Ejemplos con callando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A este saludo del guardia más antiguo contestó el tamboril callando en seco y dejando sola a la flauta.
Vivía Pilar con su padre y con una tía paterna, ni uno ni otro se resolvieron acompañarla, el padre, magistrado jubilado, por no dejar la Bolsa, donde a la chita callando realizaba sus jugaditas modestas y felices, la tía, viuda y muy dada a la devoción, por horror de los jolgorios que sin duda le preparaba su sobrina como método curativo.
Mas a poco de esto, hacía veinticinco años a la fecha de nuestra historia tales cosas iba viendo nuestro señor don Manuel que volvió a tomar la capa, que por inútil había colgado en el rincón más hondo del armario, y cada día se fue callando más, y escribiendo menos, y arrebujándose mejor en ella, hasta que guardó las plumas, y muy apegado ya a la clemente temperatura del país y al dulce trato de sus hijos para pensar en abandonarlo, determinó abrir escuela, si bien no introdujo en el arte de enseñar, por no ser aun este muy sabido tampoco en España, novedad alguna que acomodase mejor a la educación de los hispanoamericanos fáciles y ardientes, que los torpes métodos en uso, ello es que con su Iturzaeta y su Aritmética de Krüger y su Dibujo Lineal, y unas encendidas lecciones de Historia, de que salía bufando y escapando Felipe Segundo como comido de llamas, el señor Valle sacó una generación de discípulos, un tanto románticos y dados a lo maravilloso, pero que fueron a su tiempo mancebos de honor y enemigos tenaces de los gobiernos tiránicos.
Pero transcurrieron los días y siguió callando, como si pasada la primera impresión de cólera, sólo le inspirasen desprecio aquellas contrariedades, y no quisiera turbar con nuevas querellas el bienestar animal que encontraba en su casa.
En la conciencia de todas las señoras presentes brotó al mismo tiempo la idea de que aquella era la llamada a ser la presidenta, porque a todas se imponía la marquesa por diversos conceptos: las sensatas y honradas admiraban en ella el tipo de la gran señora de virtud y de prestigio, digna y afable, que, firme en sus convicciones en medio de una sociedad frívola y corrompida, imponía sobre todos, callando siempre, la poderosa crítica del buen ejemplo.
Todo aquel llanto era el disimulo de tantísimos días, sospechar callando, sentirse herida y no poder decir ni siquera ¡ay! Esto es horrible, esto es espantoso, no hay mujer más desgraciada que yo Y lo que es ahora, te aborreceré de veras, porque yo no puedo querer a quien no me quiere.
Vamosdijo la Superiora frunciendo el ceño, callando, y baje usted al patio.
Evaristo, a mí no me la da usted Usted es muy tunante y las mata callando.
En París estaba Moreno, le vio y chitito callando se fue a Royan, sabiendo que me cogía sola y descuidada.
¿Ven estas muchachas mis compañeras, que están callando, y parecen bobas? pues éntrenles el dedo en la boca, y tiéntenlas las cordales, y verán lo que verán: no hay muchacha de doce que no sepa lo que de veinticinco, porque tienen por maestros y preceptores al diablo y al uso, que les enseña en una hora lo que habian de aprender en un año.
Con todo eso no dijo nada, sino callando se fué al aposento del paje, y halló cerrada la puerta, y que el paje no estaba en casa: llegóse a la puerta, y dijo con voz baja:.
Callando estuvo Leocadia a todo cuanto D.
Hasta este punto habia estado callando Teodoro, teniendo pendiente el alma de las palabras de Leocadia, que con cada una dellas le traspasaba el alma, especialmente cuando oyó el nombre de Marco Antonio, y vió la peregrina hermosura de Leocadia, y consideró la grandeza de su valor con la de su rara discrecion, que bien lo mostraba en el modo de contar su historia.
Alborotóse Leonora viendo tan entrado el dia, y maldijo su descuido y el de la maldita dueña, y las dos con sobresaltados pasos fueron donde estaba su esposo, rogando entre dientes al cielo que le hallasen todavía roncando, y cuando le vieron encima de la cama callando, creyeron que todavía obraba la untura, pues dormia, y con gran regocijo abrazaron la una a la otra.
Ella, callando y por señas, le hizo levantar, y todas estaban como mudas sin osar hablar, temerosas que su señor las oyese: lo cual considerado por Loaysa, les dijo que bien podian hablar alto, porque el ungüento con que estaba untado su señor tenia tal virtud, que fuera de quitar la vida, ponia a un hombre como muerto.
Sacó en esto Monipodio un papel doblado de la capilla de la capa, donde estaba la lista de los cofrades, y dijo a Rinconete que pusiese allí su nombre y el de Cortadillo, mas porque no habia tintero le dió el papel para que lo llevase, y en el primer boticario los escribiese, poniendo: Rinconete y Cortadillo cofrades: noviciado ninguno: Rinconete floreo, Cortadillo bajon, y el dia, mes y año, callando padres y patria.
Á todas estas razones estuvo callando Ricardo, y viéndose obligado dellas y de la necesidad le respondió con estas:.
Al lado deste teatro, adonde se subía por algunas gradas, estaban otras dos sillas, sobre las cuales los que trujeron los presos sentaron a don Quijote y a Sancho, todo esto callando y dándoles a entender con señales a los dos que asimismo callasen, pero, sin que se lo señalaran, callaron ellos, porque la admiración de lo que estaban mirando les tenía atadas las lenguas.
Oyendo esto Dorotea, dijo callando a Cardenio:.
La chusma izó la entena con la misma priesa y ruido que la habían amainado, y todo esto, callando, como si no tuvieran voz ni aliento.
Luego sintió la pobre dueña que la asían de la garganta con dos manos, tan fuertemente que no la dejaban gañir, y que otra persona, con mucha presteza, sin hablar palabra, le alzaba las faldas, y con una, al parecer, chinela, le comenzó a dar tantos azotes, que era una compasión, y, aunque don Quijote se la tenía, no se meneaba del lecho, y no sabía qué podía ser aquello, y estábase quedo y callando, y aun temiendo no viniese por él la tanda y tunda azotesca.
¡A mi mujer con eso! dijo Sancho Panza, que hasta entonces había ido callando y escuchando, la cual no quiere sino que cada uno case con su igual, ateniéndose al refrán que dicen cada oveja con su pareja.
Si gustáis que callando mi fatiga muera, contadme ya por acabado: si queréis que os la cuente en desusado modo, haré que el mesmo amor la diga.
Salía en esto Dorotea de su aposento, y tras ella doña Clara, toda turbada, y, llamando Dorotea a Cardenio aparte, le contó en breves razones la historia del músico y de doña Clara, a quien él también dijo lo que pasaba de la venida a buscarle los criados de su padre, y no se lo dijo tan callando que lo dejase de oír Clara, de lo que quedó tan fuera de sí que, si Dorotea no llegara a tenerla, diera consigo en el suelo.
Suspendió a don Fernando y a los demás la estraña presencia de don Quijote, viendo su rostro de media legua de andadura, seco y amarillo, la desigualdad de sus armas y su mesurado continente, y estuvieron callando hasta ver lo que él decía, el cual, con mucha gravedad y reposo, puestos los ojos en la hermosa Dorotea, dijo:.
Y, cuando todo esto falte, tu misma conciencia no ha de faltar de dar voces callando en mitad de tus alegrías, volviendo por esta verdad que te he dicho y turbando tus mejores gustos y contentos.
La asturiana, que, toda recogida y callando, iba con las manos delante buscando a su querido, topó con los brazos de don Quijote, el cual la asió fuertemente de una muñeca y, tirándola hacía sí, sin que ella osase hablar palabra, la hizo sentar sobre la cama.
Jamás la dije dijo a esta sazón la que hasta allí había estado callando, antes, por ser tan verdadera y tan sin trazas mentirosas, me veo ahora en tanta desventura, y desto vos mesmo quiero que seáis el testigo, pues mi pura verdad os hace a vos ser falso y mentiroso.
Callando estuvo por un buen espacio, mirando al suelo sin mover pestaña, y al cabo dijo:.
Pero, fiada en su bondad, se fió en Dios y en su buen pensamiento, con que pensaba resistir callando a todo aquello que Lotario decirle quisiese, sin dar más cuenta a su marido, por no ponerle en alguna pendencia y trabajo.

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