Ejemplos con bellaquería

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

También nota que Don Quijote y Sancho no son solamente arquetipos y personajes antagónicos, sino personajes que se complementan y completan: Ni Don Quijote es ridículo, ni Sancho bellaco, sin que de la ridiculeza del uno y la bellaquería del otro resulte algún provecho general.
El gusto malsano del público ha pervertido a los escritores con oro y aplauso, y ellos toman por acierto suyo lo que no es sino bellaquería e indelicadeza de los lectores.
Pero los diablos resultan inocentes siempre que tienen que vérselas con la malicia del hombre: su destino es ser engañados a la larga por el pecador, y el hábil Carreño, al comprender la bellaquería de sus revoltosos marineros, ordenó en adelante todo lo contrario de lo que en realidad quería que ejecutasen.
El peludo señor perdió por completo la cabeza, y temiéndolo todo de la bellaquería de la condesa, que tenía él muy bien conocida, pidió a toda prisa un simón, y sin acordarse para nada de que su barba sin teñir iba a revelar el hasta entonces bien guardado secreto a las lenguas más hábiles en cortar sayos que encerraba la corte, corrió al palacio de aquella equívoca oveja que tanto le importaba conservar en el redil alfonsino.
Entonces imaginó una gran bellaquería.
Apenas se inclinó hacia ella, pudoa pesar de su poca experiencia y ninguna maliciaconvencerse de que el supuesto ataque no era sino bellaquería grandísima y sinvergüenza calificada.
Antes me dejaré cortar la lengua que aconsejar una bellaquería.
Es gran bellaquería suponer esa ley obscura y vaga, y forjarse casos terribles, conflictos espantosos entre los sentimientos naturales y el sencillo cumplimiento de un deber.
-¿Con que es una gran bellaquería? -repitió lord Gray burlonamente-.
Digo y repito que es una gran bellaquería.
Mejor dijeras de la bellaquería de tu amo.
Tu madre, hijo, se llamó la Montiela, que despues de la Camacha, fué famosa: yo me llamo la Cañizares, si ya no tan sábia como las dos, a lo ménos de tan buenos deseos como cualquiera dellas: verdad es, que al ánimo que tu madre tenia de hacer y entrar en un cerco, y encerrarse en él con una legion de demonios, no le hacia ventaja la misma Camacha: yo fuí siempre algo medrosilla, con conjurar media legion me contentaba, pero con paz sea dicho de entrambas, en esto de conficionar las unturas con que las brujas nos untamos, a ninguna de las dos diera ventaja, ni la daré a cuantas hoy siguen y guardan nuestras reglas: que has de saber, hijo, que como yo he visto y veo que la vida que corre sobre las lijeras alas del tiempo se acaba, he querido dejar todos los vicios de la hechicería en que estaba engolfada muchos años habia, y solo me he quedado con la curiosidad de ser bruja, que es un vicio dificultosísimo de dejar: tu madre hizo lo mismo: de muchos vicios se apartó, muchas buenas obras hizo en esta vida, pero al fin murió bruja, y no murió de enfermedad alguna, sino de dolor de que supo que la Camacha su maestra, de envidia que la tuvo porque se le iba subiendo a las barbas en saber tanto como ella, o por otra pendenzuela de celos que nunca pude averiguar, estando tu madre preñada, y llegándose la hora del parto, fué su comadre la Camacha, la cual recebió en sus manos lo que tu madre parió, y mostróle que habia parido dos perritos, y así como los vió, dijo: Aquí hay maldad, aquí hay bellaquería, pero, hermana Montiela, tu amiga soy, yo encubriré este parto, y atiende tú a estar sana, y haz cuenta que esta tu desgracia queda sepultada en el mismo silencio: no te dé pena alguna este suceso, que ya sabes tú que puedo yo saber que si no es con Rodriguez el ganapan, tu amigo, dias há que no tratas con otro, así que este perruno parto de otra parte viene, y algun misterio contiene.
—El ausencia de vuesas mercedes, y mi bellaquería, por mejor decir, me hizo traer una mujer estas tres noches a estar conmigo: suplico a vuesa merced, señor D.
Pero, como suele decirse que un mal llama a otro, y que el fin de una desgracia suele ser principio de otra mayor, así me sucedió a mí, porque mi buen criado, hasta entonces fiel y seguro, así como me vio en esta soledad, incitado de su mesma bellaquería antes que de mi hermosura, quiso aprovecharse de la ocasión que, a su parecer, estos yermos le ofrecían, y, con poca vergüenza y menos temor de Dios ni respeto mío, me requirió de amores, y, viendo que yo con feas y justas palabras respondía a las desvergüenzas de sus propósitos, dejó aparte los ruegos, de quien primero pensó aprovecharse, y comenzó a usar de la fuerza.
Señor caballero, este muchacho que estoy castigando es un mi criado, que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tan descuidado, que cada día me falta una, y, porque castigo su descuido, o bellaquería, dice que lo hago de miserable, por no pagalle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima que miente.
Venga, pues, vuestra merced, señor oidor, y vuestra merced, señor cura, y el uno sirva de rey Agramante, y el otro de rey Sobrino, y pónganos en paz, porque por Dios Todopoderoso que es gran bellaquería que tanta gente principal como aquí estamos se mate por causas tan livianas.
Pero encomendémoslo todo a Dios, que Él es el sabidor de las cosas que han de suceder en este valle de lágrimas, en este mal mundo que tenemos, donde apenas se halla cosa que esté sin mezcla de maldad, embuste y bellaquería.
¡Éste es engaño, engaño es éste! ¡A Tosilos, el lacayo del duque mi señor, nos han puesto en lugar de mi verdadero esposo! ¡Justicia de Dios y del Rey, de tanta malicia, por no decir bellaquería!.
No vos acuitéis, señoras dijo don Quijote, que ni ésta es malicia ni es bellaquería, y si la es, y no ha sido la causa el duque, sino los malos encantadores que me persiguen, los cuales, invidiosos de que yo alcanzase la gloria deste vencimiento, han convertido el rostro de vuestro esposo en el de este que decís que es lacayo del duque.
JUEZ: ¿Hay tan gran bellaquería?.
Amistad llaman el amancebamiento, trato a la usura, burla a la estafa, gracia la mentira, donaire la malicia, descuido la bellaquería, valiente al desvergonzado, cortesano al vagamundo, al negro moreno, señor maestro al albardero y señor doctor al platicante.
-Yo soy -dijo- Matalascallando, y nadie sabe por qué me llaman así, y es bellaquería, que quien mata es a puro hablar, y esos son matalashablando, que las mujeres no quieren en un hombre sino que otorgue, supuesto que ellas piden siempre, y si quien calla otorga, yo me he de llamar Resucitalascallando.
Pero de repente, el corazón le dio dos latigazos, y un sudor frío comenzó a correrle por la espalda: las piernas, cometiendo la bellaquería que solían en los casos apurados, se le declararon en huelga, como si huyeran solas del apuro.
Y estando haciendo semejantes extremos y lamentaciones, entró un diablejo zurdo, mozo de retrete de Satanás, diciendo que Satanás su señor le besaba las manos, que había sentido la bellaquería que había usado el Cojuelo, que él trataría de que se castigase, y que entre tanto se quedase él sirviéndole en su lugar.
en el mundo, criadero de brillante bellaquería,.
caballería en bellaquería, que no le agrada la torpeza si no es descarada, el acuchillador se.
Su gracia en el vender, su bellaquería en el tratar.
Como él, tenía falta absoluta de conciencia y voluntad propia a cualesquier bellaquería, por grande que ella fuese.
Temiendo que fuera burla o bellaquería del preso, alzaron los garrotes y empezaron a sacudirle el polvo.

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