas de albahaca, los jugosos pomares, cuyas ramas se doblan hasta dejar delicadamente el fruto en el suelo, y otros árboles de arraigo y respetabilidad en el país.
, pero no sé si la presencia de tanto escudo de armas como adornaba las esquinas, las fachadas, las puertas, los canceles, los balcones y las rejas de templos, colegios y palacios, o si lo bien conservados que se veían hasta los más menudos detalles arquitectónicos de cada página de piedra, o si la índole y forma cristianas de aquellos monumentos, les hacían aparecer vivos, subsistentes, militantes como las cerradas ermitas que conservan su campana, como los mudos conventos en cuya portería arde por la noche una luz ante la imagen de María, o como los desnudos árboles del invierno, cuando se ve que sus ramas se doblan, pero no se quiebran, al impulso de los huracanes.
El Padre, puesto de rodillas, rezaba en silencio, la mirada fuertemente contenida dentro de los párpados, como el prisionero a quien se doblan los cerrojos de su calabozo.
Las velas mayores, arriadas a un tercio de los palos, gimen con angustia, las menores se estiran como si fueran a estallar, los palos se doblan, el maderamen gime, los patrones han de echar todo el cuerpo sobre la caña del timón para que el timón obedezca, el cielo se ha vuelto carbón, el mar tinta, el huracán da contra la lona manotazos de tigre.
Mas ¡ay!, que Pipá era de los que se rompen, pero no se doblan.
-Pero, hombre, ¿y ese cuello más lacio que un sauce llorón? ¿Y esos dos ojos mortecinos? ¿Y esos corvejones que se doblan?.
se levantan, se doblan.
Pedro dirige la vista al valle, y sus ojos se convierten en dos fuentes de lágrimas, y sus rodillas se doblan, y sus labios rezan, confundiendo el nombre de dos mujeres con el nombre de Dios.
Pero si a todo acierto se le debe estimación, a los repentinos, aplauso, doblan la eminencia por lo pronto y por lo feliz.
Siempre la afectación fue enfadosa, pero en el gracejo, intolerable, porque sumamente enfada y, queriendo hacer reír, queda ella por ridícula, y si comúnmente viven desacreditados los graciosos, cuánto más los afectados, pues con su frialdad doblan el desprecio.
Toda prenda campea mucho en el varón grande, y más, cuanto mayor, porque, juntas entonces la grandeza del realce y la del sujeto, doblan la perfección.
Se clama porque se aumenten los presidios, se doblan las policías y nada se hace para aminorar la ignorancia, la miseria, la explotación, con las cuales las cárceles serán siempre insuficientes.
cabezas que se doblan a cojines de abismo,.
—Veo las piedras que pasan y las ramas que se doblan.

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