Ejemplos con dejaras

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sería preciso que te dejaras construir de nuevo.
Me gustaría que te dejaras aconsejar de mí, y me contaras todo lo que has hecho y lo que piensas hacer.
Hícele yo la misma pregunta que tú me haces ahora, y como le viera en gran perplejidad para responderme, le dije: Lástima que al a Fernando nos dejaras aquí a su dichoso hermanito.
Ha sido un gran bien que dejaras a Gracia, para que así luzca más espléndidamente su excelsa virtud.
¡Ay, Restituta! Bien te dije que no dejaras de encender la vela al santo patrono.
Todavía respondió don Quijote, si tú, Sancho, me dejaras acometer, como yo quería, te hubieran cabido en despojos, por lo menos, la corona de oro de la Emperatriz y las pintadas alas de Cupido, que yo se las quitara al redropelo y te las pusiera en las manos.
De cuando en cuando costea novenas y alguna que otra función, pero sin pasar de ahí ni abrir tu puerta a los señores de hábito negro, los cuales, si les dejaras, pronto imperarían en ti y en tu casa.
-Ya que no puedo ser papá -dijo torpemente-, no creo que tú me dejaras ser el bebé, ¿verdad, Michael?.
-Yo diría que mejor lo dejaras.
Cierto será dichoso y muy bienaventurado aquel que tú dejaras tocarte a lo menos con el dedo.
que te obligaban a ausentarte causas incontrastables, no hirieras tanto mi corazón, me dejaras.
-¡Imbécil! ¿No te he mandado que me dejaras dormir?.
Sería preciso que te dejaras construir de nuevo.
Me gustaría que te dejaras aconsejar de mí, y me contaras todo lo que has hecho y lo que piensas hacer.
Ha sido un gran bien que dejaras a Gracia, para que así luzca más espléndidamente su excelsa virtud.
Al oír este discurso, el rey besó a su esposa entre los ojos, y le dijo: ¡Oh encantadora Flor-de-Granada! ¡oh oriunda del mar! ¡oh maravillosa! ¡oh princesa, luz de mis ojos! ¿qué maravillas acabas de revelarme? ¡Si un día me dejaras, aunque no fuese más que por un instante, moriría yo en el mismo momento ciertamente!.
Martina -le dijo después con seriedad-, ya sabes que primero es la obligación que la devoción, y por eso yo, aunque me corría priesa, bien lo sabe Dios nunca quise que dejaras a doña Beatriz.
«Sí, Álvaro, si tú me dejaras me volvería loca de fijo, tengo miedo a mi cerebro cuando estoy sin ti, cuando no pienso en ti.
y, créelo, Solita, muchas cosas más que yo haría si me dejaras en paz y en gracia de Dios, libre de refunfuños y sermones, si tuvieras fe en mí, si jamás te acordaras de preguntarme dónde he estado, de dónde vengo y adónde vamos, porque soy de un temperamento tan especial, que los mejores propósitos se me evaporan si me preguntan por ellos antes de realizarlos, y en fin, Solita, porque mucha de la estimación en que tenemos a una persona, consiste en el buen concepto que ella forma de nosotros.

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