Para mí tu recuerdo es hoy como una sombra del fantasma que dimos el nombre de adorada Yo fui bueno contigo. Tu desdén no me asombra, pues no me debes nada, ni te reprocho nada.
Yo fui bueno contigo como una flor. Un día del jardín en que solo soñaba me arrancaste; te di todo el perfume de mi melancolía, y como quien no hiciera ningún mal me dejaste
No te reprocho nada, o a lo más mi tristeza, esta tristeza enorme que me quita la vida, que me asemeja a un pobre moribundo que reza a la Virgen pidiendo que le cure la herida.
La pena La melancolía La tarde siniestra y sombría La lluvia implacable y sin fin La pena La melancolía La vida tan gris y tan ruin. ¡La vida, la vida, la vida! La negra miseria escondida royéndonos sin compasión y la pobre juventud perdida que ha perdido hasta su corazón. ¿Por qué tengo, Señor, esta pena siendo tan joven como soy? Ya cumplí lo que tu ley ordena: hasta lo que no tengo, lo doy
Sollozaba Chopín en el piano... Tu mano acariciaba melodiosamente el teclado... Tu frente bajo la aúrea lluvia de tus cabellos daba sensaciones de paz y eucaristía... Por el ambiente anémico flotaba un aroma nostálgico de luna que oprimía...