Ejemplos con culpable

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Con sus ideas exaltadas y sus vociferaciones en los cafés, era el principal culpable de que las personas decentes guardasen cierta prevención contra de que hablasen mal de.
Luego yo soy la culpable de la muerte de Anselmo.
Freya, en realidad, no era la principal culpable de la muerte de Esteban.
Ella era la culpable de todo, ella la que iba a tener el buque encantado en este puerto, quién sabe hasta cuándo, con su poder irresistible de bruja.
Bien sabía él quién era el culpable de esta disparatada idea, quién metía tales absurdos en la cabeza de su hijo.
El método favorito de la tesis, la antítesis y la síntesis lo empleaban para demostrar que Alemania debía ser señora del mundo, que Bélgica era la culpable de su ruina por haberse defendido, que la felicidad consiste en vivir todos los humanos regimentados a la prusiana, sin que se pierda ningún esfuerzo, que el supremo ideal de la existencia consiste en el establo limpio y el pesebre lleno, que la libertad y la justicia no representan mas que ilusiones del romanticismo revolucionario francés, que todo hecho consumado resulta santo desde el momento que triunfa, y el derecho es simplemente un derivado de la fuerza.
Triste guerra, señor Faltan elementos de juicio para decidir quién es el culpable Cuando la guerra termine, habrá habrá.
¡Esperar el final de la guerra para saber quién era el culpable! Y si el Imperio resultaba vencedor, ¿qué responsabilidad iban a exigirle en pleno orgullo de la victoria, ellos que se habían limitado siempre a las batallas electorales, sin el más leve intento de rebeldía?.
Los diputados del partido formaban en el Reichstag el grupo más obediente al gobierno El sólo guardaba de su pasado cierto fervor para anatematizar al capitalismo, culpable de la guerra.
Había sido culpable, no por dinero ni por traición, sino enloquecido por una mujer.
Llegué a olvidar la muerte de tu hijo Además, yo no soy la verdadera culpable: son los otros.
recuerda que hoy hace tres años que se lo llevaron, y como me cree culpable, deseaba yo en este día pedirle perdón ¡Harto ha padecido el pobrecito!.
Si su mujer era culpable, ¡qué horrible tragedia la que se preparaba! Y si no lo era, él cometía una bajeza sospechando de su honradez.
El culpable se huyó del cazadero, y nadie le vió más aquella tarde.
Aquella vez sí que doña Andrea, sin los miramientos que en el caso de Juan habían más tarde de impedírselo, cubrió de besos la mano de la directora, quien la trató con una hermosa bondad pontificia, y como una mujer inmaculada trata a una culpable, tras de lo cual se volvió muy oronda a su colegio, en su arrogante coche.
Sánchez Morueta, al considerarse culpable, se sentía más hombre.
Se veía en una situación difícil, ni soltera, ni viuda, eludiendo hablar de su estado, ocultándolo casi, para que nadie pudiese creer que era ella la culpable de la separación.
¿Cómo puedes decir que aquellos tiempos fueron malos y que ellos tienen la culpa de lo que ahora nos ocurre? El verdadero culpable es el liberalismo, el descreimiento de la época, el haberse metido el demonio en nuestra casa.
Fue cosa de pocos días, tal vez de vergüenza, pues murió diciendo que ella era la culpable de todo.
Currita comenzó a sospecharlo y se puso muy pálida, la escena terrible de su estudio, cuando el niño se había arrojado sobre Jacobo como una fiera sedienta de sangre, acudió a su memoria con gran viveza, estremeciéndola de espanto, infundiéndole esa especie de terror retrospectivo que causa un peligro pasado, despertando en su alma el aguijón de un remordimiento, avivando en su corazón el dolor de una herida chorreando aún sangre ¡Oh! ¡Ya no tenía que hacer el pobre niño aquella cosa , porque otra mano más culpable le había tomado la delantera en la esquina de Recoletos!.
Y bajo la impresión del temor y el aturdimiento, confió con su impremeditación ordinaria al necio viejo, si no la parte más culpable, la más peligrosa, al menos, de la aventura de los masones.
Solía entonces pasar horas enteras en la Nursery jugando con sus hijos: comíaselos a besos, llamábales sus , hacíales traer costosos juguetes y golosinas de todos géneros, y complaciéndose en poner en ridículo a Miss Buteffull y en decir pestes de los padres del colegio, destruía en media hora todo lo bueno que, a costa de mil trabajos, habían sembrado y podían sembrar en adelante estos y aquella en los tiernos corazones de ambos niños, porque uno de los grandes escollos en que tropiezan los esfuerzos de las personas dedicadas a la educación, consiste en la imprudente y culpable ligereza con que se complacen muchos padres en presentar ante sus hijos a preceptores y maestros, no como amigos íntimos encargados de guiar sus pasos, ni como seres benéficos que les dispensan el favor insigne de formar sus corazones y alumbrar sus entendimientos, sino como tiranos que les oprimen y mortifican, como carceleros cuya vigilancia hay que burlar con ardides y tretas más o menos inocentes.
Me asaltó el presentimiento de que Linilla no escribía por alguna otra causa, y, a decir verdad, me creía yo culpable, y me pareció que Angelina adivinaba que la señorita Gabriela le robaba mi amor.
Doña Lupe lo sospechó así, y mientras Fortunata se le llevaba otra vez a su cuarto, procurando calmarle, la señora cogió a la chiquilla por su cuenta, y con la persuasión de tres o cuatro pellizcos, hízole confesar que ella era culpable de lo ocurrido.
En las horas en que se sentía muy culpable, entrábale temor de los castigos temporales y eternos.
Que usted es culpable, bien a la vista está.
Me dio vergüenza de decirle que sí, porque habría sido preciso añadir que sólo con la manera de entrar te declaras culpable Él dijo: ‘Más vale que no venga’.
El silencio es delito, sí señor ¿Por qué ha de echar sobre mí la sociedad esta befa, no siendo yo culpable? ¿No soy modelo de esposos y padres de familia? ¿Pues cuándo he sido yo adúltero?, ¿cuándo? que me lo digan.
Y para todo tenía el ingenioso culpable palabras bonitas: La luna de miel perpetua es un contrasentido, es hasta ridícula.
Buenos andaríamos No soy tan culpable como parece a primera vista, fíjate bien.

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