Ejemplos con borbónica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La introducción de la casa de Borbón en el trono español, tras el último y definitivo testamento de Carlos II, tuvo dos efectos inmediatos: de un lado, una guerra europea, provocada por el recelo de Inglaterra y Holanda a una confederación borbónica, y avivada por las pretensiones sucesorias del archiduque Carlos de Habsburgo, segundo hijo del emperador alemán Leopoldo, de esta manera, España y Francia quedaban enfrentadas a la práctica totalidad de las potencias europeas aliadas.
Inicia la carrera militar llegando a ser Capitán de Dragones en el regimiento del príncipe Condé, siendo en su palacio donde conocerá a la que llegaría a ser su mujer, Maillé de Carman de sangre borbónica, emparentada con los Condé y con el rey Luis XV, que reside en el palacio en calidad de dama de honor de la princesa de Condé.
Así Teodoro Llorentenos habla de la incomodidad política del Palacio Real en unos tiempos en los que se imponía la uniformidad borbónica que terminaría convirtiendo los antiguos reinos en meras provincias.
Esto mostraba las dificultades que comezaban a tener los arquitectos barroquistas, pues comenzaba a ser preferido el nuevo estilo neoclásico, alentado por la reinante monarquía borbónica.
Gran parte de ellas fueron destruidas con la llegada borbónica a España, un siglo después.
Carlos II, indeciso, pidió consejo al Pontífice, el cual temiendo que si la corona española recaía en manos de los Habsburgo austríacos se podría volver a repetir aquella concentración de poder que se dio con el emperador Carlos V, aconsejó al soberano que lo mejor sería la sucesión borbónica.
Las tropas aliadas, cansadas, en inferioridad numérica y mal dirigidas, rompieron la formación entre el centro y el flanco debido al empuje de la caballería borbónica.
Giorgio in Velabro, que mantenía una posición de equilibrio entre las dos corrientes del cónclave, la borbónica y la imperial.
Tras la victoria borbónica de la contienda, Villena, acusando a Caudete de infiel y de traición a la Corona, reclama la soberanía de la villa caudetana que pasa a convertirse en pedanía de Villena dentro del reino de Castilla.
Declarado monárquico y liberal, fue alcalde de Barcelona en cuatro ocasiones diferentes, durante el período de la Restauración borbónica de finales del siglo XIX.
Por encima se encuentra la corona real borbónica y está rodeado por seis collares que representan las órdenes caballerescas: la Orden de San Gennaro, la de San Jorge, la del Toisón de Oro, la Orden del Espíritu Santo y la Orden de Carlos III.
La Nápoles borbónica era una de las capitales del arte mundial, principalmente de la música.
Sin la ayuda de Palmerston, Nápoles sería ahora borbónica y sin el almirante Mundy no hubiese podido jamás cruzar el estrecho de Mesina.
Pero, al mismo tiempo, aconsejó al rey que volviera a casarse cuanto antes para asegurar la continuidad de la dinastía borbónica.
Ella y un grupo de aristócratas organizaban bailes y fiestas para mantener la moral de los partidarios de Alfonso, y fue Sofía Troubetzkoy quien puso de moda un alfiler con el emblema de la flor de lis que lucían las damas en sus vestidos y sus peinados como prueba de adhesión a la causa borbónica.
Durante la restauración borbónica el ayuntamiento estuvo dominado por personas de matiz liberal, aunque existió un fuerte partido tradicionalista que tenía un local social llamado Círculo Jaimista.
La bandera que la Segunda República adoptaba como propia era la misma que numerosos grupos republicanos habían venido usando como alternativa a la enseña rojigualda, que identificaban con la monarquía borbónica en España.
A principios del siglo XVIII el patronato recobró su carácter real al asumirlo la Corona borbónica en tiempos de Felipe V, como resultado de la huida a Portugal del IX Almirante de Castilla, Juan Tomás Enríquez, por negarse a servir como embajador en Francia.
Las salinas fueron administradas por la Universidad de Ibiza desde su creación hasta la nueva planta, que pasaron a pertenecer a la monarquía borbónica.
Administrativamente, Badalona continuó funcionando con la insaculación hasta que se vio afectada por el Decreto de Nueva Planta, que impuso la estructura provinciana borbónica del victorioso rey.
Manlleu fue una de las pocas poblaciones catalanas que sostuvieron la causa borbónica, por lo que al finalizar la contienda, Felipe V concedió a la villa el título de Fidelísima, así como, en años posteriores, una serie de prebendas recogidas en el Libro de Privilegios que se conserva en el Archivo municipal.
Por esta razón, cayó en desgracia con la Restauración borbónica.
Y en la Corona de Castilla mayoritariamente borbónica, también hubo grupos austriacistas.
Tras la Restauración Borbónica y terminar sus estudios jurídicos fue nombrado canónigo de la Catedral de Toledo, dado que la actual archidiócesis de Madrid en el siglo XIX pertenecía a Toledo.
Formado en Derecho en la Universidad Central de Madrid y en la Institución Libre de Enseñanza, que llegó a presidir, fue un destacado jurista y educador muy influido por el movimiento regeneracionista y que desarrolló la mayor parte de su labor en instituciones de vanguardia del periodo de la restauración borbónica y la Segunda República.
Su mal humor le hizo ver considerablemente agrandada la fealdad del monumento con que la restauración borbónica había adornado el antiguo cementerio de la Magdalena.
Luego de admirar en el museo da la abadía los recuerdos artísticos de la dominación borbónica y la dominación muratesca, entraron en un restorán próximo, una con las mesas puestas en una explanada desde cuyas barandas podía abarcarse el espectáculo inolvidable del golfo, viéndose además el Vesubio y la cadena de montañas que se esfumaba en el horizonte como un oleaje inmóvil de rosa obscuro.
Su enorme faz rasurada quería echar la sangre por los poros, concentrándose con preferencia en el lomo gigantesco de su nariz borbónica.
Era éste un hombre de sesenta, a setenta años, bajo de estatura y muy subido de color, el pelo bien conservado y enteramente blanco, las mejillas rasuradas, la nariz borbónica, los ojos grandes, redondos y saltones.
Aquella misma tarde quiso Fernando examinar de cerca a su ahijado, y en su propia cámara, hundido él en su poltrona, puso al recién nacido sobre sus rodillas, abrióle la boquita con un dedo, y metióle su nariz de pura raza borbónica, como si quisiera examinarle la embocadura del esófago.

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