Buscar Poemas con Peinado


  ·En el buscador de poemas puedes encontrar entre más de doce mil poemas todos aquellos que contienen las palabras de búsqueda. Los poemas forman parte de la antología poética de los 344 poetas más importantes en lengua Española de todos los tiempo. Puedes elegir entre dos tipos de búsqueda:
  ·Buscar entre todos los poemas los que contienen las palabras de la búsqueda.
  ·Buscar sólo los poemas cortos -aquellos que tienen 8 versos o menos- que coinciden con el criterio de búsqueda.

Se han encontrado 6 poemas con la palabra peinado

Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí

César Vallejo

fue domingo en las claras orejas de mi burro...

-- de César Vallejo --

Fue domingo en las claras orejas de mi burro,
de mi burro peruano en el perú (perdonen la tristeza)
mas hoy ya son las once en mi experiencia personal,
experiencia de un solo ojo, clavado en pleno pecho,
de una sola burrada, clavada en pleno pecho,
de una sola hecatombe, clavada en pleno pecho.
Tal de mi tierra veo los cerros retrasados,
ricos en burros, hijos de burros, padres hoy de vista,
que tornan ya pintados de creencias,
cerros horizontales de mis penas.
En su estatua, de espada,
voltaire cruza su capa y mira el zócalo,
pero el sol me penetra y espanta de mis dientes incisivos
un número crecido de cuerpos inorgánicos.
Y entonces sueño en una piedra
verduzca, diecisiete,
peñasco numeral que he olvidado,
sonido de años en el rumor de aguja de mi brazo,
lluvia y sol en europa, y ¡cómo toso! ¡cómovivo!
¡cómo me duele el pelo al columbrar los siglos semanales!
y cómo, por recodo, mi ciclo microbiano,
quiero decir mi trémulo, patriótico peinado.

Poema fue domingo en las claras orejas de mi burro... de César Vallejo con fondo de libro

César Vallejo

despedida recordando un adiós

-- de César Vallejo --

Al cabo, al fin, por último,
tomo, volví y acábome y os gimo, dándoos
la llave, mi sombrero, esta cartita para todos.
Al cabo de la llave está el metal en que aprendiéramos
a desdorar el oro, y está, al fin
de mi sombrero, este pobre cerebro mal peinado,
y, último vaso de humo, en su papel dramático,
yace este sueño práctico del alma.
¡Adiós, hermanos san pedros,
heráclitos, erasmos, espinosas!
¡adiós, tristes obispos bolcheviques!
¡adiós, gobernadores en desorden!
¡adiós, vino que está en el agua como vino!
¡adiós, alcohol que está en la lluvia!
¡adiós también, me digo a mí mismo,
adios, vuelo formal de los milígramos!
¡también adiós, de modo idéntico,
frío del frío y frío del calor!
al cabo, al fin, por último, la lógica,
los linderos del fuego,
la despedida recordando aquel adiós.

Poema despedida recordando un adiós de César Vallejo con fondo de libro

Pablo Neruda

el joven monarca

-- de Pablo Neruda --

Como continuación de lo leído y precedente de lapágina que sigue debo encaminar mi estrella al territorioamoroso.
Patria limitada por dos largos brazos cálidos, de largapasión paralela, y un sitio de oros defendidos por sistema ymatemática ciencia guerrera. Sí, quiero casarme con lamás bella de mandalay, quiero encomendar mi envoltura terrestrea ese ruido de la mujer cocinando, a ese aleteo de falda y pie desnudoque se mueven y mezclan como viento y hojas.
Amor de niña de pie pequeño y gran cigarro, flores deámbar en el puro y cilíndrico peinado, y de andar enpeligro, como un lirio de pesada cabeza, de gruesa consistencia.
Y mi esposa a mi orilla, al lado de mi rumor tan venido de lejos, miesposa birmana, hija del rey.
Su enrollado cabello negro entonces beso, y su pie dulce y perpetuo: yacercada ya la noche, desencadenado su molino, escucho a mi tigre ylloro a mi ausente.

Poema el joven monarca de Pablo Neruda con fondo de libro

Vicente Aleixandre

emilio prados (retrato en redondo)

-- de Vicente Aleixandre --

Emilio prados
(retrato en redondo)
1
una sombra. Sólo una
sombra justa. Sin penumbra.
2
Un perfil. Tan sólo un crudo
perfil sobre el cielo puro.
3
Un torso. Un torso de pluma
quieto, peinado de espumas.
4
(No hay que tocarlo. Una herida,
sin saberse, quedaría.)
5
Una mano. ¿Blanca? ¿negra?
sus dos manos verdaderas.
6
Una frente. ¿Y los luceros?
una frente hasta vencerlos.
7
(La noche, en comba, cerrada
sobre su negra mirada.)
8
El aire en su brazo. ¿El aire?
(una sierpe se contrae.)
9
Gime la luz. De su boca
surte, dolida, la aurora.
10
Inagotable la vierte,
cierra los ojos, y siente.
11
Se ha hecho ya el día. Completo
se le lanza contra el pecho.
12
Pero en el suelo, tendido,
su pie lo pisa, infinito.



Julio Herrera Reissig

la fuga

-- de Julio Herrera Reissig --

Temblábamos al par... En el austero
desorden que realzaba tu hermosura,
acentuó tu peinado su negrura
inquietante de pájaro agorero...

¡Nadie en tus ojos vio el enigma, empero
calló hasta el mar en su presencia oscura!
inaccesible y ebria de aventura,
entre mis brazos te besó el lucero.

Apenas subrayó el esquife vago
su escuálida silueta sobre el lago,
te sublimaron trágicos sonrojos...

Sacramentó dos lágrimas postreras
mi beso al consagrar sobre tus ojos.
¡Y se durmió la tarde en tus ojeras!...



Ramón López Velarde

Gavota

-- de Ramón López Velarde --

Señor, Dios mío: no vayas
a querer desfigurar
mi pobre cuerpo, pasajero
más que la espuma del mar.

Ni me des enfermedad larga
en mi carne, que fue la carga
de la nave de los hechizos,
del dolor el aposento
y la genuflexión verídica
de tu trágico pavimento.

No me hieras ningún costado,
no me castigues a mi cuerpo
por haber vivido endiosado
ante la Naturaleza
y junto a los vertebrales
espejos de la belleza.

Yo reconozco mi osadía
de haber vivido profesando
la moral de la simetría.

Amé los talles zalameros
y el virginal sacrificio;
amé los ojos pendencieros
y las frentes en armisticio.

No tengo miedo de morir,
porque probé de todo un poco,
y el frenesí del pensamiento
todavía no me vuelve loco.

Mas con el pie en el estribo
imploro rápida agonía
en mi final hostería.

Para que me encomiende a Dios,
en la hostería, una muchacha,
con su peinado de bandós,
y que de ir por los caminos
tenga la carne de luz
de los peroles cristalinos.
Y que en sus manos, inundadas
de luz, mi vida quede rota
en un tiempo de gavota.



© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba