Ejemplos con altísimo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Desde entonces, así fue como lo vi en todo momento: altísimo y solo, con los demás postrados ante él.
A esto se añade la gran estatua del Redentor en cobre dorado situada encima del altísimo campanario, que la convierte en un punto de referencia desde diversos lugares panorámicos de la ciudad.
En Punata, Jach'a Muqu cuenta en su acervo glorioso el altísimo honor de haber hospedado como perínclito visitante al célebre Inka Wiraqucha que dispenso la gracia de pernoctar por más de una noche entre los moradores del referido valle, cuando este hacía su gira hacia la pugnaz provincia de Charcas que habían conquistado sus antecesores los Incas Qhapaj Yupanki y el Inka Ruka.
A su diestra, con la rodilla derecha en tierra y el palo de mensajero en su diestra, aparece San Gabriel, con vaporosa alba y dorada capa pluvial, transmítiendo el mensaje a la futura Madre del Altísimo.
Es el segundo volúmen de la Colección en Vivo de los siguientes proyectos sacados como: Poderoso y ¡Alabadle! de Marcos Witt, Dios Altísimo de Roberto Torres, Proclamando Libertad de Edgar Rocha y Cristo Reina de Jaime Murrell.
Este hecho ha generado en múltiples ocasiones diversos problemas económicos para la organización debido al altísimo costo de los tratamientos y a la creciente demanda de nuevos pacientes discapacitados, además de la planificación y diseño de nuevos centros de rehabilitación.
Apilador de rivales por naturaleza, podía jugar en cualquiera de los puestos de ataque, pero se lució esencialmente como centreforward o como insider izquierdo, desde donde aplicaba toda su sapiencia y el altísimo valor de su jerarquía.
Otros nombres usados por los cristianos incluyen Dios Padre, Abbá, el Altísimo.
Como parte importante del arte culinario ancestral del Paraguay, posee, por la naturaleza de sus ingredientes, altísimo valor calórico y proteico.
El altísimo número de muertes se debía a las durísimas condiciones del campo y también a las circunstancias vividas por muchos de ellos, evacuados desde otros Kommandos en las semanas que precedieron al fin de la guerra.
Nada puede igualarse al ardor con que don Benigno procuraba esposas al Altísimo.
¿Si habrá tocado su corazón el dedo del Altísimo? ¿Si el buen señor, edificado con las homilías del sobrino, tratará de abrazar la vida contemplativa y de ser santo también?.
La Condesa, pues, se sometió a la voluntad del Altísimo y esperó tranquila, y esforzándose por no desearla, la muerte de su marido, antes que la suya llegase.
Don Román vestía su eterno traje, su traje típico: pantalones anchos, larga levita negra, verduzca y mugrienta, chaleco blanco, pringado de rapé en las solapas, el cuello de la camisa altísimo, arrugado, sin almidón, ancho y apretado corbatín.
Recios manojos de larguísimos bambúes y de enormes y vistosas plumas empenachaban además gallardamente cada uno de estos bagajes, y, en fin, sobre el altísimo túmulo y copete del mayor de ellos, veíase una gran jaula de hoja de lata, dentro de la cual se consumia de nostalgia el más corpulento y verde loro que haya atravesado nunca el Océano Atlántico.
Aquí pudieras tambien preguntarme qué gusto o provecho saca el demonio de hacernos matar las criaturas tiernas, pues sabe que estando bautizadas, como inocentes y sin pecado se van al cielo, y él recibe pena particular con cada alma cristiana que se le escapa: a lo que no te sabré responder otra cosa, sino lo que dice el refran, que tal hay que se quiebra dos ojos, porque su enemigo se quiebre uno, y por la pesadumbre que da a sus padres, matándoles los hijos, que es la mayor que se puede imaginar, y lo que mas le importa es hacer que nosotras cometamos a cada paso tan cruel y perverso pecado: y todo esto lo permite Dios por nuestros pecados, que sin su permision yo he visto por esperiencia que no puede ofender el diablo a una hormiga, y es tan verdad esto, que rogándole yo una vez que destruyese una viña de un mi enemigo, me respondió que ni aun tocar a una hoja della podia, porque Dios no queria, por lo cual podrás venir a entender, cuando seas hombre, que todas las desgracias que vienen a las gentes, a los reinos, a las ciudades y a los pueblos, las muertes repentinas, los naufragios, las caidas, en fin, todos los males que llaman de daño, vienen de la mano del Altísimo y de voluntad permitente: y los daños y males que llaman de culpa, vienen y se causan por nosotros mismos.
Si no, dígame vuesa merced: ¿por cuál de las mentecaterías que en mí ha visto me condena y vitupera, y me manda que me vaya a mi casa a tener cuenta en el gobierno della y de mi mujer y de mis hijos, sin saber si la tengo o los tengo? ¿No hay más sino a troche moche entrarse por las casas ajenas a gobernar sus dueños, y, habiéndose criado algunos en la estrecheza de algún pupilaje, sin haber visto más mundo que el que puede contenerse en veinte o treinta leguas de distrito, meterse de rondón a dar leyes a la caballería y a juzgar de los caballeros andantes? ¿Por ventura es asumpto vano o es tiempo mal gastado el que se gasta en vagar por el mundo, no buscando los regalos dél, sino las asperezas por donde los buenos suben al asiento de la inmortalidad? Si me tuvieran por tonto los caballeros, los magníficos, los generosos, los altamente nacidos, tuviéralo por afrenta inreparable, pero de que me tengan por sandio los estudiantes, que nunca entraron ni pisaron las sendas de la caballería, no se me da un ardite: caballero soy y caballero he de morir si place al Altísimo.

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