Ejemplos con apeamos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Sorpresa la nuestra, querida! Llegamos a la estación, nos apeamos del tren y ni un alma que nos dé los buenos días.
Cuando en toda la comitiva se manifestó la querencia del sueño, hicimos alto, nos apeamos, y la Diosa nos encaminó a una grande y limpia caverna, donde permanecimos entregados al descanso.
De la calle de Santa Ana fuimos a la del Ave María y de allí a la plazuela de Antón Martín, donde nos apeamos los dos, yo llamé al sereno, y este abrió la puerta de la casa de Santiso.
Cuando nos apeamos frente a la puerta, vi que en el fondo del corral pestañeaba la luz de un candilejo, la luz se fue acercando, trayendo detrás de sí a un árabe caduco y medio cegato que saludó a como a un antiguo conocimiento.
Nos apeamos junto a una puerta humilde, hízose cargo de las mulas , y el amo y yo entramos a un patio ni grande ni bonito, sin adorno de tracería ni frescura de plantas.
En cuanto nos apeamos, fue preciso llamar al médico, y el ataque tomó en los días siguientes alarmantes proporciones.
Nos apeamos, en efecto, y nos precipitamos de cabeza por aquel cerro abajo, quiero decir, nos precipitamos de pies, sin hacer caso alguno de senderos y veredas, buscando siempre la línea más recta posible, ora deslizándonos como los torrentes sobre las penas, ora brincando de una en otra como las cascadas, y arrastrando detrás de nosotros a los caballos, -que acabaron también por cerrar los ojos al peligro y dar todos los saltos que les exigieron nuestros imperiosos tirones.
Descubríme entonces yo también, lleno de extrañeza, y nos apeamos los dos, casi al mismo tiempo que el descargador del heno saltaba del carro abajo, muy diligente y airoso, por la rabera.
En cuanto nos apeamos, fue preciso llamar al médico, y el ataque tomó en los días siguientes alarmantes proporciones.
Y nosotros nos apeamos vivamente de nuestros caballos, los confiamos a uno de los nuestros, nos abalanzamos a una barca de pesca que estaba amarrada allí, y maniobramos con rapidez para dar alcance a la gacela.
Cuando nos apeamos frente a la puerta, vi que en el fondo del corral pestañeaba la luz de un candilejo, la luz se fue acercando, trayendo detrás de sí a un árabe caduco y medio cegato que saludó a El Nasiry como a un antiguo conocimiento.
Cuando en toda la comitiva se manifestó la querencia del sueño, hicimos alto, nos apeamos, y la Diosa nos encaminó a una grande y limpia caverna, donde permanecimos entregados al descanso.
Llegamos a Reinosa, y allí nos apeamos para comer en un parador, del cual salirnos casi de noche y tiritando de frío, por lo que, bien comidos y al calorcillo consolador que producíamos los seis viajeros apretados en el interior de la diligencia, a pesar de la incesante charla del hombre del gorro, no tardamos en arrimar la cabeza a las paredes del coche y en dormirnos profundamente.
Todos nos apeamos y rodeamos, con armas en la mano, el huncal y la lagunita.
Mientras el arreo seguía su camino, nos apeamos en el rancho, cuyo dueño nos recibió como a conocidos viejos.
Nos apeamos en el palenque de los peones, entramos a la cocina donde no había nadie.
Nos miró con ojos burlones cuando nos apeamos del coche del rey, y nos dijo:.
Nos apeamos, pagamos el trayecto y el coche regresó traqueteando a Leatherhead.
De hecho, nos apeamos del coche para entrar directamente en el vestíbulo, de modo que no me fue posible dirigir la menor mirada a la fachada de la casa.
Nos apeamos, nos sentamos, y poco a poco comenzaron a llegar visitas, entrando y saliendo las gentes de la casa.
Llegados a Cidones, nos apeamos el campesino y yo, despidiéndonos del indiano, que continuaba su viaje en la diligencia hasta San Leonardo, y emprendimos en sendas caballerías el camino de Vinuesa.

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