Ejemplos con anécdotas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Una de las anécdotas de la producción del disco fue la que se cuenta en la canción Scared.
A los ocho años comenzó a redactar cortos relatos y anécdotas familiares de ingenuidad infantil, hasta que, a la edad de doce años aproximadamente, escribió sus primeros versos.
Dentro de este estilo se pueden encontrar los cuatro volúmenes que conforman Recuerdos y crónicas de antaño, así como La anécdota del día y Hombres y anécdotas.
Pero su testimonio está enredado con anécdotas personales y una fresca pero firme preocupación social y enfocado desde una óptica popular y suburbana, profundamente original, que le lleva a soluciones formales certeras y a una notable soltura expresiva.
Mark hablaría sobre su divertida relación con la élite del rock mediante monólogos, anécdotas y música.
De manera amena y divertida, con anécdotas de los científicos más relevantes de la época nos muestra el espectacular y sorprendente comportamiento del mundo de lo pequeño y un acercamiento a la intriga del infinito.
El cine del Sur: en el que Mónica Villalaín presenta una película previamente seleccionada por Galina Kalinnikova y de la que César Vidal relata anécdotas de su rodaje, de sus actores o de su banda sonora.
Juntos, ríen de las anécdotas que Bart cuenta sobre Ned.
Publicó, entre varias otras obras, El teatro de la Nueva España en el siglo XVI, Don Carlos de Singüenza y Góngora, erudito barroco, El antiguo colegio de San Ildefonso, Anécdotas, cuentos y relatos, Breve historia de la novela mexicana, Presencias de Don Quijote en las artes de México.
También se insertaron anécdotas, algunas curiosidades y poemas.
La conversación con él deparaba una de las experiencias dialécticas más extraordinarias, pues sus comentarios y observaciones estaban repletos de anécdotas, de citas de los clásicos y de amenidad.
Envió miles de crónicas, invitando con su profunda y habitual alegría, a la vocación sacerdotal y a misionar, y cartas y artículos describiendo la vida y anécdotas esquimales, que pronto se iban publicando en una revista de Misiones, principalmente en la ya extinguida El Siglo de las Misiones.
Según anécdotas de la época, ciertas madres usaban esta estrategia con sus hijos diciendo que viene el coco cuando en realidad era su amante.
Mientras intentan convencerles de que los libern, la pandilla empieza a recordar cómo se conocieron, cuándo llegaron por primera vez a la escula de la calle tercera y otras anécdotas interesantes.
El partido nos deja dos anécdotas.
Sus Estratagemas que suelen situarse entre los escritos militares no son sino un repertorio o reunión de anécdotas, en que prueba a menudo su escasa crítica.
Covarrubias introduce constantemente en los artículos la primera persona, manifestando opiniones, haciendo divagaciones, contando historias y anécdotas propias y ajenas, etc.
Son abundantes las anécdotas sobre los numerosos debates a propósito del texto definitivo, siendo las relativas a las reuniones secretas hasta altas horas de la madrugada de Fernando Abril Martorell de UCD y Alfonso Guerra del PSOE las más numerosas.
Era uno de los goces mayores de Lucía las conversaciones que a veces pasaba con Perico cuando él se dignaba tratarla, no como a una chiquilla, sino como a mujer hecha, y le comunicaba detalles, anécdotas y sucesos de lo que por lo regular no llegan a oídos de las doncellitas educadas con cierta severidad y recato.
Se contaban a este propósito, en letras de molde, todas las anécdotas más o menos chistosas que corrían por la villa, y algunas más descubiertas o inventadas por los maleantes redactores.
Sacó a luz algunas anécdotas de su vida, en que no hacía muy honroso papel, y hasta la emprendió con sus trajes y corbatas, no perdonando medio para hacer reir a su costa.
Al fin y al cabo lo que las novelas decían, era mentira, mientras que las anécdotas del Duque acababan de efectuarse, los personajes que en ellas habían intervenido vivían y eran conocidos de todo el mundo.
Luego vinieron las anécdotas picantes.
Poco a poco iban llegando los amigos, aquellos hermanos de su alma, que en la soledad en que Plácido estaba le parecían algo como la paloma del arca, pues le traían en el pico algo más que un ramo de oliva, le traían la palabra, el sabrosísimo fruto y la flor de la vida, el alcohol del alma, con que apacentaba su vicio Pasábanse el día entero contando anécdotas, comentando sucesos políticos, tratando de tú a Mendizábal, a Calatrava, a María Cristina y al mismo Dios, trazando con el dedo planes de campaña sobre el mostrador en extravagantes líneas tácticas, demostrando que Espartero debía ir necesariamente por aquí y Villarreal por allá, refiriendo también sucedidos del comercio, llegadas de tal o cual género, lances de Iglesia y de milicia y de mujeres y de la corte, con todo lo demás que cae bajo el dominio de la bachillería humana.
El más calificado era un viejo catarroso, andaluz, gran narrador de anécdotas, mal hablado, y en el fondo buena persona.
No es todo frivolidad, anécdotas callejeras y mentiras.
Otras noches había oído anécdotas parecidas y se había reído, pero aquella noche se ponía de todos colores deseando que a su condenado amigo se le secara la boca.
Era el momento más sabroso, el verdadero instante de felicidad espiritual para un cazador de raza: era el minuto de las anécdotas cinegéticas y, sobre todo, de los embustes.
Aparte de la manía de referir en las sobremesas y entre amigos de confianza mil anécdotas, no contrarias al pudor, pero sí a la serenidad del estómago de los oyentes, era don Manuel persona cortés y de buenas formas para presidir, verbigracia, un duelo, asistir a una junta en la Sociedad Económica de Amigos del País, llevar el estandarte en una procesión, ser llamado al despacho de un gobernador en consulta.
El médico de Cebre, atrabiliario, magro y disputador, el notario, coloradote y barbudo, osaban decir chistes, referir anécdotas, el sobrino del cura de Boán, estudiante de derecho, muy enamorado de condición, hablaba de mujeres, ponderaba la gracia de las señoritas de Molende y la lozanía de una panadera de Cebre, muy nombrada en el país, los curas al pronto no tomaron parte, y como Julián bajase la vista, algunos comensales, después de observarle de reojo, se hicieron los desentendidos.

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