Ejemplos con diligentes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mientras que mantuvo posturas ateas durante la Era Soviética Nazarbayev ha hecho esfuerzos diligentes por mostrar su herencia musulmana haciendo el Hajj y ayudando a la renovación de Mezquitas al mismo tiempo que haciendo esfuerzos por combatir el terrorismo islámico internacional en Kazajistán.
Medianos fortecores: Organizados, disciplinados y diligentes, defienden su patria contra todo tipo de invasores y valoran los enfrentamientos atléticos.
Realiza diligentes exploraciones, acumulando una inmensa colección de moluscos, publicando varios artículos con descripciones de nuevas especies.
Y desde el opuesto hemisferio, una fila semejante emprendía el regreso, moviéndose todos como un rosario de diligentes hormigas en la infinita llanura atlántica.
Crujían en los camarotes las cerrajas de las maletas, desatábanse correas y paquetes, abandonaban las ropas sus encierros, y las manos diligentes sacudían pliegues y ordenaban piezas con toda calma, sin miedo al vahído del cansancio y a la movilidad que arroja personas y objetos de un ángulo a otro de la inquieta habitación.
Gracias a usted, repito, y a esta hermosa dama cuyas manos diligentes me ayudaron a subir, y Dios se lo pague, pude meterme en este coche zaguero, y salva estoy aquí, aunque todavía no reparada del grave susto ¡ay de mí!, ni del sofoco de estos cansados pulmones.
Antes de media hora, ya los diligentes esclavos cuidaban de , y yo me entregaba al piadoso rezo en el Libro Santo, comenzando la serie de lecturas que habían de producir el desate de los fatídicos nudos del sortilegio.
En nuestros días, los documentos descubiertos por diligentes investigadores en los archivos de Palacio y de Simancas, han demostrado con el seco lenguaje de los papeles oficinescos que los que otorgaron al Rey el papel de mecenas, incurrieron en gran exageración.
Para que tus ensueños sean reales, quiera Dios que te visiten espectros, que te rodeen telarañas, que tengas por ropita un sudario y un capuz, que oigas responsos y , que a las rejas de tu cárcel se asomen los simpáticos murciélagos, y por las grietas del suelo penetren los diligentes ratones para cantarte lay el , únicas trovas que cuadran a la insulsa canturria de tu romanticismo.
Me parece que veo a la anciana y a la joven muy diligentes y afanosas, oyendo atentamente los sonoros versos.
También era muy de su gusto que la pusieran en la cocina a las órdenes de la hermana cocinera, y era de ver cómo fregaba ella sola todo el material de cobre y loza, mejor y más pronto que dos o tres de las más diligentes.
Seguían las con cierto orden, las más diligentes dando prisa a las perezosas.
Fue como una concesión a las ideas malas que con tanta presteza surgían de su cerebro, como salen del hormiguero las hormigas, en larga procesión, negras y diligentes.
La legislación eclesiástica se había apresurado a llenar el vacío que en la sociedad existía, suministrándole aquellos diligentes órganos, había creado una clase parásita con objeto de consumir el exceso de la cuantiosa renta del clero, y como no le dio ocupación secular ni canónica, esta clase se consagró a menesteres no siempre dignos, como traer y llevar recados, dirigir las modas, enseñar música y cantarla en las tertulias, componer versos ridículos, disponer el ceremonial de un bautizo, de una boda, de un entierro: buscar amas de cría y bordar en cañamazo, cuando las circunstancias lo exigían.
Fitz-Roy y King, recien anunciada en Inglaterra, sobre la Costa Patagónica y el Estrecho de Magallanes, por ser el producto de muchos años de diligentes é ilustradas investigaciones.
Los marineros son gente gentil é inurbana, que no sabe otro lenguaje que el que se usa en los navíos: en la bonanza son diligentes, y en la borrasca perezosos, en la tormenta mandan muchos y obedecen pocos, su Dios es su arca y su rancho, y su pasatiempo ver mareados a los pasajeros.
Los arrieros son gente que ha hecho divorcio con las sábanas y se ha casado con las enjalmas, son tan diligentes y presurosos, que a trueco de no perder la jornada, perderán el alma, su música es la del mortero, su salsa la hambre, sus maitines levantarse a dar sus piensos, y sus misas no oir ninguna.
Todo esto digo, alta y preciosa señora, porque me parece que la estada nuestra en este castillo ya es sin provecho, y podría sernos de tanto daño que lo echásemos de ver algún día, porque, ¿quién sabe si por ocultas espías y diligentes habrá sabido ya vuestro enemigo el gigante de que yo voy a destruille?, y, dándole lugar el tiempo, se fortificase en algún inexpugnable castillo o fortaleza contra quien valiesen poco mis diligencias y la fuerza de mi incansable brazo.
Llegaron los diligentes a los perezosos y saludáronse cortésmente, y uno de los que venían, que, en resolución, era canónigo de Toledo y señor de los demás que le acompañaban, viendo la concertada procesión del carro, cuadrilleros, Sancho, Rocinante, cura y barbero, y más a don Quijote, enjaulado y aprisionado, no pudo dejar de preguntar qué significaba llevar aquel hombre de aquella manera, aunque ya se había dado a entender, viendo las insignias de los cuadrilleros, que debía de ser algún facinoroso salteador, o otro delincuente cuyo castigo tocase a la Santa Hermandad.
Los cocineros y cocineras pasaban de cincuenta: todos limpios, todos diligentes y todos contentos.
Deslizóse a lo largo de las tapias, y muy arrimadita a ellas, encorvado el espinazo y muy diligentes los pies, en un credo llegó a la guarida de don Sotero, alzó la aldabilla de la puerta y entró.
Otros se ocupaban en conducir a algunos a quienes ya se les iba introduciendo la forma cadavérica por las narices adelante, y otros muy diligentes ejercitaban su caridad e inteligencia médica en dar alivio a los lastimados.
Las Musas, las señoras Musas, llenas de colerilla y deseos de venganza, eran las más diligentes en procurar la destrucción de la infeliz gavilla de los autorcillos.
Frígilis prefería mojarse a campo raso, y arrastraba consigo a Quintanar lejos de Vetusta, cerca del mar, a las praderas y marismas solitarias de Palomares y Roca Tajada, donde fatigaban el monte y la llanura, persiguiendo perdices y chochas en lo espeso de los altozanos nemorosos, y en las planicies escuetas, melancólicos y quejumbrosos alcaravanes, nubes de estorninos, tordos de agua, patos marinos, y bandadas obscuras de peguetas diligentes.
Gente suelta, plática en el campo, mostrada a sufrir calor, frío, sed, hambre, igualmente diligentes y animosos al acometer, prestos a desparcirse y juntarse.
Todo lo fisgoneaban, todo lo sabían y todo lo conocían por adentro y por afuera, por arriba y por abajo, los diligentes revisteros, y de todo escribían sin tregua ni descanso, sin calo ni medida, mojando la áurea pluma en «ámbar desleído» y sahumando el papel con nubes olorosas de mirra y algalia del Oriente.
La verdad es que con aquellos atalajes y aquel cortejo que le envolvía y escuchaba y le seguía en cada parada, en cada discurso y en cada vuelta por el andén, el mozo parecía amo, jefe y director de todo aquello, y más lo pareció cuando, por aproximarse la hora de la cita, comenzaron a llegar hasta los menos diligentes de los invitados, y él a salir a su encuentro para hacerles agasajo y cortesía, según las prendas y merecimientos de cada uno.
El parasismo de la infeliz señora fue largo, y dio mucho cuidado a sus diligentes enfermeras, pero al cabo cedió a los remedios y sobre todo a su robusta naturaleza.
-¡Pecho al agua, caballeros, que es medio día! -gritó al fin un valiente, dando un brinco y abriendo de par en par el balcón, a fin de que los menos diligentes perdiesen toda esperanza de dormir algo.
»ABEN-HUMEYA, que dormía acompañado en otro aposento aparte, no fue tan presto avisado, y cuando acudió a la fuga, ya los diligentes soldados cruzaban por debajo de la ventana, por manera que, si se arrojara como los otros, no pudiera dejar de caer en sus manos.

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