Buscar Poemas con Paja


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Se han encontrado 13 poemas con la palabra paja

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Pedro Bonifacio Palacios

La Yapa

-- de Pedro Bonifacio Palacios --

Como una sola estrella no es el cielo,
ni una gota que salta, el oceano;
ni una falange rígida, la mano;
ni una brizna de paja, el santo suelo,

tu gimnasia de cárcel no es el vuelo,
el sublime tramonto soberano.
Ni nunca podrá ser anhelo humano
tu miserable personal anhelo.

¿Qué saben de lo eterno las esferas;
de las borrascas de la mar, la gota;
de puñetazos, la falange rota;

de harina y pan, la paja de las eras?...
¡Detente por piedad, pluma, no quieras
que abandone sus armas el ilota!

Poema La Yapa de Pedro Bonifacio Palacios con fondo de libro

Alfonsina Storni

Sábado

-- de Alfonsina Storni --

Me levanté temprano y anduve descalza
Por los corredores: bajé a los jardines
Y besé las plantas
Absorbí los vahos limpios de la tierra,
Tirada en la grama;
Me bañé en la fuente que verdes achiras
Circundan. Más tarde, mojados de agua
Peiné mis cabellos. Perfumé las manos
Con zumo oloroso de diamelas. Garzas
Quisquillosas, finas,
De mi falda hurtaron doradas migajas.
Luego puse traje de clarín más leve
Que la misma gasa.
De un salto ligero llevé hasta el vestíbulo
Mi sillón de paja.
Fijos en la verja mis ojos quedaron,
Fijos en la verja.
El reloj me dijo: diez de la mañana.
Adentro un sonido de loza y cristales:
Comedor en sombra; manos que aprestaban
Manteles.
Afuera, sol como no he visto
Sobre el mármol blanco de la escalinata.
Fijos en la verja siguieron mis ojos,
Fijos. Te esperaba.

Poema Sábado de Alfonsina Storni con fondo de libro

Leopoldo Lugones

El chingolo

-- de Leopoldo Lugones --

Cuando el campo está más solo
y la casa, en paz, abierta,
aparece por la puerta,
muy sí señor, el chingolo.

Viene en busca de una miga
o una paja de la escoba,
que, ciertamente, no roba,
porque la gente es su amiga.

Salta, confiado, al umbral
y solicita permiso,
con un gritito conciso,
como pizca de cristal.

Poema El chingolo de Leopoldo Lugones con fondo de libro

Leopoldo Lugones

El nido ausente

-- de Leopoldo Lugones --

Sólo ha quedado en la rama
un poco de paja mustia
y, en la arboleda, la angustia
de un pájaro fiel que llama.
Cielo arriba y senda abajo,
no halla tregua a su dolor,
y se para en cada gajo
preguntando por su amor.
Ya remonta con su queja,
ya pía por el camino
donde deja en el espino
su blanda lana la oveja.
Pobre pájaro afligido
que sólo sabe cantar
y, cantando, llora el nido
que ya nunca ha de encontrar.



Lope de Vega

Era la mula de un doctor hallada

-- de Lope de Vega --

Era la mula de un doctor hallada
en un zaguán y, perdonando el credo
su Majestad al degollado en miedo,
quedó por las albricias empeñada.

Corrió el doctor con alma degollada
y dijo al Tasticot: «Soldados, quedo,
que la crió un canónigo en Toledo
a paja en flor y almíbar de cebada.

»Si mientras que yo curo se la llevan
¿qué delito a mi mula se acumula?
Pero pues todos la sentencia aprueban,

»sea también para la mula nula,
porque como otros la cuartada prueban
probaré la mulada de mi mula».



Luis Lloréns Torres

alta mlra

-- de Luis Lloréns Torres --

Para asomarme, desde mi alma, al mundo
ábrete y serás tu la única puerta.
Ábrete en un amor tan ultrahumano
que se salga del caso de la tierra.

Ábrete en el temblor de la mirada
que más en tu alma que en tus ojos tiembla,
y en el rocío de sangre de lucero
que te untas en los labios cuando besas.

Ábrete en el incendio del dorado
enjambre que en tus rizos se desmiela,
y en las dos zarcas aves que en la paja
de tus pestañas a sonar se echan.

Ábrete en un amor tan ultrahumano,
que haga polvo el cristal de tus caderas,
y que tan dulce el corazón me endulce,
que al morirme lo piquen las abejas.



Luis Rosales

de cómo vino al mundo la oración

-- de Luis Rosales --

De lirio en oración, de espuma herida
por el paso del alba silenciosa;
de carne sin pecado en la gozosa
contemplación del niño sorprendida;
de nieve que detiene su caída
sobre la paja que al señor desposa;
de sangre en asunción junto a la rosa
del virginal regazo desprendida;
de mirar levantado hacia la altura
como una fuente con el agua helada
donde el gozo encontró recogimiento;
de manos que juntaron su hermosura
para calmar, en la extensión nevada,
su angustia al hombre y su abandono al viento.



Enrique Lihn

elegía a carlos de rokha

-- de Enrique Lihn --

No hubo dolor en el momento justo
de oír sobre tu muerte. Fue como si tú mismo la hubierasanunciado en uno de esos absurdos llamados telefónicos quesolías hacer a tus amigos:
una broma sangrienta.
Y la inocencia que, a esas horas, se volvía irritante, lacigarra de una voz chirriando
en la paja seca del día. No hubo dolor
pero sí, carlos, la inmediata certeza
de que contigo se eclipsaba la noche
sobre el desierto de un día estable y es como si cayera
un poco de ceniza del cielo sobre tierras eriáceas.
Me he llamado a lo real. Pero qué peso insoportable
tendría ahora un guijarro sobre la palma de la mano. Todas,todas estas pobres historias
diurnas no son sino desgarradoras. Aquí, también, estavisión confusa y demasiado nítida de caras conocidas.
Si la vida no es más que una locura
lo que importan son los sueños y aún el delirio, lamentira piadosa
de las palabras en libertad arrojadas
al millar de los vientos nocturnos,
como en tu poesía: la oscuridad vidente:
palabras como brasas, balbuceos del fuego.



Marilina Rébora

san juan bautista

-- de Marilina Rébora --

A bautizarse acuden las gentes al jordán.
Preguntaban algunos: ¿y qué haremos nosotros?
quien tiene dos vestidos, respondíales juan,
dé uno al que no tenga. Y preguntaban otros
(esta vez publicanos): y nosotros ¿qué haremos?
no exigir más, decíales, de lo que está ordenado.
Y a nosotros, maestro, dinos cómo obraremos
en nombre de los suyos, le requería un soldado.
No hagáis nunca extorsiones, contentaos con el sueldo.
Yo os bautizo con agua; mas otro ha de venir,
que ya está entre vosotros aunque no lo hayáis visto,
que con fuego bautiza. El usará del bieldo
para limpiar la era de acuerdo a lo previsto:
el trigo irá al granero, la paja a consumir.
Lucas 3, 10-14, 16,17.
Mateo 3, 11.
Juan 1, 26.



Miguel Unamuno

Hipocresía de la hormiga

-- de Miguel Unamuno --

Para hipócrita no hay como la hormiga
queriendo hacernos ver como trabaja,
viene y va, vuelve, torna, sube y baja
arrastrando á las veces una miga.

Afán de logro dicen que la hostiga
y que do quiera busca sacar raja
y que deja cantando entre la paja
á la cigarra y que se va á la espiga.



Juan Pablo Forner

Ya silba el viento

-- de Juan Pablo Forner --

Ya silba el viento en la nevada cumbre,
y al soplo impetuoso la cabaña,
vacila del zagal, que en frágil caña
con paja entretejió flaca techumbre;

y Bato el mayoral sin pesadumbre,
aunque su grey del aquilón la saña
siente y perece, con paciencia extraña
huelga al calor de regalada lumbre.

El mísero zagal humedecido
de helada nieve, por salvar se afana
la grey no suya en le pelado ejido.

Zagal, reposa; tu fatiga es vana;
su hacienda el mayoral tiene en olvido,
y ni a acordarse de tu afán se humana.



Francisco de Quevedo

parnaso español 44

-- de Francisco de Quevedo --

Dichoso tú, que, alegre en tu cabaña,
mozo y viejo espiraste la aura pura,
y te sirven de cuna y sepultura
de paja el techo, el suelo de espadaña.
En esa soledad, que, libre, baña
callado sol con lumbre más segura,
la vida al día más despacio dura,
y la hora, sin voz, te desengaña.
No cuentes por los cónsules los años;
hacen tu calendario tus cosechas;
pisas todo tu mundo sin engaños.
De todo lo que ignoras te aprovechas;
ni anhelas premios, ni padeces daños,
y te dilatas cuanto más te estrechas.



José Martí

ayer la vi en el salón

-- de José Martí --

xxi
ayer la vi en el salón
de los pintores, y ayer
detrás de aquella mujer
se me saltó el corazón.
Sentada en el suelo rudo
está en el lienzo: dormido
al pie, el esposo rendido
al seno el niño desnudo.
Sobre unas briznas de paja
se ven mendrugos mondados:
le cuelga el manto a los lados,
lo mismo que una mortaja.
No nace en el torvo suelo
ni una viola, ni una espiga:
¡muy lejos, la casa amiga,
muy triste y oscuro el cielo!...
¡Esa es la hermosa mujer
que me robó el corazón
en el soberbio salón
de los pintores de ayer!



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