Ejemplos con confitero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando Manuel Blanco, conocido confitero local, ofreció a su amigo Miguel Ramírez el dulce que acababa de crear éste sorprendido por la exquisitez del postre, quiso saber su nombre, bautizándolo instantáneamente el creador con el nombre de su amigo: Miguelito.
Ochocientas libras mallorquinas pagué a un confitero del Borne por azucarillos, bizcochos y refrescos.
La razón era que hacía tiempo el señor Colignon había prestado al matrimonio Pinto mil pesetas, sin recibo ni documento alguno comprobatorio, y la Pinta premeditaba sangrar nuevamente al sanguíneo y rubicundo confitero, y aliviarle de un regular chorro de pesetillas.
El confitero escucha, con su regocijo acostumbrado.
, mi querido Belarminoreplicó el confitero con regocijado pasmo.
Apenas transcurridos cinco minutos, irrumpió en la zapatería el voluminoso y rubicundo don René Colignon, fabricante de achicoria y confitero.
Están a solas Apolonio y el confitero francés.
Recalde, mi antiguo camarada, el terrible Recalde, el piloto más atrevido y más valiente del pueblo, se había casado con la Cashilda, la hija del confitero de la plaza, muñequita con los ojos azules, muy modosita y formal.
Su padre fue un excelente confitero que tuvo gran parroquia en Madrid.
Juan Taracena, testamentario con el confitero Gutiérrez del Amo y D.
-Se hundió el horno del confitero y todos se quemaron -respondió la zorra.
De los lobos y lobas dezís qué sé yo, que ni aun vos tampoco lo sabréys: echásteslo de tal manera a perder que, si a luz lo sacárades y parte no me diérades, huviera fiesta con vuestro libro y parara en qualque especiero o confitero.
Mi mujer tiene un primo confitero, que nos da el caramelo de desecho, el almíbar que se quema y toda la confitería que se pasa de punto.
Era maestro confitero, y su objeto al venir a Madrid fue montar un establecimiento de dulces a estilo gaditano, pero ya por falta de capital, o sobra de timidez, ya porque siempre llegaba tarde a todas partes, ni la confitería pasó de proyecto, ni logró que le dieran ocupación constante en parte alguna.
Cuando le preguntaba qué carrera quería seguir, respondía que la de confitero.
Marcharon los tres a la posada, ya hechos amigos, y Martín fué a ver a un confitero carlista de la calle Mayor.
Allá estaban Juan Echeberrigaray, de Espeleta, Tomás Albandos, de Añoa, el herrero Lerrumburo, de Zaro, Echebarría, de Irisarri, Galparzasoro, el alpargatero de Urruña, Mearuberry, el carnicero de Ostabat, Miguel Larralde, el de Azcain, Carricaburo, el mozo de un caserío de Arhamus, Chaubandidegui, el hijo del confitero de Azcarat, Peyrohade y Lafourchette, los dos mozos del bazar de Hasparren.
Algunas faenas, aunque parecen oficios, y en la sustancia lo son, no necesitan tantas formalidades, como el molinero, tahonero, molendero de chocolate, confitero, pastelero, colchonero, y otros trabajos, que en muchas provincias ejercen las mujeres por pura imitación, y sin aprendizaje o examen formal.
Presididos por el valenciano dictador, gobiernan a Barcelona un confitero de la Plaza Nueva, un hojalatero de la calle de Tantarantana, fabricantes de fideos, de fósforos, de velas.
No puedo soportar a las de Aparicio, las del Confitero me amargan, y las del Médico me enferman.
A veces se dispara la cerbatana en guerrilla, entonces se escoge por blanco el farolillo de un escarolero, el fanal de un confitero, las botellas de una tienda, objetos todos en que produce el barro cocido un sonido sonoro y argentino.
Aprobó mi madre este plan, y antes de las cuatro ya teníamos preparada una cesta con diversidad de fiambres y golosinas, la cual fue por delante, alternando en cargarla los chicos del confitero y Calixta, luego salimos mi mujer y yo con Tomasa y Rosarito Salado.
Y para atraerse a los chicos, al punto se dirigió a la tienda de un confitero y compró un pedazo grande de halawa con aceite de sésamo y azúcar, luego se acercó a los pequeñuelos que jugaban, y les dijo: ¿Cuál de vosotros quiere halawa todavía caliente? Pero Mahmud el Aborto no dejó acercarse a los demás chicos, y fué a ponerse delante de Alí él solo, y le dijo: ¡Dame halawa! Entonces Alí le dió el pedazo, deslizándole en la mano al mismo tiempo una moneda de plata.
Y al asomar a la estancia su semblante, ya sonriente, el Confitero pudo ver cómo aquellas dos cabezas juveniles y tocadas de flores se unían besándose con efusión, mientras al pie de la enorme reja un organillo callejero daba a los aires sus populares armonías.
El señor Cristóbal el Confitero habíase repantigado en su enorme sillón de pino y aneas a la sombra del viejo parral a la sazón lleno de verdes pámpanos y apretados racimos, y meditaba en la mala partida que, considerándola buena, pensaba jugarle a su sobrina.
Esta noche viée el Clavicordio a que yo le conteste ya de una vez, y ya sabes tú lo que yo le voy a contestar: que tú has perdido por él la chaveta, y no me chistes, que aquí no se jace más que lo que manda y ordena el señor Cristóbal el Confitero.
-To eso se arregla, mujer -exclamó, interrumpiéndola, el Confitero-.
Ya peinada y limpia su tez morena y fina como el raso, sustituyó la de los quehaceres domésticos con una falda azul, púsose una chaquetilla blanca adornada de encajes, atóse a la esbeltísima cintura un delantal blanco también y también adornado de randas, calzóse pulidos brodequines de cuero blanco, adornó su cuello con un collar de múltiples vueltas de abalorios, y dado que hubo fin a su tocado, sentóse en la mecedora grave y meditabunda, pensando en el modo y manera de salir del atolladero en que habíala metido la decisión de su señor tío, el señor Cristóbal el Confitero.
Y corrió al zoco, compró un cordero asado, una bandeja de pasteles en casa del confitero Hadj Soleimán, el más ilustre de los confiteros de Bagdad, otra bandeja de halaua y almendras, alfónsigos y frutas de todas clases, y cántaros de vino añejo, y por último, flores de todas clases.
Visita, por economía, y porque le daban asco el pastelero y el confitero, fabricaba por su cuenta, y bajo su dirección, los hojaldres, los almíbares, todo lo que podía hacerse en su cocina.

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