Buscar Poemas con Noventa


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Se han encontrado 4 poemas con la palabra noventa

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Leandro Fernández de Moratín

Por nada, como ves

-- de Leandro Fernández de Moratín --

-Siete duros al mes de peluquero;
para calzarme, nueve; las criadas
-que necesito dos- no están pagadas
si no les doy cien reales en dinero.

Diez duros al bribón de mi casero;
telas, plumas, caireles, arracadas,
blondas, medias, hechuras y puntadas
de madama Burlet y del platero...

Noventa duros, poco más. -Noventa,
diez, siete, nueve, cinco... ¡Y la comida!
-¿No la quiere pagar, y somos cuatro?

-¿Y esto en un mes? -Si a usted no le contenta...
-Sí, calla. Bien. ¡Hermosa de mi vida!...
¡Ay del que tiene amor en el teatro!

Poema Por nada, como ves de Leandro Fernández de Moratín con fondo de libro

Jorge Luis Borges

simón carbajal

-- de Jorge Luis Borges --

En los campos de antelo, hacia el noventa
mi padre lo trató. Quizá cambiaron
unas parcas palabras olvidadas.
No recordaba de él sino una cosa:
el dorso de la oscura mano izquierda
cruzado de zarpazos. En la estancia
cada uno cumplía su destino:
éste era domador, tropero el otro,
aquél tiraba como nadie el lazo
y simón carvajal era el tigrero.
Si un tigre depredaba las majadas
o lo oían bramar en la tiniebla,
carvajal lo rastreaba por el monte.
Iba con el cuchillo y con los perros.
Al fin daba con él en la espesura.
Azuzaba a los perros. La amarilla
fiera se abalanzaba sobre el hombre
que agitaba en el brazo izquierdo el poncho,
que era escudo y señuelo. El blanco vientre
quedaba expuesto. El animal sentía
que el acero le entraba hasta la muerte.
El duelo era fatal y era infinito.
Siempre estaba matando al mismo tigre
inmortal. No te asombre demasiado
su destino. Es el tuyo y es el mío,
salvo que nuestro tigre tiene formas
que cambian sin parar. Se llama el odio,
el amor, el azar, cada momento.

Poema simón carbajal de Jorge Luis Borges con fondo de libro

Gerardo Diego

a c. a. debussy

-- de Gerardo Diego --

A c. A. Debussy
sonidos y perfumes, claudio aquiles,
giran al aire de la noche hermosa.
Tú sabes dónde yerra un son de rosa,
una fragancia rara de añafiles
con sordina, de crótalos sutiles
y luna de guitarras. Perezosa
tu orquesta, mariposa a mariposa,
hasta noventa te abren sus atriles.
Iberia, andalucía, españa en sueños,
lentas granadas, frágiles sevillas,
giraldas tres por ocho, altas comares.
Y metales en flor, celestes leños
elevan al nivel de las mejillas
lágrimas de claveles y azahares.

Poema a c. a. debussy de Gerardo Diego con fondo de libro

Vital Aza

Duda histórica

-- de Vital Aza --

–Dígame usted, don Vicente,
usted que es tan competente...
–Pregunte usted, don Facundo.
–¿Cómo es nuevo un continente
que es ya tan viejo en el mundo?

–Era nuevo; no lo es ya.
Como creado por Dios
existía, claro está,
antes del año mil cua-
trocientos noventa y dos.

Pueblo inculto lo habitaba;
pero aquella pobre gente
ni sé cómo respiraba,
pues el Nuevo mundo estaba
cubierto completamente.

–¿Cubierto?
–¡No hay discusión!
–¡Hombre, venga una razón!
–Lo dice la Historia y basta.
Estuvo cubierto, hasta
que lo descubrió Colón.



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