Ejemplos con depositario

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Giorgio llegó a ser el depositario legal de los derechos y bienes de James Joyce, y después lo fue su hijo, Stephen Joyce.
Iberclear es el Depositario Central de Valores español encargado del registro contable y de la compensación y liquidación de los valores admitidos a negociación en.
La implícita conclusión de Salustio es que tanto uno como el otro, tanto una actitud como la otra, son esenciales para la supervivencia de la Res publica: si César es quien resulta capaz de dar esplendor al Estado, Catón aparece como el depositario de los valores de la antigua tradición de los Quirites a los que Salustio no desea renunciar.
Inocencio durate su capitolio eclesiástico sabía encontrar una salida a cualquier situación por desfavorable que fuera, sabía tocar los registros, desde el halaga hasta la amenaza, desde la suavidad más blanda hasta la más inflexible dureza, desde el entusiasmo arrebatador hasta el cálculo más frío, para vencer al enemigo, y todo ello sustentado por una grandiosa entrega a sus funciones, considerando el depositario de la tiara como mediadro entre dios y el hombre: Menos que Dios, pero más que hombre.
Hay que añadir el depositario de aguas descompuestas de Los Patios y de la misma ciudad de Cúcuta.
Desde entonces, el Gobierno de Francia es el depositario de la Convención y de los instrumentos de adhesión.
Detentora del segundo mayor acervo documental y bibliográfico del país sólo atrás de la Biblioteca Nacional de Rio de Janeiro , la BMA es por excelencia el órgano depositario de todos los registros histórico-culturales de la ciudad de São Paulo.
El palacio de Clavería, como su propio nombre indica, fue construido por la poderosa Orden de Calatrava, como residencia del clavero, una de las altas dignidades de la orden, y que era el depositario de las llaves de la orden y del cercano castillo de Calatrava la Nueva.
Las actividades que deben participar en nombre del gobierno federal a un depositario de los impuestos recaudados, haciendo préstamos a corto plazo al gobierno para cubrir real o potencial de las diferencias de ingresos temporales, que actúa como un sitio para la celebración de las dos entradas y salidas de dinero.
Tenía dos alcaldes, uno de Ibeas y otro de Santa Cruz, dos procuradores, un depositario clérigo, un escribano, más los llamados Junteros que eran uno por cada localidad.
Jaime no era más que un depositario, amenazado con la cárcel en caso de infidelidad en su custodia.
Y después de un momento en que consagraba mi alma al culto absoluto de mis recuerdos de niño, por una transición lenta y penosa, me trasladaba a México, al lugar depositario de mis impresiones de joven.
Y este animal, que, enloquecido por lo que considera amor, tiene en el momento supremo de su dicha movimientos simiescos, gesticulaciones demoníacas, zarpazos de fiera, es el más noble de la creación, el único depositario de la verdad.
Unos amigos hablaron seriamente de ir al camarote de Nélida para traerla a la fiesta y darle una paliza al hermano, proposición que puso foscos al belga y al alemán, como si cada uno por su parte se creyese el depositario del honor de la muchacha.
¿Quién sino yo podía comprenderla en este lugar, entre gente zafia y villana? ¿Quién ordenar y aclarar sus vagos ensueños? ¿Quién interpretar los enigmas? ¿Quién señalarle el blanco adonde importaba dirigir oraciones y suspiros, para que no fuesen como mal disparadas saetas que se pierden en el aire y acaban por dar en tierra, sin llegar a herir dicho blanco? ¿Quién acabar de abrir a su razón, ansiosa de verdad, el recinto misterioso de las más sublimes doctrinas? ¿Quién declararla el por qué y el cómo de las cosas, hasta donde es posible saberlo? ¿Quién servir de guía a su espíritu en sus vuelos audaces, cuando subía por cima de todo lo natural y creado, anhelante de tocar a la inaccesible, eterna e inexhausta fuente de donde mana? En suma, yo me lisonjeé de ser su maestro, su amigo, el depositario de sus ideas, el que oyese, moderase y avivase o templase a su placer las palpitaciones profundas de su corazón entusiasta.
Ahora, en el momento presente de nuestra historia, la hallamos sentada junto al pupitre, que es el confidente único de sus planes y el depositario de sus cuentas numéricas con los aldeanos, y de sus cuentas morales con Dios y la sociedad.
¡Oh bellaco villano, mal mirado, descompuesto, ignorante, infacundo, deslenguado, atrevido, murmurador y maldiciente! ¿Tales palabras has osado decir en mi presencia y en la destas ínclitas señoras, y tales deshonestidades y atrevimientos osaste poner en tu confusa imaginación? ¡Vete de mi presencia, monstruo de naturaleza, depositario de mentiras, almario de embustes, silo de bellaquerías, inventor de maldades, publicador de sandeces, enemigo del decoro que se debe a las reales personas! ¡Vete, no parezcas delante de mí, so pena de mi ira!.

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