Ejemplos con blancas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En la noche serena, toda de nubes blancas y de estrellas, se oye allá arriba, desde el silencio del corral, un incesante pasar de claros silbidos.
Tú irás delante conmigo, que seré Gaspar y llevaré unas barbas blancas de estopa, y llevarás, como un delantal, la bandera de Colombia, que he traído de casa de mi tío, el cónsul.
Cuando hemos, llegado a la plaza, unas mujeres vestidas de locas, con largas camisas blancas, coronados los negros y sueltos cabellos con guirnaldas de hojas verdes, han cogido a Platero en medio de su corro bullanguero, y, unidas por las manos, han girado alegremente en torno de él.
Penetrando por aquella puerta, se veía la razón del letrero en un mostrador sobrecargado de cacharros menudos, en una gran aceitera con canilla, y algunas botellas blancas, llenas de aguardiente de otras tantas denominaciones, en una estantería espaciosa, ocupada con paquetes de cigarros y de cajas de cerillas, libritos de fumar, grandes pedazos de bacalao, tortas de pan, madejas de hilo, garbanzos y otros artículos, tan varios en su naturaleza como reducidos en cantidad, en algunas mesas simétricamente colocadas fuera del mostrador, en tal cual barrica o hinchado pellejo que se vislumbraban entre la obscuridad del fondo, y en otros mil detalles propios de semejantes establecimientos, los cuales conoce el discreto lector tan bien como yo.
Pero en las almas blancas, vírgenes de experiencias y recuerdos, los tales conjuros, lejos de ahuyentar visiones turbadoras, que no existen, las sugieren.
De éstas, las que no eran rubias eran muy blancas, aquélla era morena.
¡Rosa de Jericó! Rosa sin espinas! ¡Mi reina de las manos blancas, que hilaban para los pobres!.
Dentro de las blancas barracas había ojos que atisbaban curiosos por las rendijas, tal vez bocas que reían con un gozo infernal, pero ni una voz que dijera: ¡Aquí estoy!.
Las pilastras blancas sostenían una parra vetusta, que daba sombra a tan vasto espacio, y apilados a lo largo de un lienzo de pared, taburetes y mesitas de cinc, en tan prodigiosa cantidad, que parecía haber previsto la invasión de su casa por la vega entera.
Batiste se fijó por primera vez detenidamente en la famosa taberna, con sus paredes blancas, sus ventanas pintadas de azul y los quicios chapados con vistosos azulejos de Manises.
Y pugnaba con la madre por apartarla del ataúd, por obligarla a que entrase en el y no presenciase el terrible momento de la salida, cuando el , levantado en hombros, alzase el vuelo con las blancas alas de su mortaja para no volver más.
Primero, las notas aisladas e incoherentes de la introducción eran las manchas verdes de los cercanos jardincillos, las rojas aglomeraciones de tejados, las blancas paredes, todas las pinceladas de color sueltas y sin armonizar por hallarse próximas.
En torno de la agitábase un oleaje de relamidos peinados, de gorras con visera amarilla y de blusas blancas.
El entusiasmo les hacía feroces, creían que era el mismo gobierno lo que quemaban al son de la , y los industriales soñaban despiertos en la rebaja de la contribución, los de las blusas blancas en la supresión de los Consumos y el impuesto sobre el vino, y las mujeres, enternecidas y casi llorosas, en que acabarían para siempre las quintas.

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