Buscar Poemas con Mueva


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Se han encontrado 7 poemas con la palabra mueva

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Gutierre de Cetina

sigue su curso el sol ya destinado

-- de Gutierre de Cetina --

Y de su hacedor tal orden lleva
que ni por ir más alto o bajo mueva,
ni se aparte ni deje el hilo usado.
Podrá la oscuridad de algún nublado,
noche, luna o eclipse, o cosa nueva,
hacer que no dé luz, no que remueva
el paso del camino acostumbrado.
Así sigue, señora, el alma mía
el camino que amor quiso hacerme,
dando a mi voluntad fuerza el destino.
Bien podéis vos turbar mi fantasía,
privarme de la luz y escurescerme,
mas no apartarme ya de este camino.

Poema sigue su curso el sol ya destinado de Gutierre de Cetina con fondo de libro

Gutierre de Cetina

amor me tira y casi a vuelo lleva

-- de Gutierre de Cetina --

Por do mi presunción hizo la vía;
tan alta va mi loca fantasía
que las nubes pasar volando prueba.
No espero ya que el fin de ícaro mueva
la dura obstinación de mi porfía,
pues veo que el ardor que la desvía
el mismo la rehace y la renueva.
Está el alma una nueva fénix hecha
y en fuego de dolor que ha fabricado
se consume y renace cada hora.
Quiérelo así el amor, y es ley derecha
que siendo fénix vos, fuese forzado
fénix la mísera alma que os adora.

Poema amor me tira y casi a vuelo lleva de Gutierre de Cetina con fondo de libro

Gutierre de Cetina

no miréis más, señora

-- de Gutierre de Cetina --

Con tan grande atención esa figura,
no os mate vuestra propia hermosura.
Huid, dama, la prueba
de lo que puede en vos la beldad vuestra.
Y no haga la muestra
venganza de mi mal piadosa y nueva.
El triste caso os mueva
del mozo convertido entre las flores
en flor, muerto de amor de sus amores.

Poema no miréis más, señora de Gutierre de Cetina con fondo de libro

Marilina Rébora

el niño dormido

-- de Marilina Rébora --

El niño dormido
no levantes la voz; el niño está dormido.
Contén el paso, espera, aguarda en cauto acecho;
que no se mueva el aire, ni se oiga el menor ruido,
para que en tierna paz, te aproximes al lecho.
Mírale sonriente al almohadón asido,
el oso de su vida apretándole el pecho,
en la mano, seguro, tiene un hilo prendido
del globo de colores que oscila bajo el techo.
Alrededor su mundo juegos de construcciones,
trompos, libros, muñecos, autos, trenes, camiones;
todo goza en el cuarto sueño de maravilla
salvo el tic-tac cadente del reloj de la abuela.
Déjale que descanse: mañana irá a la escuela;
cuanto más, con los labios rózale la mejilla.



Juan Ruiz Arcipreste de Hita

libro de buen amor 7

-- de Juan Ruiz Arcipreste de Hita --

Como dise aristóteles, cosa es verdadera,
el mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenençia; la otra era
por aver juntamiento con fembra plasentera.
Si lo dixiese de mío, sería de culpar;
díselo grand filósofo, non só yo de rebtar;
de lo que dise el sabio non debemos dubdar,
que por obra se prueba el sabio e su fablar.
Que dis' verdat el sabio claramente se prueba
omes, aves, animalias, toda bestia de cueva
quieren, segund natura, compaña siempre nueva;
et quanto más el omen que a toda cosa se mueva.
Digo muy más del omen, que de toda criatura:
todos a tiempo çierto se juntan con natura,
el omen de mal seso todo tiempo sin mesura
cada que puede quiere faser esta locura.
El fuego siempre quiere estar en la senisa,
como quier' que más arde, quanto más se atisa,
el omen quando peca, bien ve que deslisa,
mas non se parte ende, ca natura lo entisa.
Et yo como soy omen como otro pecador,
ove de las mugeres a veses grand amor;
probar omen las cosas non es por ende peor,
e saber bien, e mal, e usar lo mejor.
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índice de la obra
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Fernando de Herrera

¿Dó vas? ¿dó vas cruel, dó vas? Refrena

-- de Fernando de Herrera --

"¿Dó vas? ¿dó vas cruel, dó vas? Refrena,
refrena el presuroso paso en tanto
que de mi dolor grave el largo llanto
a abrir comienza esta honda vena.

"Oye la voz de mil suspiros llena
y de mi mal sufrido el triste canto,
que no podrás ser fiera y dura tanto
que no te mueva esta mi acerba pena.

Vuelve tu luz a mí, vuelve tus ojos
antes que quede oscuro en ciega niebla".
Decía en sueño o en ilusión perdido.

Volví, halléme solo y entre abrojos,
y en vez de luz, cercado de tiniebla
y en lágrimas ardientes convertido.



Francisco de Quevedo

parnaso español 41

-- de Francisco de Quevedo --

Más escarmientos dan al ponto fiero
(si atiendes) la bonanza y el olvido,
que el peligro y naufragio prevenido
y el enojo del euro más severo.
Ansí, cuando, cortés y lisonjero,
noto tus velas mueva adormecido,
y sirva, por tus gavias extendido,
de líquido y sonoro marinero,
entonces, ¡oh mirtilo!, desvelados
en la milicia de la calma ociosa,
tus sentidos irán y tus cuidados.
Menos dulce es la paz que peligrosa;
no salgas, no, a recibir los hados;
tarda, con advertencia peligrosa.



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