Buscar Poemas con Torpeza


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Se han encontrado 6 poemas con la palabra torpeza

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Santiago Montobbio

capítulo i

-- de Santiago Montobbio --

Capítulo i
desde siempre nací contra el poder y más aún
contra el poder de mí mismo, y esto explicaba, segúncreía,
no sólo una pronta ignorancia de las normas y el especialempeño
que puse siempre en transgredirlas sino también
mi sostenida inseguridad y torpeza en tantas cosas
y hasta quizá incluso el triste modo
en que durante estos años he jugado
a quererte y a perderte.
Yaunque no lo pensaba con orgullo
quizá sí que en el fondo me consolaba
el creer que además de un doloroso tormento
la inseguridad y la torpeza podían ser
una extraña forma de decencia.
Peroahora
que reconsidero estas cosas siento
que mi incapacidad acaso no era más que un no atreverse
a encajar lo que la vida va trayendo
y que detrás de todo no dormían sino disfraces
y burdos modos de esconderse.
Que,bien mirado,
quizá sí que ha podido ser
el vivir mi cobardía.
Peromis poemas
jamás. Ni su soledad
herida.

Poema capítulo i de Santiago Montobbio con fondo de libro

Garcilaso de la Vega

SONETO XXVIII

-- de Garcilaso de la Vega --

Boscán, vengado estáis, con mengua mía,
de mi rigor pasado y mi aspereza
con que reprehenderos la terneza
de vuestro blando corazón solía.

Agora me castigo cada día
de tal salvatiquez y tal torpeza:
mas es a tiempo que de mi bajeza
correrme y castigarme bien podría.

Sabed que en mi perfecta edad y armado,
con mis ojos abiertos me he rendido
al niño que sabéis, ciego y desnudo.

De tan hermoso fuego consumido
nunca fue corazón: si preguntado
soy lo demás, en lo demás soy mudo.

Poema SONETO XXVIII de Garcilaso de la Vega con fondo de libro

Garcilaso de la Vega

Boscán, vengado estáis, con mengua mía

-- de Garcilaso de la Vega --

Boscán, vengado estáis, con mengua mía,
de mi rigor pasado y mi aspereza
con que reprehenderos la terneza
de vuestro blando corazón solía.

Agora me castigo cada día
de tal salvatiquez y tal torpeza:
mas es a tiempo que de mi bajeza
correrme y castigarme bien podría.

Sabed que en mi perfecta edad y armado,
con mis ojos abiertos me he rendido
al niño que sabéis, ciego y desnudo.

De tan hermoso fuego consumido
nunca fue corazón: si preguntado
soy lo demás, en lo demás soy mudo.

Poema Boscán, vengado estáis, con mengua mía de Garcilaso de la Vega con fondo de libro

Santiago Montobbio

vida sentimental

-- de Santiago Montobbio --

Vida sentimental
demasiados modos de interpretar la lluvia
ofrecen las películas; demasiados modos, demasiados ojos
y del todo excesiva esa facilidad como de postal ridícula
con que a medias entre copa y cigarrillo
los maquillados gestos de una imagen
sopesan, trituran, absorben y administran
distancia de muchacha; excesiva y también ridícula, eso,
más o menos eso es lo que me digo
cuando repaso el manual de adioses de mi vida
y desde él comprendo que es del todo cierto aquello
de que no suicidarme es algo que siempre me dio mucho trabajo,
que no suicidarme ausencia, clínica y demás patéticos
retratos desbocados en verdad ha sido para mí
la diaria gran tarea
y que por causa del afónico equipaje
que ha tenido a bien irme imponiendo el tiempo
a estas alturas ya sólo podría doctorarme
con una absurda colección de vaguedades que intentara hacer ver
a qué ruinosos extremos puede llevarnos la torpeza
si desde siempre ha dominado
la expresión de los afectos.



Vicente García de la Huerta

Remedio contra los celos de Filis

-- de Vicente García de la Huerta --

Si más me pides celos, Filis mía,
que te burlas creeré de mi fineza,
o que mal satisfecha tu belleza
de su merecimiento desconfía.

¿Quién goza de la luz del claro día
que busque de la noche la torpeza?
¿Y quién en la abundancia y la riqueza
que padece escasez persuadiría?

¿Será posible abrigues en tu idea
caprichos tan extraños o infundados
cuando te atreves a pedirme celos?

¿Quién habrá, Filis, que tus celos crea,
cuando en ti vea la copia de los cielos
y en mi el original del amor vea?



Juan Pablo Forner

Epitafio (Forner)

-- de Juan Pablo Forner --

Aquí yace Jazmín, gozque mezquino,
que sólo al mundo vino
para abrigarse en la caliente falda
de madama Crisalda,
tomar chocolatito,
bizcochos y confites,
el pobre animalito,
desazonar visitas y convites,
alzando la patita
para orinar las capas y las medias
con audacia maldita,
ladrar rabiosamente
al yente y al viniente,
ir en coche a paseos y comedias
y ser martirio eterno de criados,
por él o despedidos o injuriados
con furor infernal y grito horrendo.

Si inútil fue y aborrecible bicho,
y petulante y puerco y disoluto,
culpas no fueron suyas, era bruto;
educóle el capricho
de delicia soez con estupendo
horror de la razón; naturaleza
no le inspiró tan bárbara torpeza.
Los que en la tierra al Hacedor retratan,
sus hechuras divinas desbaratan,
corrompen y adulteran.
Los vicios de Jazmín, de su ama eran.



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