Ejemplos con aceña

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En una parte de su extenso término municipal nos encontramos la llamada Campiña, con sus diez aldeas: El Pino, Las Huertas de Cansa, San Pedro de los Majarretes, Las Casiñas, Aceña de la Borrega, Alcorneo, Las Lanchuelas, La Fontañera, Jola y La Miera, así como otros pequeños caseríos.
El término aceña deriva de la voz árabe seniya , que significa noria, molino de rueda vertical.
Lo que sí existía era un concejo con tal nombre, que abarcaba los pueblos de: La Aceña, La Dehesilla, La Huerta, Cambrón, Cambroncino, Arrolobos, Arrofranco, Riomalo de Abajo, Casas de Jelechoso, Arrocartintero, Arrocerezo y Las Calabazas.
Yo he visto las yuntas perezosas, labrando la besana y hender la reja el húmedo terruño, y caer, como una lluvia de oro, la simiente, he visto verdear la mies y encorvarse al batir el viento y madurar al sol, caer al filo de las hoces, yacer agavillada en los surcos, bambolearse en los carros gemidores y desbordarse en las eras, crujir bajo los trillos, molerse en la aceña, tostarse en el horno, convertirse en blanquísimas hogazas.
Por aquella misma época, se mencionaba, además, la existencia de un molinero, el cual tenía una aceña en el río Yeltes.
Raimundo, Alfonso VI y Alfonso VII de la tercera parte de la moneda de la ciudad, la aceña de Baños y aldeas de Tejares, Cantalapiedra, Topas, San Cristóbal, San Pelayo, el castillo de Almenara y el privilegio de los veinticinco excusados.
Aquel grupo estaba integrado por el cura Miguel Ortega, el boticario Miguel Rubio Arróniz, el medico Juan Antonio Serrano Hernández y el estudiante y panochista Joaquín López, que se vería acompañado en futuros bandos por el ingenio de otros como Pedro Aceña, Juan Esbry o Ricardo López.
Habrá que esperar a un avanzado momento del siglo XV para que se constituyan Isla Redonda y La Aceñuela, topónimos alusivos respectivamente al cerrado meandro que el Genil describía en su curso y a la existencia de una reducida aceña.
La fachada principal, de composición sencilla, se abre a la calle de la Aceña y consta de puerta de acceso a planta baja centrada y vanos laterales con rejas de hierro de tubo fundido, tres balcones y escalera de acceso a la planta alta.
Generalmente una aceña es un molino de agua, situado en los ríos, pero a veces se hace referencia a un molendinis que tiene el río Esgueva.
Juan Talavera presentó tres obras suyas al concurso, una de ellas la casa Aceña en la Avenida de la Borbolla, encaja bastante en lo que se entendía por este estilo.
Desde hace algunos, en la tarde de este día y en la iglesia de El Salvador, se ha venido celebrando un Concierto de Marchas Procesionales a cargo de la Banda Municipal de Soria que magistralmente dirige don Manuel Aceña, reconocida dentro y fuera de la provincia.
La Aceña, Campo, Cubillejo, Cubillo del César, Mambrillas, Mazueco, Paúles, Quintana, Quintanilla Cabrera , Quintanilla de las Viñas, Torre, La Vega y Villoruebo.
La aceña harinera sobre el Duero preyó de energía eléctrica a Campaspero y alrededores en los primeros años del siglo XX.
:Desde la calle de la Aceña, Platero, Moguer es otro pueblo.
Entonces su hijo era tan ignorante como ella, pero, como ella, amaba la casa paterna, admiraba la hermosura de las arboledas, del valle, creía el más bello del mundo el templo donde había sido bautizado, tenía por las ruinas más venerables de la tierra las de la aceña del nocedal, no creía que hubiese río más poético y hermoso que el que un día había dado movimiento a aquella aceña, no concebía que en el orbe hubiese sabios que igualasen al cura y al maestro de escuela de la aldea, y tenía a Rosa, su vecina, por la niña más linda del universo.
¡Ah, señor! ¡Qué triste es ver un hogar desierto y arruinado! Cuando pasamos mi Pedro o yo junto a esa aceña vieja que hay en el nocedal del río, las lágrimas se nos saltan, que mucho quieren decir aquellas paredes aún ennegrecidas por el fuego del hogar, y aquel poyo que aún se conserva allí frío y solitario, y aquellas letras, hechas con la punta de un cuchillo o del badil, que aún se ven en la pared, y aquellos clavos que aún permanecen junto a la ventana.

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