Buscar Poemas con Sentimental


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Se han encontrado 8 poemas con la palabra sentimental

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Santiago Montobbio

vida sentimental

-- de Santiago Montobbio --

Vida sentimental
demasiados modos de interpretar la lluvia
ofrecen las películas; demasiados modos, demasiados ojos
y del todo excesiva esa facilidad como de postal ridícula
con que a medias entre copa y cigarrillo
los maquillados gestos de una imagen
sopesan, trituran, absorben y administran
distancia de muchacha; excesiva y también ridícula, eso,
más o menos eso es lo que me digo
cuando repaso el manual de adioses de mi vida
y desde él comprendo que es del todo cierto aquello
de que no suicidarme es algo que siempre me dio mucho trabajo,
que no suicidarme ausencia, clínica y demás patéticos
retratos desbocados en verdad ha sido para mí
la diaria gran tarea
y que por causa del afónico equipaje
que ha tenido a bien irme imponiendo el tiempo
a estas alturas ya sólo podría doctorarme
con una absurda colección de vaguedades que intentara hacer ver
a qué ruinosos extremos puede llevarnos la torpeza
si desde siempre ha dominado
la expresión de los afectos.

Poema vida sentimental de Santiago Montobbio con fondo de libro

Jorge Luis Borges

hilario ascasubi (1807 1875)

-- de Jorge Luis Borges --

(1807-1875)
alguna vez hubo una dicha. El hombre
aceptaba el amor y la batalla
con igual regocijo. La canalla
sentimental no había usurpado el nombre
del pueblo. En esa aurora, hoy ultrajada,
vivió ascasubi y se batió, cantando
entre los gauchos de la patria cuando
los llamó una divisa a la patriada.
Fue muchos hombres. Fue el cantor y el coro;
por el río del tiempo fue proteo.
Fue soldado en la azul montevideo
y en california, buscador de oro.
Fue suya la alegría de una espada
en la mañana. Hoy somos noche y nada.

Poema hilario ascasubi (1807 1875) de Jorge Luis Borges con fondo de libro

Delmira Agustini

Añoranza

-- de Delmira Agustini --

Íbamos en la tarde que caía
rápidamente sobre los caminos.
Su belleza, algo exótica, ponía
aspavientos en ojos campesinos.

-Gozaremos el libro- me decía
de tus epigramáticos y finos
versos. En el crepúsculo moría
un desfile de pájaros marinos...

Debajo de nosotros, la espesura
aprisionaba en forma de herradura
la población. Y de un charco amarillo

surgió la luna de color de argento,
y a lo lejos, con un recogimiento
sentimental, lloraba un caramillo...

Poema Añoranza de Delmira Agustini con fondo de libro

Antonio Machado

Elegía de un madrigal

-- de Antonio Machado --

Recuerdo que una tarde de soledad y hastío,
¡oh tarde como tantas! , el alma mía era,
bajo el azul monótono, un ancho y terso río
que ni tenía un pobre juncal en su ribera.
¡Oh mundo sin encanto, sentimental inopia
que borra el misterioso azogue del cristal!
¡Oh el alma sin amores que el Universo copia
con un irremediable bostezo universal!
Quiso el poeta recordar a solas
las ondas bien amadas, la luz de los cabellos
que él llamaba en sus rimas rubias olas.
Leyó... La letra mata: no se acordaba de ellos...
Y un día—como tantos—, al aspirar un día
aromas de una rosa que en el rosal se abría,
brotó como una llama la luz de los cabellos
que él en sus madrigales llamaba rubias olas;
brotó, porque un aroma igual tuvieron ellos...
Y se alejó en silencio para llorar a solas.



Medardo Ángel Silva

Y es una tristeza más en mi tristeza

-- de Medardo Ángel Silva --

A Jacinto Benavente

El lento son de la garúa,
en la calle del arrabal,
en mi corazón acentúa
la dolencia sentimental.

Simula, con su intermitente
lagrimeo, la lluvia clara,
la voz de algún adolescente
lloroso, que silabeara.

Tiene también la vida oscura
su encanto, y la poesía
que pone en la diaria amargura
la divina melancolía.

¡Sed de ideales y de cielo!
¡Oh lírica fiebre armoniosa!
¡Bien vales, infinito anhelo,
la pena que en mi alma rebosa!

Yo digo: ¡Sufro, luego existo!...
El dolor afirma la vida;
mas, todo caso está previsto,
¡y hay venda para toda herida!

Del abismo de lo que ha sido
al abismo de lo que ha de ser,
está el puente de lo vivido
y la actualidad del querer.

¡Está la linda boca fresca,
la dulce manzana carnal,
y nuestra vida funambulesca
tan líricamente anormal!



Evaristo Carriego

A carcavallo

-- de Evaristo Carriego --

Porque esta hora todos la vivimos contigo,
y es propicia la noche y el ambiente es cordial,
vaya el trovar, gustado en el rincón amigo,
con un antiguo y vago sabor sentimental.

Por los que todavía creen un poco en la Luna,
por los que riman una canción de juventud,
por las damas que escuchan, suaves como en alguna
primavera de versos, ¡compañero, salud!

Salud, por esta hora que vivimos contigo,
salud, porque al conjuro del verso que te digo
realicen su serena gloriosa comunión

la Amistad y la Lira, la gracia femenina,
un puñado de rosas de la tierra Argentina
y una copa del rojo vino del corazón.



Evaristo Carriego

La francesita que hoy salió a tomar el sol

-- de Evaristo Carriego --

Un poco paliducha y adelgazada,
— ¡estuvo tan enferma recientemente! —
caminando de prisa por la asoleada
vereda, va la rubia convaleciente

que, con rumbo a Palermo dobló hacia el Norte.
¡Salud, la linda rubia: cara traviesa,
gesto de ¡viva Francia! y airoso el porte:
como que para eso nació francesa.

¿Será el desconocido que va delante
o es la gracia burlona con que camina
que ahuyentó aquel capricho sentimental?

¡Adiós los ojos tristes del estudiante
que vió junto a la cama de su vecina
en la tarde de un jueves del hospital!...



José Asunción Silva

Cápsulas

-- de José Asunción Silva --

El pobre Juan de Dios, tras de los éxtasis
del amor de Aniceta, fue infeliz.
Pasó tres meses de amarguras graves,
y, tras lento sufrir,
se curó con copaiba y con las cápsulas
de Sándalo Midy.

Enamorado luego de la histérica Luisa,
rubia sentimental,
se enflaqueció, se fue poniendo tísico
y al año y medio o más
se curó con bromuro y con las cápsulas
de éter de Clertán.

Luego, desencantado de la vida,
filósofo sutil,
a Leopardi leyó, y a Schopenhauer
y en un rato de spleen,
se curó para siempre con las cápsulas
de plomo de un fusil.



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