Ejemplos con afrentas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Excitados por todas estas afrentas y por la encendida oratoria de Boudica, los rebeldes descendieron sobre Camulodunum, que estaba indefensa sin muros ni guarnición, y la destruyeron, matando a todos aquellos que no pudieron escapar.
Desde Mons, Anjou estableció correspondencia con Guillermo de Orange y con las autoridades de Amberes, en la que justificaba el ataque a Amberes por las afrentas recibidas por los Estados Generales en la intención de éstos de limitar su autoridad, reiterándoles su fidelidad a la causa holandesa y achacando su conducta a una insubordinación de sus tropas.
Y si los vecinos de Castrojeriz matasen a un judío pechen como por un cristiano y las afrentas se compensarán como entre hombres de las villas.
Pero aquí no acaban las afrentas e injusticias para Boves, el mal le persigue en aquella ocasión, su enemigo gratuito de San Carlos quiere perjudicarlo y envió a Calabozo la carta que falsamente le comprometía, esto añadido a las manifestaciones que hizo sobre la incapacidad de los mandos patriotas, hacen que el juez Briceño también le acuse de insurrecto y traidor, rápidamente se le encarcelará y se le condenará a muerte.
La duquesa se lo dijo al duque, y le pidió licencia para que ella y Altisidora viniesen a ver lo que aquella dueña quería con don Quijote, el duque se la dio, y las dos, con gran tiento y sosiego, paso ante paso, llegaron a ponerse junto a la puerta del aposento, y tan cerca, que oían todo lo que dentro hablaban, y, cuando oyó la duquesa que Rodríguez había echado en la calle el Aranjuez de sus fuentes, no lo pudo sufrir, ni menos Altisidora, y así, llenas de cólera y deseosas de venganza, entraron de golpe en el aposento, y acrebillaron a don Quijote y vapularon a la dueña del modo que queda contado, porque las afrentas que van derechas contra la hermosura y presunción de las mujeres, despierta en ellas en gran manera la ira y enciende el deseo de vengarse.
Al sentir tal picadura, que fué terrible, Kamaralzamán se despertó con sobresalto y se llevó la mano rápidamente al sitio picado: pero nada pudo coger, pues el veloz Dahnasch, que se había vengado algo en la piel del adolescente de todas las afrentas de Maimuna, soportadas en silencio, pronto recobró su forma de efrit invisible para ser testigo de lo que iba a suceder.
Por otra parte, nada tenía de extraño que quisiesen vengar las afrentas de su orden, por cuyo honor y crecimiento estaban obligados a sacrificar hasta su propia vida.
-¡Que me calme! -dijo Isabel con voz terrible, levantándose erguida-, ¡que me calme cuando me acusas quizá de una infamia! ¡que me calme cuando me afrentas!.
Al oír esto Carlos, pensó ver abierto a sus pies el abismo de todos los dolores y de todas las afrentas.
Por eso, aunque llovían sobre él las provocaciones y las afrentas, seguía impávido su camino, complaciéndose en pagar las ingratitudes con beneficios, y las injurias con actos de caridad, a los que andaba asociada, aunque oculta, la mano de don Román, quien, como todo buen padre, más amaba a aquéllos sus hijos adoptivos, cuanto más extraviados los veía.
Terná asimismo en poco las afrentas, porque.
aguardan los peligros por las penas estatuidas por las leyes, y por las afrentas y.
Halló el sol, en medio del día, noche con que taparse la cara por no ver las afrentas de Cristo, y en esta ocasión faltaron nubes que le enlutasen la luz porque faltase día para leer blasfemias tan descomulgadas.

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