Ejemplos con alabanza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

All of the Above es el octavo álbum de alabanza y adoración de Hillsong United, el primero grabado en estudio y primero también de un proyecto en tres partes.
Esta es la primera estrofa de una Alabanza a Dios por su Gran Salvación:.
Ellos se han inspirado en historias que han vivido en los últimos años, momentos de alabanza en la presencia de Dios y el testimonio de otras personas.
Mario tocaba guitarra en un ministerio de alabanza y Erick estaba con unos jóvenes de su iglesia.
En el centro de su atención debe estar la celebración de la Santa Misa: Hay que tener presente que será poco todo lo que se haga para fomentar la reverencia de los fieles que asisten a la Santa Misa, o a alguna ceremonia litúrgica de alabanza y de adoración a la Santísima Eucaristía, y tendrán más facilidad para ser devotos, si ven que el porte exterior del sacerdote es piadoso, recogido.
En su poemario Agueybaná ya Corretjer se va proyectando como el poeta épico de Puerto Rico, proyección que queda totalmente plasmada en su famosa Alabanza en la torre de Ciales.
Los Rohirrim enterraron a sus muertos en un montículo y cantaron cantos de alabanza.
Como si callaran, que nosotros, los probes, vamos por onde nos llevan, ¡y gracias que así y todo! Conque ¡ea!, se agradece el osequio y la alabanza, y hasta otra.
Confieso que la unánime y entusiasta aprobación, diré mejor, la alabanza sin restricciones que ha coronado a , ha sido para mí, como para su autor, una verdadera aunque agradable sorpresa.
Hija, no es alabanza, pero ¡cómo cantó este mal demonches de Julieta, y qué manos las suyas para teclear el peano! Le digo a usted que la casa se despampanaba después con el palmoteo.
Pero ¿qué mucho si el mismo amor mal pagado suele ser causa de ventura y de gozo íntimo para el amante que prefiere amar, aun sin correspondencia, a que se desprenda y aparte el amor de su alma, dejándola solitaria, seca y vacía? Queda, pues, demostrado así que todo es egoísmo, si bien es fuerza convenir en que hay egoísmos sublimes y merecedores de perpetua alabanza.
Pocas plumas se han deslizado sobre el papel en su alabanza o censura, y aquel conjunto de sublimes creaciones o delicadísimos detalles pasa inadvertido ante la grosera mirada del vulgo.
Cada cosa destas que la vieja me decia en alabanza de la que decia ser mi madre, era una lanzada que me atravesaba el corazon, y quisiera arremeter a ella y hacerla pedazos entre los dientes, y si lo dejé de hacer fué porque no le tomase la muerte en tan mal estado.
—Sí acuerdo, respondió Andres, y era un soneto en tu alabanza, y no malo.
Mirad lo que habeis dicho, Preciosa, y lo que vais a decir, que esas no son alabanzas del paje, sino lanzas que traspasan el corazon de Andres que las escucha: ¿quereislo ver, niña? pues volved los ojos y veréisle desmayado encima de la silla con un trasudor de muerte, no penseis, doncella, que os ama tan de burlas Andres, que no le hiera y sobresalte el menor de vuestros descuidos: llegáos a él enhorabuena, y decilde algunas palabras al oido que vayan derechas al corazon, y le vuelvan de su desmayo: no, sino andáos a traer sonetos cada dia en vuestra alabanza, y veréis cuál os le ponen.
Eso está de molde respondió don Quijote, puesto que yo estoy libre de buscar nombre de pastora fingida, pues está ahí la sin par Dulcinea del Toboso, gloria de estas riberas, adorno de estos prados, sustento de la hermosura, nata de los donaires, y, finalmente, sujeto sobre quien puede asentar bien toda alabanza, por hipérbole que sea.
No me levantaré jamás de donde estoy, valeroso caballero, fasta que la vuestra cortesía me otorgue un don que pedirle quiero, el cual redundará en alabanza vuestra y en pro del género humano.
Y a fe que se dijo esto en más de un corrillo en el pueblo, en alabanza del buen sacerdote.
Creedme, fermosa señora, que os podéis llamar venturosa por haber alojado en este vuestro castillo a mi persona, que es tal, que si yo no la alabo, es por lo que suele decirse que la alabanza propria envilece, pero mi escudero os dirá quién soy.
Bien haya quien nos quitó ahora del trabajo de desenalbardar al rucio, que a fe que no faltaran palmadicas que dalle, ni cosas que decille en su alabanza, pero si él aquí estuviera, no consintiera yo que nadie le desalbardara, pues no había para qué, que a él no le tocaban las generales de enamorado ni de desesperado, pues no lo estaba su amo, que era yo, cuando Dios quería.
¡Oh, qué mal se le entiende a vuesa merced replicó el del Bosque de achaque de alabanzas, señor escudero! ¿Cómo y no sabe que cuando algún caballero da una buena lanzada al toro en la plaza, o cuando alguna persona hace alguna cosa bien hecha, suele decir el vulgo: ¡Oh hideputa, puto, y qué bien que lo ha hecho!? Y aquello que parece vituperio, en aquel término, es alabanza notable, y renegad vos, señor, de los hijos o hijas que no hacen obras que merezcan se les den a sus padres loores semejantes.
Al caballero pobre no le queda otro camino para mostrar que es caballero sino el de la virtud, siendo afable, bien criado, cortés y comedido, y oficioso, no soberbio, no arrogante, no murmurador, y, sobre todo, caritativo, que con dos maravedís que con ánimo alegre dé al pobre se mostrará tan liberal como el que a campana herida da limosna, y no habrá quien le vea adornado de las referidas virtudes que, aunque no le conozca, deje de juzgarle y tenerle por de buena casta, y el no serlo sería milagro, y siempre la alabanza fue premio de la virtud, y los virtuosos no pueden dejar de ser alabados.
A que respondió Sansón, en hallando que halle la historia, que él va buscando con extraordinarias diligencias, la dará luego a la estampa, llevado más del interés que de darla se le sigue que de otra alabanza alguna.
Las que el soldado muestra en el rostro y en los pechos, estrellas son que guían a los demás al cielo de la honra, y al de desear la justa alabanza, y hase de advertir que no se escribe con las canas, sino con el entendimiento, el cual suele mejorarse con los años.
Fin, por cierto, generoso y alto y digno de grande alabanza, pero no de tanta como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.
Y, aunque Anselmo veía que Lotario no se alegraba, creía ser la causa por haber dejado a Camila herida y haber él sido la causa, y así, entre otras razones, le dijo que no tuviese pena del suceso de Camila, porque, sin duda, la herida era ligera, pues quedaban de concierto de encubrírsela a él, y que, según esto, no había de qué temer, sino que de allí adelante se gozase y alegrase con él, pues por su industria y medio él se veía levantado a la más alta felicidad que acertara desearse, y quería que no fuesen otros sus entretenimientos que en hacer versos en alabanza de Camila, que la hiciesen eterna en la memoria de los siglos venideros.
Pero, con todo eso, le rogó que no dejase la empresa, aunque no fuese más de por curiosidad y entretenimiento, aunque no se aprovechase de allí adelante de tan ahincadas diligencias como hasta entonces, y que sólo quería que le escribiese algunos versos en su alabanza, debajo del nombre de Clori, porque él le daría a entender a Camila que andaba enamorado de una dama, a quien le había puesto aquel nombre por poder celebrarla con el decoro que a su honestidad se le debía, y que, cuando Lotario no quisiera tomar trabajo de escribir los versos, que él los haría.
Aconsejóle que le diese músicas, que escribiese versos en su alabanza, y que, cuando él no quisiese tomar trabajo de hacerlos, él mesmo los haría.
Volvíame ella el recambio, alabando en mí lo que, como enamorada, le parecía digno de alabanza.
Y así, se entretenía paseándose por el pradecillo, escribiendo y grabando por las cortezas de los árboles y por la menuda arena muchos versos, todos acomodados a su tristeza, y algunos en alabanza de Dulcinea.

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