Ejemplos con callado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Belarmino está en pie, callado e inmóvil.
Apolonio y Belarmino se abrazan en un abrazo callado, prieto, efusivo y fraternal.
He callado hasta hoy, porque lo tomé como una locura fugitiva.
Adela y Pedro hablaban de formalísimos sucesos, que tenían la virtud de poner a Adela contemplativa y silenciosa, dando a Pedro ocasión para ir callado buena parte del camino, lo cual aprovechaba él en celebrar consigo mismo animados coloquios: y a cada instante era aquello de: Juan, ¿cómo estará Ana? Bajaré un instante, a ver si se le ofrece algo a Ana.
Pero mi único deseo sería pegarme allí, al último tronco, al último peleador: morir callado.
Es el primero en todo, y además, callado y piadoso como un santo.
Habló con la misma violencia que había callado, y como si no hubiesen transcurrido muchos minutos, contestó a la pregunta de la muchacha:.
En parte alguna se emplea con más frecuencia y en la vida práctica la frase castiza y archi-española de , esto es, de perderle, de gastarle, sin que nos pese y aburra su andar lento, infinito y callado.
El doctor, viéndole siempre callado, contemplando a su madre con estúpida adoración, había declarado que el niño era tan bruto como su padre, y cuando más, podría servir para el comercio.
hasta cierto punto: las campanas, los coches, los pianos, los organillos, las murgas, todos los ruidos gozosos de la capital habían callado.
Pero qué callado está ustedobservó Jacinta sonriendo.
Era hombre que antes de guardar un ochavo que no fuese suyo, se habría estado callado un mes.
No podía estar quieto ni callado.
El perdón ya lo pedí por haber callado, y ya no tengo que pedir más perdones.
Gobernábala una tal doña Paca, gallega, que tuvo casa de huéspedes distinguidos y recomendados, en la cual vivió Feijoo mucho tiempo, y completaban la servidumbre una cocinera bastante buena y un criado muy callado y ya algo viejo, que había sido asistente de su amo.
El chico estaba despierto, y callado la miraba, y aunque nada decía, a ella se le figuró que hablaba Estarás tan ricamente hijo mío.
Mi familia, Ballester y todas las personas a quienes conozco fuera de casa, admirablemente su papel, y yo callado haciéndome el tonto, mientras con la sola fuerza del cálculo, descubría la verdad.
Una noche estaba el pobre chico tomándose su café, muy callado, en la misma mesa de Refugio, cuando se fijó en dos hombres que en la próxima estaban, uno de los cuales no le era desconocido.
Soy el mismo Segismundo de siempre y cuando usted necesite de un amigo leal y callado, acuérdese de mí.
El enfermo no iba ya a la botica, ni mostraba deseos de ir a parte alguna, pareciendo caer en profunda apatía y reconcentrar toda su existencia en el hervidero callado y recóndito de sus propias ideas.
Mas duró poco la reserva, al ir vaciándose los jarros y desocupándose las fuentes, nadie quiso estar callado y empezaron las bromas a echar chispas.
Quedóse don Pedro callado, y al fin prorrumpió:.
Era semejante ocupación dulcísima para Julián: corrían las horas sin sentir en el callado recinto, que olía a pintura fresca y a espadaña traída por Nucha para adornar los altares, mientras armaba en un tallo de alambre una hoja de papel plateado o pasaba un paño húmedo por el vidrio de una urna, no necesitaba hablar: satisfacción interior y apacible le llenaba el alma.
Dió voces su padre, gritó su madre, lloró su hermanico, arañóse la criada, pero ni las voces fueron oidas, ni los gritos escuchados, ni movió a compasion el llanto, ni los araños fueron de provecho alguno, porque todo lo cubria la soledad del lugar, y el callado silencio de la noche, y las crueles entrañas de los malhechores.
El escribano por lo callado insistia al alguacil que mirase los vestidos de la Colindres, que le daba sospecha que ella debia de tener los cincuenta , por tener de costumbre visitar los escondrijos y faldriqueras de aquellos que con ella se envolvian.
Soy caballero, rico y callado, y sobre todo enamorado de mi señora Doña Esperanza, y para alcanzar lo que merecen mis deseos y aficion, he procurado, por cierta negociacion secreta que usted sabrá algun dia, ponerme en este lugar, no con otra intencion sino de ver y gozar desde cerca de la que de léjos me ha hecho quedar sin vida.
Pues, ¿qué diremos de Gasabal, escudero de don Galaor, que fue tan callado que, para declararnos la excelencia de su maravilloso silencio, sola una vez se nombra su nombre en toda aquella tan grande como verdadera historia? De todo lo que he dicho has de inferir, Sancho, que es menester hacer diferencia de amo a mozo, de señor a criado y de caballero a escudero.
El barbero, que a todo había estado suspenso y callado, hizo también su buena plática y se ofreció con no menos voluntad que el cura a todo aquello que fuese bueno para servirles.
Dimos luego quinientos escudos al renegado para comprar la barca, con ochocientos me rescaté yo, dando el dinero a un mercader valenciano que a la sazón se hallaba en Argel, el cual me rescató del rey, tomándome sobre su palabra, dándola de que con el primer bajel que viniese de Valencia pagaría mi rescate, porque si luego diera el dinero, fuera dar sospechas al rey que había muchos días que mi rescate estaba en Argel, y que el mercader, por sus granjerías, lo había callado.
¿No te dije yo, Sancho, que me habían de sobrar escuderos? Mira quién se ofrece a serlo, sino el inaudito bachiller Sansón Carrasco, perpetuo trastulo y regocijador de los patios de las escuelas salmanticenses, sano de su persona, ágil de sus miembros, callado, sufridor así del calor como del frío, así de la hambre como de la sed, con todas aquellas partes que se requieren para ser escudero de un caballero andante.

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