Ejemplos con buhardillas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

De ahí surgió la idea de unir las buhardillas de tres casas contiguas para formar una pequeña iglesia completamente invisible desde el exterior.
A sus espaldas, dos pequeños departamentos recibían la luz de un patio interior, teniendo como único medio de comunicación la escalera de servicio, que ascendía hasta las buhardillas.
Perdido el principal, continuó la furiosa contienda en el segundo, y por fin en las buhardillas, donde quedó sojuzgado victorioso.
No te creas: más hay aquí que en las buhardillas donde tú has vivido.
La noche estaba hermosísima, y Velarde siguió a pie por las extraviadas calles que llevaban al palacio de Villamelón, tropezando a cada paso con los humildes vecinos de las buhardillas y sotabancos, que tomaban el fresco sentados en las aceras.
Cayó la antigua morada de los Vistillas, destruyose la severa fachada, y casi juntos rodaron por el suelo los fragmentos del escudo roto y las tejas de las buhardillas derruidas.
Los amos ocupaban en invierno el principal y en verano el bajo: en el segundo estaba la administración, y en las buhardillas, los cocheros, pinches y lacayos, amén de dos o tres familias de sirvientes jubilados y gentes protegidas, entre ellas, Manuela, hija de un ayuda de cámara, hermana de una doncella y viuda de un mozo de comedor que había servido muchos años y murió, dejándola embarazada.
Eran estas buhardillas habitación de gente pobre que vivía en contacto frecuente con los ricos: así estaban cercanos la necesidad y el remedio, hermoso maridaje que aplaca la envidia de los que no tienen y amansa el egoísmo de los que poseen.
El piso segundo, bajo de techo y a manera de ático, tenía ventanas pequeñas, y sobre el entablamento descollaban las buhardillas altas, aisladas, recubiertas de tejas, guarnecidas de verdosas vidrieras, ante las cuales se veían desde lejos las ropas recién lavadas y tendidas que goteaban sobre estrechos cajoncitos, plantados de yerba luisa, albahaca, yerba de gato y claveles.
Los caballetes de los tejados, las buhardillas, las chimeneas, destacaban las líneas de sus macizas sombras, bruscamente interrumpidas y dominadas por los negros contornos de las altas torres de los templos.
Invadiendo la casa, la ocupamos desde el piso bajo a las buhardillas: por todas las ventanas se hacía fuego arrojando al mismo tiempo cuanto la diligente valentía de sus moradores encontraba a mano.
Y desde entonces, en las buhardillas de los brillantes infelices, donde flota el sueño azul, se piensa en el porvenir como en la aurora, y se oyen risas que quitan la tristeza, y se bailan extrañas farándulas alrededor de un blanco Apolo, de un lindo paisaje, de un violín viejo, de un amarillento manuscrito.
Los rojizos tejados caían oblicuamente, protegiendo con el alero los tragaluces y ventanitas de las buhardillas, y entre la pimpante hojarasca de los castaños, por encima de la copa de los granados manchados de asteriscos escarlatas, se veía un gallo de cinc moviendo su cola torcida a todos los vientos.
No te creas: más confort hay aquí que en las buhardillas donde tú has vivido.
Perdido el principal, continuó la furiosa contienda en el segundo, y por fin en las buhardillas, donde quedó sojuzgado lo futuro y victorioso lo existente.
De todos los balcones, de todas las ventanas, de las buhardillas inclusive, surgen como por encanto cabezas de anarquistas que hacen muecas burlonas y enseñan palmos de lenguas.
Tanteole por las buhardillas, donde las había, y se encontró con que las más de ellas tenían los postigos clavados desde que estaban allí, quiso también entrar en la iglesia, y hasta logro apagar los cirios de los primeros tajos, pero le cerraron la puerta apresuradamente.
No es de omitir la noticia de que Gedeón sale muy poco de casa desde que la habita nuevamente, y que, so pretexto de que son suyos y pueden necesitar reparaciones, visita a menudo los demás pisos, y habla con sus inquilinos, y ya los conoce a todos, desde el portal a las buhardillas.
Por esta derrengada escalera se sube al primer piso, en el cual vivirán por lo menos dos familias, y continuará la escalera hasta el segundo, y allí se cobijarán sabe Dios cuántos individuos, y se ramificará hacia arriba y hacia la derecha y hacia la izquierda, y en todos los pisos hasta el quinto, y en todos los cabretes y rincones y en las buhardillas y hasta en los balcones, habitarán pescadores oprimidos, sin luz, sin aire.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba