Ejemplos con airoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En lo más alto del pueblo, se ve todavía, ahora muy amenazado de ruina, un hermoso edificio de severas líneas constituído por unas escuelas y casa de maestros, y una elegantísima capilla, de estilo gótico moderno, en eclecticismo decimonónico realizada, con bella portada sobre la que luce calado y decorativo rosetón, contribuyendo a hacer más airoso el conjunto una esbelta torrecilla coronada por agudo capitel: todo ello fue proyectado y dirigido por el arquitecto Marañón, y fundado y mandado construir por un generoso hijo del pueblo, presbítero don Juan Bolaños Ayuso, en los finales del siglo XIX, para albergar a Padres Escolapios que allí se ocuparan de la educación de los niños y jóvenes de Luzón.
La parte alta exenta se formaliza como un airoso cuerpo cuadrangular de sillería, con acusada cornisa de remate, en el que se abren dos vanos en el frente y uno en los costados.
Cabe destacar que la cúpula del centro da la apariencia de estar elevada sobre un airoso tambor, y, en sí, todo el sistema de cúpulas es similar al de la Basílica del Pilar.
Iglesia del Niño Jesús: Obra del siglo XIX levantada sobre una antigua ermita, según trazado de Justo Millán, tanto el interior como la fachada, de cuyo eje central emerge el airoso campanario, sigue una ornamentación de gusto bizantino.
Ante tal circunstancia adoptó el seudónimo de José Piedra Ríos y así salió airoso del trance.
Finalmente logra ascender en el teleférico, pero sufre diversos ataques de aviones de la Luftwaffe de los que logra salir airoso.
No existen ya los recitativos, sólo la escenas dramáticas ligadas con estructuras del tipo airoso.
También hay que saber moverse en una gran variedad de registros diferentes y saber salir airoso de ellas.
Después de salir airoso de esta prueba, Eetes le ordenó que matara al dragón que custodiaba el vellocino y que nunca dormía.
Tras salir airoso de esta prueba, Eetes se enojó sobremanera y se negó a cumplir su parte del trato.
Jasón aceptó las condiciones, a pesar de que salir airoso de la prueba se le antojaba imposible.
Estos dos señores diputados, hombres honestos y honrados, que han seguido unas directrices políticas, estos dos señores diputados murcianos, uno cartagenero y otro no, que como yo han visto el girar de las aspas de nuestros molinos de viento, que como yo han visto el navegar airoso de nuestros barcos de vela latina, que como muchos de ustedes y como yo sus corazones han vibrado al oír una taranta, una minera y una cartagenera, que saben lo mismo que ustedes el valor y la autenticidad y la espontaneidad de nuestro trovo y seguro, seguro estoy ¡cartageneros!, que antes de iniciarse la dialéctica demagógica sobre el aterramiento de la bahía de Portmán, cuando los estériles de la incomprensión empezaron a inundar la bahía de Portmán, seguro, seguro estoy, que al menos una lágrima tuvo que resbalar de sus mejillas como pobre, triste pero romántico holocausto a la bahía de Portmán.
El ábside principal es un volumen pentagonal de tres cuerpos bien definidos por sus cinco paños, sus cinco dobles juegos de ventanales ojivales y sus cuatro contrafuertes recorridos por dos líneas de arimez, lo que le proporciona un aspecto macizo y robusto a la vez que airoso.
Salió airoso del conflicto, incluso la publicidad que el hecho produjo le permitió ser más conocido por su obra, dado que recibió el apoyo decidido de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y, con sólo la autorización del prior, pudo seguir pintando.
El Pórtico exterior es un airoso ejercicio arquitectónico en clave renacentista cargada de decoración con motivos fantásticos y mensajes iconográficos.
Ubicado erróneamente por algunos críticos como autor de obras de aventura, Conrad abreva sin embargo de ese espíritu que de alguna manera guiaba la conducta de los Hombres de Mar: la verdadera aventura que está en el viaje, el conocimiento, el enfrentar lo desconocido, el mar por antonomasia, el espacio por similitud, y salir airoso.
Pues, amigo míodijo don Celso, jamás hallará usted mejor ocasión que ésta para salir airoso en su empeño.
Dados vuestros antecedentes, vuestra procedencia, vuestra educación, concededme, y no os ofendáis por ello, que lo probable, lo racional, lo seguro, es que no hagáis en parte alguna papel más alto y más airoso que el que hacéis aquí.
Un airoso capacete, semejante al de los arcabuceros de los tercios españoles, sombreaba el rostro de Julio.
Don Jaime, aunque disfrutaba de las preeminencias y honores que correspondían a su elevada posición, no hacía, sin embargo, un papel muy airoso.
Pero todo lo suplía muy bien el letrado con el empaque y gravedad de la fisonomía y lo airoso de su porte.
La muchacha no contestaba, seguía su marcha con el contoneo airoso de las hilanderas, la cesta en la cadera izquierda y el brazo derecho cortando el aire con un vaivén de péndulo.
Ajustaba su airoso talle la casaca encarnada de los maestrantes de Sevilla, con sardinetas y charreteras de plata, y cruzaba su pecho, de un lado a otro, una de esas grandes bandas que se crean para premiar el mérito y fomentar la virtud, y se usan para satisfacer vanidades o adornar buenos mozos, el calzón de punto blanco ceñía la bien formada pierna, y la alta y charolada bota y el tricornio con finísimo penacho blanco completaban aquel pintoresco traje.
Los dos niños, embobados de pie a un lado y otro de su madre, miraban en silencio correr el pincel de la dama, que con cierta complacencia íntima daba los últimos toques al airoso y nervudo cuello del Byron de contrabando.
Un sencillo peine de concha sujetaba su abundante cabellera, blanca casi por completo, y su rica bata de paño labrado, con vueltas de terciopelo, lejos de prestar realce alguno a su persona, parecía más bien recibir ella misma del talle airoso y noble de la dama la severa elegancia de su corte y de sus pliegues.
Acisclo, como prudente capitán, era lo colosal y comprometido de su empeño, y a fin de salir airoso, había tomado las convenientes precauciones, acumulado medios, buscado alianzas y allegado fuerzas y recursos de toda laya.
Cuando quería, bailaba como una sílfide, en el andar airoso, semejaba a la divina cazadora de Delos, y montaba a caballo como la reina de las amazonas.
A las tres de la tarde entró doña Manuela en la plaza del Mercado, envuelto el airoso busto en un abrigo cuyos faldones casi llegaban al borde de la falda, cuidadosamente enguantada, con el limosnero al puño y velado el rostro por la tenue blonda de la mantilla.
Linda casa, de airoso alero, de anchas y rasgadas ventanas, con rejas de hierro, vidrieras elegantes y umbrales de mármol.
El ademan era grave, el mirar honesto, el paso airoso y de garza.

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