Ejemplos con déjale

Fortunata volvió a sentir terror, y al ver que Maxi alargaba las manos hacia donde estaba el pequeñuelo, las apartó con las suyas, diciendo: Otro día le verás Déjale está dormido y me le vas a despertar.

Déjale que se divierta y que la corra.

-No, déjale, Perico: ¿de qué vale despachurrar a este bicho?.

A ése se le ha metido en la cabeza mandarte y celarte, déjale seguir su capricho, mujer, haz que le das gusto, no le deseches de una vez, sonríete con él, por lo menos mientras se muestra dadivoso, y gozarás y vivirás hasta ponerte vieja.

Déjale, Cristina, que en estremo gusto de ver su agilidad.

— ¡Por Dios, Martín ¡Déjale! --gritó Catalina--.

-Déjale, Ignacio -dijo el anciano, guardando su pipa con triste resignación-.

Déjale, que ya sabemos todos los de casa lo que debemos esperar de tu hermano.

Déjale en libertad, que en el campo no falta nunca algo que mantiene a los pájaros.

Y he aquí que en la vecindad había leñadores, que dijeron a la madre un día: Compra a tu hijo un asno, cuerdas y un hacha, y déjale ir a cortar leña a la montaña con nosotros.

La vieja contestó: ¡Pues déjale conmigo mientras vas y vienes! Y la esclava se guardó la moneda falsa y entregó el niño a la vieja para subir inmediatamente a cumplir su encargo.

Déjale que se remedie el pobre, y que mire por su vicio.

El mono contestó: Déjale que vuelva al agua.

¡Déjale estar, que ya le daré yo ejercicios y buenos pases de la teología más sutil! Las impresiones que me ha traído Sabas, y que te transmito, son excelentes.

? Déjale que respire, pobre muchacho.

Déjale que pegue.

-No son tan falsos como a ti se te figura, pero, aunque lo fueran, eso es el alta del oficio: con que, o déjale, o desempéñale con valor como yo le voy a desempeñar en lo más grave.

Si bajo la misma tienda que te alberga y en tu mismo país llega a habitar un rostro desagradable, sólo una determinación has de tomar: déjale tu tienda y tu país y apresúrate a marcharte!.

Si bajo la misma tienda que te alberga y en tu mismo país llega a habitar un rostro desagradable, Sólo una determinación has de tomar: ¡déjale tu tienda y tu país y apresúrate a marcharte!.

Dime, Laertes, ¿por qué estás tan airado? Déjale Gertrudis.

,Claudio:Pero, Laertes, ¿cuál es el motivo de tan atrevida rebelión? Déjale, Gertrudis, no le contengas.

Y Dulce-Amiga dijo: Abre pronto, ¡oh jeique Ibrahim! y déjale entrar con el pescado que trae.

-¡Carlos, Carlos, déjale, ven! -suplicaba ansiosamente Fernando, tirando de él.

-Déjale, no cena.

-Es muy terco, hija, déjale.

El otro, mentor novel, pugna por abrir los ojos a su querido pueblo, demuestra los derechos del hombre libre, déjale sin ellos y guarda para sí los que puede, pero le enseña los de su hermano, azuza su encono, vanse a las manos, gimen las víctimas, corre la sangre a torrentes y, en nombre de la fraternidad, maldice los rancios señoríos y apostrofa las viejas monarquías.

-Déjale ir, que nos tenía con cuidado a todos, y cuando vayas al otro mundo di que Agrajes estuvo contigo, y que se queja que le levantéis «Agora_lo_veredes».

Si le quisieres leer, léele, y si no, déjale, que no hay pena para quien no le leyere.

Déjale que diga lo que quiera, respondió Sócrates, y que prepare la cicuta como si tuviera que tomarla dos veces, y hasta tres, si es necesario.