Buscar Poemas con Unión


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Se han encontrado 15 poemas con la palabra unión

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Alejandro Tapia y Rivera

A una dama (Tapia y Rivera)

-- de Alejandro Tapia y Rivera --

Con gozo mi pluma escribe
en tu libro de memorias
estos versos, que aunque humildes,
sinceros del alma brotan.
Mujer bendita del cielo
del cielo bendita esposa,
mujer que diste por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Tú has debido ser tan bella
como la espléndida aurora,
mecerse debió tu cuna
entre perfumes y aromas,
ser debió tu primavera,
como ninguna, señora,
puesto que has dado por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Las flores en tu himeneo
darte debieron coronas,
hicieron tu epitalamio
las dulces aves cantoras,
porque solo así pudieras
(tú la más bella entre todas)
dar a natura por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Que premie el cielo tu unión
con el esposo que adoras,
que te celebren los genios
cual bella madre de hermosas,
y natura agradecida
al ver que tú, bienhechora
con un ramo de primores
has ornado su corona,
proclame que das por hijas
en vez de mujeres, rosas.

Poema A una dama (Tapia y Rivera) de Alejandro Tapia y Rivera con fondo de libro

Manuel del Palacio

En la entrada en Madrid

-- de Manuel del Palacio --

Ese pueblo que llora entusiasmado
Y que alegre al pasar os victorea,
Tan firme y decidido en la pelea
Como noble en el triunfo y reposado:

Hoy al mirar su intento realizado,
Con sólo una esperanza se recrea:
La de que vuestra unión eterna sea
Y acabe de los vicios el reinado.

¡Viva la libertad! En cuanto abarca
La tierra á la que disteis nuevo abono,
Del bien y la virtud poned la marca:

Nada de fanatismo ni de encono;
¿De qué sirve arrojar un mal monarca
Si quedan los errores en el trono?

Poema En la entrada en Madrid de Manuel del Palacio con fondo de libro

Manuel del Palacio

Semblanzas: VIII

-- de Manuel del Palacio --

Le odié ministro y le admiré poeta;
Hoy que la unión le engancha en sus pendones,
Su lira, sus discursos, sus blasones
No valen para mí ni una peseta.

El yelmo de su escudo es ya veleta;
Huelen á memorial sus producciones,
Y á través de su alcurnia y sus doblones
Se descubre el amor á la chuleta.

Si respeto le tuve de polaco,
Hoy al mirarle vuelta la casaca
Me parece un solemne monicaco:

Y á pesar de sus cruces y su placa,
No le doy más altura que á un macaco
Ni más entendimiento que á una jaca.

Poema Semblanzas: VIII de Manuel del Palacio con fondo de libro

Juan de Tassis y Peralta

amor es un alterno beneficio

-- de Juan de Tassis y Peralta --

Que recíprocos lazos multiplica,
unión de voluntades que se aplica
a felizmente acepto sacrificio;
gloriosa diversión, atento oficio
de un alma ya de afectos nobles rica,
dulcísima abusión que califica
en sublime concordia alto ejercicio;
vïolenta opresión que se dispone
a lograr en sí misma, interiormente,
fe que en gémina luz rayos enciende;
pasto que la ambición del gusto pone,
dulce dolor que aplaude lo que siente,
arte en que ignora más, quien más entiende.



Gaspar María de Nava Álvarez

Dando la enhorabuena a un amigo

-- de Gaspar María de Nava Álvarez --

Cual suele con las ramas enlazadas
dos árboles unirse, que ni el viento
puede arrancarles de su firme asiento,
ni quebrantar sus copas levantadas,

pues antes entre sí bien apretadas
parecen elevarse al firmamento,
dándoles hermosura y ornamento
las frutas, que producen sazonadas,

así, querido amigo, te deseo
un lazo delicioso, un lazo fuerte
por medio del dulcísimo Himeneo.

Y que esta unión se forme de tal suerte
que, colmado de paz y de recreo,
seas siempre feliz hasta la muerte.



San Juan de la Cruz

Llama de amor viva

-- de San Juan de la Cruz --

Canciones del alma en la íntima comunicación, de unión de amor de Dios.

1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando. Muerte en vida la has trocado.

3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su Querido!

4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!



Sor Juana Inés de la Cruz

Día de Comunión

-- de Sor Juana Inés de la Cruz --

Amante dulce del alma,
bien soberano a que aspiro,
tú que sabes las ofensas
castigar a beneficios;
divino imán en que adoro
hoy que tan propicio os miro
que me animás a la osadía
de poder llamaros mío;
hoy, que en unión amorosa,
pareció a vuestro cariño,
que si no estabais en mí
era poco estar conmigo;
hoy, que para examinar
el afecto con que os sirvo,
al corazón en persona
habéis entrado vos mismo,
pregunto ¿es amor o celos
tan cuidadoso escrutinio?
que quien lo registra todo
da de sospechar indicios.
Mas ¡ay, bárbara ignorante,
y que de errores he dicho,
como si el estorbo humano
obstara al lince divino!
Para ver los corazones
no es menester asistirlos;
que para vos son patentes
las entrañas del abismo.
Con una intuición presente
tenéis en vuestro registro,
el infinito pasado,
hasta el presente finito;
luego no necesitabais,
para ver el pecho mío,
si lo estáis mirando sabio,
entrar a mirarlo fino;
luego es amor, no celos,
lo que en vos miro.



Marilina Rébora

el castillo

-- de Marilina Rébora --

El castillo
un castillo de arena. Lleno el foso de espuma,
subterráneos cruzándose en unión con el mar,
portal de caracoles, en la cresta una pluma
que acaso una gaviota dejara al revolar.
Moldes por centinelas en muralla alineados
circuyen tal alcázar, diseño en redondel,
y a través de los túneles, torcida por dos lados,
pronta ya para el fuego, la mecha de papel.
El hábil constructor que es un niño pequeño
enciende de la tira el extremo que asoma,
a la espera que brote el humo, por instantes.
Tras lo cual dando brincos continúa la broma
y entre risas exclama: ¡adiós, castillo y dueño!
¡yo me voy a las olas, a saltarlas como antes!



Miguel Unamuno

La unión con Dios

-- de Miguel Unamuno --

Querría, Dios, querer lo que no quiero;
fundirme en Tí, perdiendo mi perstma,
este terrible yo por el que muero
y que mi mundo on derredor encona.

Si tu mano derecha me abandona
qué será de mi suerte? prisionero
quedaré de mí mismo; no perdona
la nada al hombre, su hijo, y nada espero.



Juan Meléndez Valdés

de lo que es amor oda vii

-- de Juan Meléndez Valdés --

Pensaba cuando niño
que era tener amores
vivir en mil delicias,
morar entre los dioses.
Mas luego rapazuelo
dorila cautivome,
muchacha de mis años,
envidia de dïone,
que inocente y sencilla,
como yo lo era entonces,
fue a mis ruegos la nieve
del verano a los soles.
Pero cuando aguardaba
no hallar ansias ni voces
que a la gloria alcanzasen
de una unión tan conforme,
cual de dos tortolitas
que en sus ciegos hervores
con sus ansias y arrullos
ensordecen el bosque,
probé desengañado
que amor todo es traiciones
y guerras y martirios
y penas y dolores.



Juan Meléndez Valdés

De lo que es amor: Oda VII

-- de Juan Meléndez Valdés --

Pensaba cuando niño
que era tener amores
vivir en mil delicias,
morar entre los dioses.

Mas luego rapazuelo
Dorila cautivome,
muchacha de mis años,
envidia de Dïone,

que inocente y sencilla,
como yo lo era entonces,
fue a mis ruegos la nieve
del verano a los soles.

Pero cuando aguardaba
no hallar ansias ni voces
que a la gloria alcanzasen
de una unión tan conforme,

cual de dos tortolitas
que en sus ciegos hervores
con sus ansias y arrullos
ensordecen el bosque,

probé desengañado
que amor todo es traiciones
y guerras y martirios
y penas y dolores.



Juan Nicasio Gallego

A Lord Wellington

-- de Juan Nicasio Gallego --

A par del grito universal que llena
de gozo y gratitud la esfera hispana,
y del manso, y ya libre, Guadiana
al caudaloso Támesis resuena;

tu gloria ¡oh Conde! a la región serena
de la inmortalidad sube, y ufana
se goza en ella la nación britana;
tiembla y se humilla el vándalo del Sena.

Sigue; y despierte el adormido polo
al golpe de su espada; en la pelea
te envidie Marte y te corone Apolo;

y si al triple pendón que al aire ondea
osa Alecto amagar, tu nombre solo
prenda de unión, como de triunfo, sea.



Juan Nicasio Gallego

Parabién al rey Fernando

-- de Juan Nicasio Gallego --

Al clamor de la pública alegría
en que el pecho español su aliento apura,
de cuyos ecos a su cueva oscura
huye bramando la Discordia impía,

gozad ¡oh Rey! en tan dichoso día,
nuncio veraz de siglos de ventura,
la flor de gentileza y hermosura
que la bella Parténope os envía.

Nunca el vivo placer, Fernando augusto,
que en vuestra frente generosa brilla,
altere de fortuna el ceño adusto;

y a tan plácida unión deba Castilla
un príncipe feliz, clemente, justo,
a quien doblen dos mundos la rodilla.



Francisco Sosa Escalante

Al mar (Sosa Escalante)

-- de Francisco Sosa Escalante --

Tú en realidad tornaste los ardientes
Ensueños de Colon embriagadores,
Cuando del génio un dia á los fulgores
Sus naves entregaba á tus corrientes.

Tú eres lazo de unión: los Continentes
De fuerza y esplendor te son deudores,
Y la Ciencia por tí sus resplandores
En dos mundos derrama indeficientes.

Canten otros tus negras tempestades
Y teman tu furor: yo me extasío
Cruzando tus inmensas soledades.

Ya te ostentes en calma, ó ya bravío,
Grande ¡oh mar! á través de las edades
Te admira absorto el pensamiento mío.



Cristóbal de Beña

Moneda de plata

-- de Cristóbal de Beña --

De las Españas y las Indias rey
se apellida en su busto el balandrón,
por llamarse no más Napoleón,
y mandar de asesinos una grey.

Mas quiebra la verdad la eterna ley
dándose tal dictado fanfarrón,
pues no le pertenece ni un terrón
de los que arando rompe el tardo buey.

Poco importa que un pérfido cincel
una en su escudo el águila imperial
con los leones que se burlan de él,

si puesta toda en armas, por su mal,
la fuerte España borrará con hiel
de unión tan execrable aun la señal.



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