Ejemplos con atrocidad

La peor atrocidad se produjo cuando la catedral de Urfa, en la que tres mil armenios se habian se habían refugiado, fue incendiada.

Ellos supusieron que si efectuaban un atentado y presionaban a los británicos en Bishopsgate o con alguna otra atrocidad, afectarían en su favor nuestra posición de negociación.

The Culture of Make Believe comienza por explorar el racismo y la misoginia para así mirar como la cultura del capitalismo moderno lleva inevitablemente al odio y la atrocidad.

Wexford se convirtió en el escenario de otra infame atrocidad cuando las tropas Parlamentaristas entraron en la ciudad mientras se estaban llevando a cabo las negociaciones para su rendimiento.

Esta es la historia de la increíble capacidad de un niño para soportar atrocidad tras atrocidad, sin renegar de la decencia, la amabilidad y la esperanza de tener un hogar y ser aceptado.

Éste trata de justificar la atrocidad que ha causado su central haciendo creer que el pez es evolutivamente superior y que además es sabroso.

Rocio, al enterarse de tal atrocidad, jura que un día Fernando se lamentará haberla dejado por otra mujer y decide quedarse en la ciudad junto a Balbina y para así poder superarse.

El nombre original del pueblo es Tutuhon luhan , que significa alguien que tiene miedo de la muerte inminente o de cualuquier atrocidad o de cualquier cosa.

Benny Morris cita en el mismo artículo una anotación en el diario de uno de los miembros de la Alexandroni que había participado en la toma de Tantura, calificándola de documento que despide el rancio olor de la atrocidad :.

El primer tema de Propiedad Privada fue Melting Pot la cual fue compuesta y escrita por el vocalista, que meses después fue grabada como un demo al igual que Atrocidad.

La atrocidad y el aburrimiento van de la mano.

La realidad de la civilización del consumo y la atrocidad de la alienación publicitaria que hacia consumir aquello mal habido producto de la injusticia o la explotación forzaron a los tiratintas a cuestionarse cada una de sus postura desde que ropa usar hasta el grado de sufrimiento a ingerir en cada comida desde su elaboración.

Después de varios años, Roku viajaba montado en su dragón sobre el Reino Tierra, y al ver que un pueblo del mismo había sido conquistado por la Nación del Fuego, supo que solo Sozin sería capaz de tal atrocidad.

Un día, mientras Izumi está entrenando, llega Kouji y le pide que lo deje entrenar con él, pero éste último se desmaya, Izumi lo lleva a su casa y al despertar Kouji trata de ultrajar a futbolista, pero este no se lo permite y Kouji le dice que lo mate, antes de que haga una atrocidad por amor, al final lo deja ir.

Y yo marcho, Pepita, yo leo una muchedumbre de libros, yo emborrono una atrocidad de cuartillas, pero esa gloria tan casquivana no llega, no llega.

¡Qué atrocidad! ¡Qué escándalo! ¡Pero ese infame! Es menester tomar una determinación Debe concluir esto, sin que nadie se entere.

¡Oh, no, es una atrocidad! Señor Duque, usted está muy lejos de sospechar que su venida a esta casa ha producido graves disgustos.

Hola, don Pedro, frío, ¿eh? ¡Caramba qué mañana! ¡Mire usted que levantarse un hombre de la cama para esto! ¡Válgate Dios! Hubiera dado el dedo meñique, ¡el dedo meñique, sí! por no tener que asistir a una atrocidad semejante.

¿Lo ves? ¡ya te hice sangre! ¡Qué atrocidad, ni que fuese un perro!.

Es una atrocidad lo comprendo pero yo no puedo resignarme a ser desgraciado toda la vida.

¡Sobre todo aquellos tirones! ¡Santo Cristo, qué atrocidad!.

Y soltó una atrocidad, una indecencia que aturdió por completo al fondista e hizo enrojecer a la marquesa detrás de la puerta, con ese santo rubor que realza tantas veces a los fuertes y castos ángeles de la caridad que sirven en los hospitales, sin asustarles por eso, ni hacerles huir de la cabecera de ciertos enfermos.

Ocupólo este entonces con la mayor frescura y dando una gran palmada en el muslo a Villamelón, díjole tal atrocidad, relativa a su entripado, que Jacobo y Leopoldina se miraron espontáneamente, como quien dice: ¡Animal!.

¡Qué atrocidad! ¿Con un gato? ¡Pero eso es imposible!.

Diógenes soltó una atrocidad, acompañada de la interjección favorita que solía emplear entre señoras, sustituyendo a otras más enérgicas: ¡Polaina! Había merendado aquella tarde en San Antonio una ensalada de pepinos y se le habían indigestado algún tanto.

¡Qué atrocidad! ¡A riesgo de saltarte un ojo! Ten cuidado, chica, con tus ojos, que me gustan mucho.

¡Qué atrocidad! Como que estamos entre las , que es, según decía mi Jáuregui, el peor tiempo de Madrid.

¡Pruuun! Guillermina se quedó atontada cuando oyó esta atrocidad:.

Si no lo advierte Ballester ¡qué atrocidad!, dejo ciego al enfermo No puedo trabajar.