Ejemplos con cuchara

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El cuadro muestra muchachos y muchachas jugando al popular pasatiempo de la gallina ciega , con un personaje vendado en el centro que intenta tentar a los demás, que bailan en corro, con una gran cuchara.
Irena fue acompañada por sus familiares y por Elzbieta Ficowska, una de las niñas salvadas, la niña de la cuchara de plata.
Estos tenían forma de cuchara similar a los de los saurópodos posteriores.
Nombrarlos a todos es imposibles, pero aquí dejaremos algunos personajes relevantes, unos la presidieron y otros han sido auténticos héroes de la misma, destacando Claret Rodríguez, Héctor Luna, Benjamín Díaz, Palminio Fernández, Héctor Ortega, Edmundo Ayala, Valerio Bolívar, Zoraida Rebolledo, Efraín Bolívar, Guillermo Aragort, Juan Cuchara, Chucho Villarroel, Joe Martín, Hornero González, Marino González, Guillermo Párraga, Adilia Herrera, Minerva Carmena, Higinio González, Carlos Vásquez, Ramón Correa, Magdalena Díaz, Andrés Eloy Herrera, Pancho Ávila, Chucho Moreno, y Yulimar Núñez, Pablo Pérez, El Zorro, Ricardo Díaz, etc.
Najika desea ser una gran chef como sus difuntos padres, pero la verdadera razón por la que entra a la academia es para encontrar a su Príncipe Flan, un chico que la salva de caer ahogada a un río y le regala una taza de flan y una cuchara plateada con el emblema de la Academia Seika grabado en ella.
Durante su vida en el orfanato, un misterioso chico le regala un plato de flan y una cuchara plateada.
El submarino es una bebida tradicional de Argentina y Uruguay en la que se introduce una barra de chocolate dentro de una taza de leche caliente y se revuelve con una cuchara hasta que el chocolate se disuelve totalmente.
Vió a través de sus lágrimas a este viejo obeso, de una bondad sacerdotal, yendo de un lado a otro para reunir botellas y mezclar líquidos, agitando una cuchara en un vaso con alegre retintín.
Todo cantaba de pronto, como si una vida extraña resucitase los objetos inanimados, haciéndolos conversar con voces y golpeteos: el cuchillo contra el vaso, la cuchara contra la botella, el sillón contra la mesa, la fosforera de loza contra el búcaro de flores.
Y dejando caer su cuchara en la sartén de arroz, lloriqueó largamente, bebiéndose las lágrimas.
Un vaso de horchata helada de chufas estaba en medio, y ambos metían dentro la cuchara, tragándose él con delicia cuanto salía, mirándole ella con plácida sonrisa y mojando apenas su cuchara, como si le dejase a él saborear a sus anchas la golosina y le bastase a ella saborear la dicha inmensa de ser aquel un obsequio del hijo de su alma.
Por mucho que tire pon que tire un año, dos, eso si no me quedo el mejor día hecho un monigote y en tal estado que tengas tú que sonarme y ponerme la cuchara en la boca.
Si te empeñas en meter la cuchara, creo que lo vas a echar a perder No, no te dejo subir ¿te parece fácil entrar a verle sin que se entere su madre? Atrevidilla te has vuelto ¿Que le bajen aquí? ¡Vamos, las cosas que se te ocurren! Tiempo tienes de verle.
De estos cambiazos había sentido ella muchos, pero ninguno como el de aquel momento, el momento en que metió la cuchara dentro del arroz para servir a su futuro esposo.
Después cogía la cuchara con la mano izquierda y con la derecha iba echando pausadamente los terrones, dirigiendo miradas indulgentes a todo el local y a las personas que entraban.
A las diez o poco más comía la chiquita su sopa y era la risa del mundo verla con el hocico embadurnado de puches, empeñada en coger la cuchara y sin acertar a lograrlo.
Era Sabel la reina de aquella pequeña corte: sofocada por la llama, con los brazos arremangados, los ojos húmedos, recibía el incienso de las adulaciones, hundía el cucharón de hierro en el pote, llenaba cuencos de caldo, y al punto una mujer desaparecía del círculo, refugiábase en la esquina o en un banco, donde se la oía mascar ansiosamente, soplar el hirviente bodrio y lengüetear contra la cuchara.
Primitivo y la moza disponían en cubetas de palo el festín de los animales, entresacado de lo mejor y más grueso del pote, y el marquésque vigilaba la operación, no dándose por satisfecho, escudriñó con una cuchara de hierro las profundidades del caldo, hasta sacar a luz tres gruesas tajadas de cerdo, que fue distribuyendo en las cubetas.
—¿No lo entienden? dijo el mozo, pues yo se lo daré a entender y a beber con una cuchara de plata: quiero decir, señores ¿si son vuesas mercedes ladrones? mas no sé para qué les pregunto esto, pues sé ya que lo son, mas díganme, ¿cómo no han ido a la aduana del señor Monipodio?.
Pues llevaos dijo el cocinero la cuchara y todo, que la riqueza y el contento de Camacho todo lo suple.

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