Ejemplos con coz

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Después de un largo período en el programa Aplauso de TVE, entra a formar parte del grupo Coz con el que graba los LP s Las chicas son guerreras , Duro y Legítima defensa.
En los buques con arboladura de madera el tamborete era de ese mismo material y de forma rectangular, con dos agujeros, uno generalmente cuadrado que ajustaba a la espiga del calcés del palo o mastelero y el otro, redondo, a proa del anterior, por donde pasa la coz del mastelero o mastelerillo, cuya mecha encaja en el correspondiente agujero de la cofa o cruceta.
El disco vino precedido por el single Con botas sucias, cuyas siglas aluden veladamente a CBS, la compañía discográfica que editaba los discos de Coz, anterior grupo de los hermanos De Castro.
Han aportando temas a varios recopilatorios como el chileno Vitrubio II, Rock con Ñ junto a Lujuria y Coz entre otros, un tema inédito de Jhon Ridding, Adeste Fideles, para su inclusión en el recopilatorio Rockllancico junto a Ska-P o Medina Azahara, y otro tema en el recopilatorio argentino As de Picas, junto a bandas como Acid Rain, Templario, MordedoManta.
En el quinto libro, Firenze es atacado en un acto de tración por los de su misma especie, recibiendo una coz del centauro Bane en todo el pecho.
Como declaró Rosendo, Estábamos siempre juntos porque era la época de los festivales y en cualquier punto de España nos encontrábamos Coz, Ñu o Leño de Madrid, Bloque de Santander, Smash o Storm de Sevilla.
Platero le había rozado la grupa a un fino potro tordo con su boca, y el potro le había respondido con una rápida coz.
¡Ya me extrañaba que no soltases alguna coz! ¿Para qué quieres que se registren las casas de los vecinos? Te figuras que te vas a encontrar allí muy apiladito el dinero de don Laureano.
Si no tiene valor para meterse de hoz y de coz en el alfonsismo, no hable mal del hijo de su madre, ni le ponga motes feos, como el que le aplican ahora los que no le quieren, ni le saque a relucir al padre ni a la madre.
Y entonces, reciente aún aquella impresión nobilísima que elevaba las inteligencias y movía los corazones, iban a ver en Jacobo lo que es esa misma grandeza cuando refleja en un charco los rayos de su gloria, cuando el vicio la deslustra y la bajeza la empuerca, y el olvido de la propia dignidad la pone al servicio de un Martínez, que apoya en ella la pataza para encaramarse en lo alto y darle después, una vez arriba, desde la cumbre de su insolencia, la más ignominiosa de todas las coces: la coz del asno.
El tío Frasquito no cayó en la cuenta de que, según aquellos datos, debió de haber asistido seis años antes de su nacimiento a los saraos de la duquesa de Benavente, y prosiguió enumerando a los ministros restantes: ¡Echegaray, Beranger y Becerra! ¡Santo Dios! Si esto era para España la coz del asno, y aquellos enanillos de gorro frigio, encadenando al león de Castilla, recordaban aquella grandiosa imagen:.
Otro periódico ministerial, , completaba estas noticias con el siguiente sueltecito, en que no asomaba ya la manaza, sino la pataza del excelentísimo Martínez, descargando una coz digna de la formidable pezuña del legítimo :.
Aquello no fue un bofetón, fue una coz, una patada del excelentísimo Martínez, que acababa de un golpe con las peinetas y mantillas, con más facilidad que acabó Esquilache con los sombreros y las capas.
¿Por qué no ha querido usted hacer caso de mí? ¡Al fin le ha dado la coz!.
Mauro se desvivió obsequiando a su sobrina, pero tan ramplonamente lo hacía, que cada una de sus finezas era una gansada y cada movimiento una coz.
Mauro Requejo, colocado como a dos varas de nosotros, pugnaba por abrirse paso entre piernas de hombre y faldas de mujer, recibiendo aquí una pisada, allá una coz.
Y, en la mitad deste caos, máquina y laberinto de cosas, se le representó en la memoria de don Quijote que se veía metido de hoz y de coz en la discordia del campo de Agramante, y así dijo, con voz que atronaba la venta:.
Agolpábansele en tanto los prodigios: porque al león más grande y más hermoso de los que había criado, un asno doméstico le acometió y lo mató de una coz.
-Pero mudeime ayer, porque una mula me arrimó una coz.
de una coz dentro del mar.
No bien oyó Iberito el nombre de su ídolo, sacado a colación con tanta ignominia, se levantó de su asiento con la pausa y aplomo de un valor sereno, y engallándose ante el procaz hablador, le echó esta rociada: «Caballero, quiero decir, caballo, lo que ha dicho usted del general Prim es una coz, y aunque a las coces no se contesta con palabras, yo, por respeto a la concurrencia, con palabras de mi boca le digo que a la gloria de Prim no pueden llegar las patadas de usted, so bruto, y si no está conforme, salga afuera y se lo diré de otro modo».
Metido de hoz y coz en aquella farsa, tenía momentos en que me parecía verdad tanta mentira.
Todavía da la mano como se daba el año ochenta y tantos, es decir, como quien da una coz con los remos delanteros.
que por Dios que de una coz.
Con todo, un escritor llamado Posidonio, que se dice haber coincidido en aquellos tiempos y en aquellos sucesos, el cual compuso la historia de Perseo en muchos libros, dice que no se retiró por miedo ni a causa del sacrificio, sino que en el principio de la batalla le sucedió ya que un caballo lo dio una coz en un muslo, y en la batalla misma, no obstante que se hallaba muy incomodado, y que lo contenían los amigos, hizo que del bagaje le trajeran un caballo, que montando en él se colocó en la falange sin coraza, y que tirándose de una y otra parte muchas armas arrojadizas, le alcanzó un dardo todo de hierro, el cual no le dio de punta, sino que el golpe se corrió por el costado izquierdo, mas con todo, con el ímpetu de la marcha se le abrió la túnica y se vio la carne enrojecida con una gran contusión que por mucho tiempo conservó la señal del golpe, así es como Posidonio hace la apología de Perseo.
A la tabaola se entró un vecino con sus once de oveja, muy sobresaltado, y de hoz, y de coz se metió donde no le llamaban, quiso embestir, mas el bribón puso aldas en cinta.
Porque no quiero morir de coz de borrico, ni de estocada de pícaro.
Platero le había rozado la grupa a un fino potro tordo con su boca, y el potro le había respondido con una rápida coz.
El león, al oír estas palabras, llegó al límite del asombro, y dijo al caballo: No hables de ese modo, ¡oh caballo! pues en realidad es vergonzoso que sientas miedo hacia Ibn-Adán, siendo fuerte como eres, y estando dotado de esa robustez y esas alturas, y pudiendo con una sola coz hacerle pasar de la vida a la muerte.
Sábese, según doctrina de muchos filósofos, que el regüeldo es pedo malogrado y que hay algunos tan desdichados que no se les permite llegar al culo, así lo enseña Angulo que no ha acabado de salir por la boca cuando le dicen todos: ¡Vaya a una pocilga!, y cuando sale por el ojo del culo todo es aplaudido y cuando más le dicen cuerno, como otro tenía costumbre de decir cuando uno se peía ¡cuerno! por ahí comas carne y por la boca mierda, y papa te vea la madre que te parió porque te vea más medrado, en las sopas te lo halles como garbanzo, con esa música te entierren, sabañones y mal de gamones, coz de mula gallega, por donde salió el pedo meta el diablo el dedo, la víbora el pico, el puerco el hocico, el toro el cuerno, el león la mano, el cimborrio de El Escorial y la punta de mi caracol te metan amén.

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