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Octavio Paz

retórica

-- de Octavio Paz --

Retórica
1
cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan:
todo su entendimiento es su garganta.
2
La forma que se ajusta al movimiento
no es prisión sino piel del pensamiento.
3
La claridad del cristal transparente
no es claridad para mí suficiente:
el agua clara es el agua corriente.

Poema retórica de Octavio Paz con fondo de libro

Vicente Gallego

descabalada ciencia

-- de Vicente Gallego --

Descabalada ciencia misteriosa
nuestra felicidad:
esta brisa tranquila bajo el sol del espíritu,
breve tregua del alma con los cielos azules
que fomentan acaso el inmortal anhelo
de una alada conciencia más allá de la muerte.
Dulce engaño del cuerpo que ha gozado
su alto vuelo de sal sobre otro cuerpo,
y ligero se siente, y sus alas procuran
espantar un instante su condición orgánica
para soñarse un día
corrompida la fruta
sabor agradecido, aroma al menos,
ingrávida memoria de la dicha
que es ahora en la tarde.
Parece hoy suficiente salvación
albergar la esperanza
de una muerte que sea duermevela,
cansancio vespertino en el verano
satisfecho y redondo de haber sido,
contemplativo exilio, amortiguado eco
lejano y cadencioso de nosotros.
Firmamento irisado de los días felices,
quién pudiera salvarte,
como imagen cumplida del trayecto,
en la hueca retina del no ser,
o siquiera preñar el negativo
estricto de la nada que seremos
con el polen de luz de esta alegría.

Poema descabalada ciencia de Vicente Gallego con fondo de libro

Angel González

esto no es nada

-- de Angel González --

Si tuviésemos la fuerza suficiente
para apretar como es debido un trozo de madera,
sólo nos quedaría entre las manos
un poco de tierra.
Y si tuviésemos más fuerza todavía
para presionar con toda la dureza
esa tierra, sólo nos quedaría
entre las manos un poco de agua.
Y si fuese posible aún
oprimir el agua,
ya no nos quedaría entre las manos
nada.

Poema esto no es nada de Angel González con fondo de libro

Marilina Rébora

khalil gibrán

-- de Marilina Rébora --

Khalil gibrán
no es suficiente dar, ni dar con alegría;
ni tampoco es bastante dar con renunciamiento;
menos, dar con dolor, un poco cada día,
esperando de otros el reconocimiento.
Y no basta siquiera el dar por ser virtuoso,
aunque el alma egoísta, aleccionada, calle;
hay que dar, simplemente, como el mirto oloroso
que esparce, sin saberlo, su fragancia en el valle.
Más aún: es forzoso merecer ser donante,
que a través de esas manos diga dios lo que piensa
y sonría dichoso detrás de la mirada.
El poeta oriental nos pone por delante
la sola realidad de la íntima conciencia,
testigos, como somos, sin ser dueños de nada.



Marilina Rébora

clotilde, en la mujer pobre de león bloy

-- de Marilina Rébora --

Clotilde, en la mujer pobre de león bloy
«la única tristeza» insinúa clotilde
«es la de no ser santo», añadiendo, «aquí abajo».
¿Pues no basta, me digo, un corazón humilde
ni el espíritu hecho a piadoso trabajo?
¿tampoco es suficiente tolerar la injusticia,
eludir el halago con natural modestia,
desconocer a un tiempo altivez y codicia
o cumplir los deberes sin acusar molestia?
no; que el ser sobrehumano, aquel que a sí renuncia,
el mismo que se niega y carga con su cruz,
el que calla dolores y alegrías anuncia
para alentar al prójimo con el amor debido,
es el que alcanza único áureo nimbo de luz,
el santo que clotilde lamenta no haber sido.



Juan Ramón Jiménez

mensajera de la estación total

-- de Juan Ramón Jiménez --

Todas las frutas eran de su cuerpo,
las flores todas, de su alma.
Y venía, y venía
entre las hojas verdes, rojas, cobres,
por los caminos todos
de cuyo fin con árboles desnudos
pasados en su fin a otro verdor,
ella había salido
y eran su casa llena natural.
¿Y a qué venía, a qué venía?
venía sólo a no acabar,
a perseguir en sí toda la luz,
a iluminar en sí toda la vida
con forma verdadera y suficiente.
Era lo elemental más apretado
en redondez esbelta y elejida:
agua y fuego con tierra y aire,
cinta ideal de suma gracia,
combinación y metamórfosis.
Espejo de iris májico de sí,
que viese lo de fuera desde fuera
y desde dentro lo de dentro;
la delicada y fuerte realidad
de la imajen completa.
Mensajera de la estación total,
todo se hacía vista en ella.
(Mensajera,
¡qué gloria ver para verse a sí mismo,
en sí mismo,
en uno mismo,
en una misma,
la gloria que proviene de nosotros!)
ella era esa gloria ¡y lo veía!
todo, volver a ella sola,
solo, salir toda de ella.
(Mensajera,
tú existías. Y lo sabía yo.)



Francisco de Quevedo

parnaso español 34

-- de Francisco de Quevedo --

¿cuando, licino, di, contento viste
hombre con un pecado solamente,
si quien merece pena es suficiente,
y el inculpable, inútil yace triste?
¿quién al mayor delito se resiste?
¿qué cortesano habrá que no se afrente
de que le exceda en vida delincuente
el que a los ojos, que pretende, asiste?
¡oh ingenio del pecado escandaloso!
pues licas (habitado de serenos
áspides el espíritu ambicioso)
todos los malos quieren que sean buenos,
para que a su maldad el poderoso,
por sola, comunique sus venenos.



Clemente Althaus

A Dios (1 Althaus)

-- de Clemente Althaus --

Tal vez a celebrarte
me arrastra ardiente irresistible afecto:
mas, vanos numen y arte,
remeda mi imperfecto,
canto el zumbido de volante insecto.
En corto labio humano
mal el loor de tus grandezas cabe;
en Sión y a ti cercano,
el serafín te alabe;
mas ni él loarte dignamente sabe.
Loores y armonías
dignas de ti no tiene lo creado;
solo de ti podrías
en suficiente grado,
pues en él te conoces, ser loado.
Mas de tu crïatura,
que en destierro que alivia la esperanza,
de tu santa luz pura
tenue vislumbre alcanza,
sea humilde silencio la alabanza.



Roberto Juarroz

el decidido abandono con que yo me sueño

-- de Roberto Juarroz --

El decidido abandono con que yo me sueño
no ha medido los árboles
ni calzado los ríos,
pero sabe su sombra y su corriente.
El obstinado empeño con que yo te sueño
no ha contado los pasos
ni ha partido los días,
pero sabe tu senda y tus cansancios.
El congregado gesto con que sueño
la cuota irremediable de mis miedos
sabe que el sueño suficiente de una cosa
es su único nombre verdadero.



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