Buscar Poemas con Trocado


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Se han encontrado 14 poemas con la palabra trocado

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Santa Teresa de Jesús

Yo toda me entregué y dí

-- de Santa Teresa de Jesús --

Ya toda me entregué y dí,
y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó herida,
en los brazos del amor
mi alma quedó rendida;
y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
Ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Poema Yo toda me entregué y dí de Santa Teresa de Jesús con fondo de libro

Amado Nervo

Si una espina me hiere

-- de Amado Nervo --

Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...Pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
envidiosa en mi clava los dardos de su inquina,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina hacia más puro
ambiente de amor y caridad.

¿Rencores? ¡De qué sirven! ¿Qué logran los rencores?
Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,

se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocado en flor de paz!

Poema Si una espina me hiere de Amado Nervo con fondo de libro

Alto estoy, tanto que me niega el velo

-- de Luis Carrillo y Sotomayor --

Alto estoy, tanto que me niega el velo
pardo el suelo a mis ojos, por airado,
en mirar que por nubes le he trocado
o porque niega, en fin, humano cielo.

Águila en vista fui, águila en vuelo,
mas como ajena salas he volado
temo me falten: miro que han parado
en ejemplos, mis émulos, del suelo.

Desprecio, altivos, dieron a su suerte,
al tiempo, a la fortuna: si han caído,
sus manos dieron puertas al mal suyo.

Conozco mi verdad, merezco acierte.
¡Desdicha, si me humillas, habrá sido
no por mi mal o culpa: por ser tuyo!

Poema Alto estoy, tanto que me niega el velo de Luis Carrillo y Sotomayor con fondo de libro

Luisa de Carvajal y Mendoza

Espiritual de afectos de amor encendidísimo y deseos de martirio

-- de Luisa de Carvajal y Mendoza --

Esposas dulces, lazo deseado,
ausentes trances, hora victoriosa,
infamia felicísima y gloriosa,
holocausto en mil llamas abrasado.
Di, amor, ¿por qué tan lejos apartado
se ha de mí aquesta suerte venturosa,
y la cadena amable y deleitosa
en dura libertad se me ha trocado?
¿Ha sido por ventura haber querido
que la herida que al alma penetrada
tiene con dolor fuerte, desmedido,
no quede socorrida ni curada,
y el afecto aumentado y encendido,
la vida a puro amor sea desatada?



Diego Hurtado de Mendoza

Hoy deja todo el bien un desdichado

-- de Diego Hurtado de Mendoza --

Hoy deja todo el bien un desdichado
A quien quejas ni llanto no han valido;
Hoy parte quien tomara por partido
Tambien de su vivir ser apartado.

Hoy es cuando mis ojos han trocado
El veros por un llanto dolorido;
Hoy vuestro desear será cumplido,
Pues voy do he de morir desesperado.

Hoy parto y llego á la postrer jornada,
La cual deseo ya mas que ninguna,
Por verme en alguna hora descansada.

Y porque con mi muerte mi fortuna
Os quite á vos de ser importunada,
Y á mi quite el vivir, que me importuna.



Pedro Antonio de Alarcón

A San Ramón Non Nato

-- de Pedro Antonio de Alarcón --

Tú, que a Dios te pareces y a mis nietos
por tu rara excepción de no nacido;
segundo Adán, pues nadie te ha parido;
de Jonás viceversa en los aprietos;

retoño de la Nada en los efectos,
si la Nada es igual a haber sido;
desfacedor de agravios de marido,
patrono ya abogado de los fetos:

vuélveme el pelo, quítame el bigote;
arráncame los dientes; la comadre
haz que me vista el primitivo hato;

y, trocado en inerte monigote,
sepúltame en el vientre de mi madre...
Que, mejor que nacido, es ser non nato.



Rafael María Baralt

A la Santa Cruz (1)

-- de Rafael María Baralt --

Fuiste suplicio en que a morir de horrenda
muerte de oprobio y de dolor profundo
el hombre a sus esclavos, iracundo,
en su justicia condenó tremenda.

Y ora, contrito, religiosa ofrenda
de amores rinde ante tus pies el mundo
y de ti brota en manantial fecundo
consuelo al justo, al pecador enmienda.

¿Por qué trocado tu baldón en gloria,
y en júbilo por qué tu pesadumbre,
y en santo libro tu infernal historia?

Porque el Venido de la excelsa cumbre
dejó en tus brazos su feliz memoria,
y de su amor inextinguible lumbre.



Garcilaso de la Vega

Dentro en mi alma fue de mí engendrado

-- de Garcilaso de la Vega --

Dentro en mi alma fue de mí engendrado
un dulce Amor, y de mi sentimiento
tan aprobado fue su nacimiento
como de un solo hijo deseado;

mas luego de él nació quien ha estragado
del todo el amoroso pensamiento:
que en áspero rigor y en gran tormento
los primeros deleites ha trocado.

¡Oh crudo nieto, que das vida al padre,
y matas al abuelo!, ¿por qué creces
tan disconforme a aquel de que has nacido?

¡Oh, celoso temor! ¿a quién pareces?,
¡que la envidia, tu propia y fiera madre,
se espanta en ver el mostro que ha parido!



Hernando de Acuña

Cuando contemplo el triste estado mío

-- de Hernando de Acuña --

Cuando contemplo el triste estado mío
y se me acuerda mi dichoso estado,
hallo mi ser en todo tan trocado,
que pensar tuve bien es desvarío.

Con mi memoria por mi mal porfío,
pues, sino es esperanza en bien pasado,
y en ella con razón fui confiado,
con muy mayor ahora desconfío.

Ausencia, de pasiones padre y fuente
junta con el temor de vuestro olvido,
del cual aun en presencia me temía,

hacen con fuerza del dolor presente
parecerme, según ya estoy perdido,
que ni fue ni vi entonces lo que vía.



San Juan de la Cruz

Llama de amor viva

-- de San Juan de la Cruz --

Canciones del alma en la íntima comunicación, de unión de amor de Dios.

1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando. Muerte en vida la has trocado.

3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su Querido!

4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!



Anónimo

La misa del amor

-- de Anónimo --

Mañanita de San Juan,

mañanita de primor,

cuando damas y galanes

van a oír misa mayor.

Allá va la mi señora,

entre todas la mejor;

viste saya sobre saya,

mantellín de tornasol,

camisa con oro y perlas

bordada en el cabezón.

En la su boca muy linda

lleva un poco de dulzor;

en la su cara tan blanca,

un poquito de arrebol,

y en los sus ojuelos garzos

lleva un poco de alcohol;

así entraba por la iglesia

relumbrando como el sol.

Las damas mueren de envidia,

y los galanes de amor.

El que cantaba en el coro,

en el credo se perdió;

el abad que dice misa,

ha trocado la lición;

monacillos que le ayudan,

no aciertan responder, non,

por decir amén, amén,

dicen amor, amor.



Medardo Ángel Silva

El tesoro

-- de Medardo Ángel Silva --

Con nuestras propias manos temblorosas
tejemos nuestro bien y nuestro mal;
¡y deshojamos nuestras propias rosas
como en un juego trágico y banal...!

Y depués, al mirar el alma pobre,
es la angustia y desesperación
de ver trocado en monedas de cobre
todo el oro de nuestro corazón...



Fernando de Herrera

Al Betis

-- de Fernando de Herrera --

Igual al Tebro, al Arno y al Metauro;
superior al Tajo, Duero y Ebro,
sagrado Ispalo río, a quien celebro,
corre ufano al ondoso ponto mauro.

Tu bello mirto rinde al verde lauro
y a las mejores hojas del enebro;
cuanto es mayor el lauro que el enebro
tanto es el mirto inferior el lauro.

Sólo falta, conforme a tu alta gloria,
lugar en el luciente y firme cielo
con el nombre de Eridano trocado.

Mas, ya que se te niegue esta victoria,
serás en el dichoso hesperio suelo
cual Eliconio Olmeo venerado.



Fernando de Herrera

La hidra de amoroso pensamiento

-- de Fernando de Herrera --

La hidra de amoroso pensamiento,
que rota del acero siempre crece,
contienda áspera a la alma triste ofrece,
rendida a la impía fuerza del tormento.

Si del olvido justo y sentimiento
la aguda espada en ella se entorpece,
y con su daño fértil reverdece,
por un cuidado muerto alzando ciento,

forzoso es el socorro al ya cansado
Alcides del trabajo, porque en fuego
con el desdén la acabe el duro hierro;

mas recelo que en Juno Amor trocado,
la suba al cielo, y crezca en vano luego
con nueva confusión más grande el hierro.



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