Ejemplos con apoyaba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El brazo izquierdo se apoyaba en el instrumento y la cara descansaba en una mano, oculta casi por la palma y los dedos.
Estaba habituada, años y años, a oír los latinajos del antiguo marinero, que desde su banco apoyaba a gritos las respuestas del ayudante.
Al otro lado del tabique, se apoyaba el lecho en donde Angustias reposaba.
Julieta, que había sabido por multitud de respuestas, arrancadas a su padre, que en la conducta de aquél no había de censurable más que el afán de darse importancia, protestaba contra una medida tan violenta, y doña Juana apoyaba a su hija.
Artegui retiró aprisa su mano de la asilla del vidrio, donde la apoyaba, y la niña miró atónita a su alrededor.
Fueron al punto servidos Artegui y Lucía, mientras el mozo se apoyaba en el respaldo de la silla del primero.
Pues se bajaba, y le alzaba los pies y se los apoyaba en un taburete así, así, y le ponía detrás de la cabeza hasta una docena de almohadas, almohadones y almohadillas, de distintos tamaños y hechuras, todo para acomodarlas a la respiración de la pobre señora.
La otra mano se apoyaba en un bastón, auxilio necesario para poder mover una pierna que no quería recobrar su elasticidad.
El orgullo alemán no se apoyaba únicamente en su Dios, apelaba igualmente a la ciencia.
Además, se apoyaba en los malos ejemplos de su hermano para hacer frente a los viejos.
En este ataque de toro furioso quedó detenido por un simple contacto en la frente, un diminuto círculo metálico, una especie de dedal helado que se apoyaba en su piel.
Ulises sintió cómo se apoyaba en él instintivamente, con un contacto que fué haciéndose por momentos más íntimo.
Venía vestido como los montañeses, y se apoyaba en un bastón largo y nudoso.
Por esto se apoyaba con fuerza en Ojeda, haciéndole sentir del hombro a la rodilla el adorable y firme contacto de su cuerpo.
Ramona, encendida también como una amapola, apoyaba la barba adornada por los lados con dos hechiceros hoyuelos, sobre su hombro.
Sagrario se apoyaba en Gabriel, como si le faltasen las fuerzas y, medrosa ante la felicidad, quisiera refugiarse dentro de él.
Se apoyaba en un bastón de mando con cierta marcialidad, y las borlas de oro de su sombrero caían sobre su nuca grasienta, de una piel rosada y cubierta de pelos blancos.
Y el valentón apoyaba con razones su conducta.
Ya se apoyaba en la mesa sobre el codo izquierdo, ya el sobaco derecho montaba sobre el respaldo de la silla, como si esta fuera una muleta, ya en fin, las piernas se extendían sobre la mesa cual si fueran brazos.
Y como no hay secreto bien guardado entre tres, y menos entre tres docenas, el país y el gobierno supieron pronto la gran noticia: el candidato de la Junta se retiraba de buen grado, y en su lugar Barbacana apoyaba, con el nombre de independiente, a don Pedro Moscoso, conocido por marqués de Ulloa.
Ya le apoyaba un dedo en el carrillo, para provocarla a risa, ya remedaba a un lagarto, arrastrando la mano por el cuerpo de la nené arriba, e imitando los culebreos del rabo, ya se fingía encolerizado, espantaba los ojos, hinchaba los carrillos, cerraba los puños y resoplaba fieramente, ya, tomando a la nena en peso, la subía en alto y figuraba dejarla caer de golpe sobre las espigas.
Don Pedro apoyaba con desaliento la cabeza en el cerrado puño.

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