Ejemplos con clavículas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La primera aparición de clavículas unidas en el registro fósil se observa en el arcosaurio del Triásico Longisquama, pero sin formar una unidad completamente integrada.
Todavía como un par articulado de clavículas aparecen en todos los clados principales de dinosaurios, incluidos ornistisquios, sauropodomorfos y terópodos, con la excepción de los géneros basales Eoraptor y Herrerasaurus.
Los estudios que se realizaron durante esta época, solo resaltaron sus sólidos huesos y la presencia de clavículas.
En especial la fúrcula hueso resultante de fusionar ambas clavículas, único en terópodos y aves.
Bucón: demonio del odio, de la peor especie, citado en las Clavículas de Salomón.
La posición así mantenida durante meses o años acaba modelando el cráneo y la cara, produciendo asimetría en ellos, en clavículas y hombros.
Son restos óseos de animales, con la excepción de dos clavículas humanas, las cuales por su tamaño no son relacionadas con enterramientos infantiles.
Su cuerpo incomparable hacía palidecer y suspirar a las mujeres: cincuenta y dos kilos de peso, un escote ideal , las clavículas marcando sus elegantes aristas como si fuesen un zócalo de la frágil columna del cuello, los omoplatos despegándose de la espalda lo mismo que alas nacientes, las piernas largas y casi rectas asomando tranquilas, sin miedo a la tentación, por el borde de la falda, una capa de substancia carnal repartida con parsimonia para recubrir solamente las rudezas del interno andamiaje, un cuerpo casi aéreo , un pretexto para que los vestidos contuviesen algo en su interior y no se movieran solos.
Se fijaba en la cortante arista de las clavículas bajo la epidermis mate, de una blancura verdosa que absorbía la luz sin reflejarla.
Bajo su frente calva, adornada con las dos puntitas lustrosas del peinado, había algo, así como bajo los hombros de su americana había algo también: mucho pelote para suavizar lo puntiagudo de sus clavículas, que agujereaban la pobre piel.
-Hombre, no sea usted pesado -le decía Santo Tomás, mientras le cosía unas alas en las clavículas para que pudiese acompañarles en el viaje que iban a emprender-.
Su cuerpo incomparable hacía palidecer y suspirar á las mujeres: cincuenta y dos kilos de peso, un escote «ideal», las clavículas marcando sus elegantes aristas como si fuesen un zócalo de la frágil columna del cuello, los omoplatos despegándose de la espalda lo mismo que alas nacientes, las piernas largas y casi rectas asomando tranquilas, sin miedo á la tentación, por el borde de la falda, una capa de substancia carnal repartida con parsimonia para recubrir solamente las rudezas del interno andamiaje, un cuerpo casi «aéreo», un pretexto para que los vestidos contuviesen algo en su interior y no se movieran solos.
Desde la cabecera de la mesa, presidía la sesión, en su impasible y torturante catadura todopoderosa: dos correas verticales por cuello, desde los parietales chatos de ralo pelaje, hasta las barras lívidas de las clavículas, boca forjada a la mala en dos jebes tensos de codicia, que no se entreabrían jamás en sonrisa por miedo a desnudarse hasta el hueso, camisa heroica hasta los codos.
A un puntapié trazado por Juncos, a la sombra de un zurdazo simulado, respondieron los dos puños de Cancio, majando rectamente al pecho, a las clavículas, al cuello, a los hombros de su enemigo, en una lluvia de golpes contundentes.
De pronto su colcha se movió, y quedaron al descubierto sus hombros, sus hombros lechosos que surgían del arco de puntilla que sobre las clavículas le hacía la camisa de batista.
con el calibre, por encima de las clavículas, los cabestros de la talega,.

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