Ejemplos con desprecian

Muchos lo aprecian y otros lo desprecian pero puede ser un buen o mal hombre según sea tu responsabilidad con la gente.

Para solucionar este último inconveniente se desprecian las interacciones entre átomos.

Como una característica general de La Bioenergética, esta solo se interesa por los estados energéticos inicial y final de los componentes de una reacción química, los tiempos necesarios para que el cambio químico se lleve a cabo en general se desprecian.

Sin embargo, se desprecian los estudios de Woodrue, y se le retira de la investigaión.

Se alimentan solo de carroña lo que los hace muy impopulares ante otras razas que los desprecian por sus hábitos alimenticios, y se les desdeña como tontos y lentos.

En ocasiones los cruceños consideran que los estadounidenses del continente les desprecian y tratan de imponerles sus modas y estilos de vida sin respetar las tradiciones locales de la isla.

Así que me he puesto fuera de su alcance, saliendo de una casa que dominaban y viviendo entre gentes que les desprecian, nada pueden contra mí.

Y luego venían los , gente simpática y buena, pero sin seriedad ni sentido práctico, los calaveras, los que tienen talento, pero maldito en lo que lo emplean, los artistas que hacen cosas muy bonitas que no sirven para nada, los que desprecian el dinero llegando a la vejez sin salir de pobres.

Te amo, Sagrario, somos dos fugitivos de la sociedad que deben hacer su camino juntos, a mí me detestan por peligroso, a ti te desprecian por impura: la desgracia nos empuja.

Se piensa a todas horas en el pasado, y sin embargo, se desprecian sus restos.

Los hombres son así: lo que tienen lo desprecian, y lo que ven guardado con llave y candados, eso, eso es lo que se les antoja.

Tu primo no viene ya, nos desprecia como nos desprecian todos los nacidos, porque somos pobres, porque estamos deshonrados, porque somos una vil escoria.

Y esto me consta porque siento esparcirse sus cenizas y rugir de ira sus espíritus cada vez que las turbas los invocan como herederos de sus glorias, siento con cuánta saña y con qué valor desenvainarían el ya roñoso sable para romper todo círculo de parentesco con un pueblo iluso y deslumbrado que pisa y profana lo que ellos más veneraron, con unos próceres que hacen de la deslealtad y de la sedición un título de gloria y arrojan e insultan al Dios y al monarca propios, para brindar la nación entera a los derviches de Mahoma y a un príncipe extranjero, que la desdeñan porque la desprecian.

Lo desprecian, lo ensucian con el cieno,.

Hasta en esto, dije para mis adentros, los bárbaros pueden darles lecciones de humanidad a los que les desprecian.

Por esto, Simmias, lo que se ha denominado la fortaleza, ¿no es peculiar de los filósofos? Y la temperancia, de la que el gran número no conoce más que el nombre, esta virtud que consiste en no ser esclavo de sus deseos, sino en sobreponerse a ellos y a vivir con moderación, ¿no es propia más bien de aquellos que desprecian sus cuerpos y viven en la filosofía?.