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-- de Lope de Vega --
Dulce Señor, mis vanos pensamientos
fundados en el viento me acometen,
pero por más que mi quietud inquieten
no podrán derribar tus fundamentos.
No porque de mi parte mis intentos
seguridad alguna me prometen
para que mi flaqueza no sujeten,
ligera más que los mudables vientos.
Mas porque si a mi voz, Señor, se inclina
tu defensa y piedad, ¿qué humana guerra
contra lo que Tú amparas será fuerte?
Ponme a la sombra de tu cruz divina,
y vengan contra mí fuego, aire, tierra,
mar, yerro, engaño, envidia, infierno y muerte.
Poema "Dulce Señor, mis vanos pensamientos" de Lope de Vega
-- de Teófilo V. Méndez Ramos --
Florecerán las rosas... Pero al cierzo
del invierno estarán descoloridas.
Al contemplarlas mustias,
cual enjambre de negras mariposas
se posarán en tu alma
los recuerdos de dichas que ya huyeron,
de muertas ilusiones.
Y evocaras, a solas,
mis instantes de angustia, de hondo anhelo,
de un poco de tu amor que no llegaba
y el mundo de ilusiones que forjara
para ti, solamente, mi alma enferma.
Al fin comprenderás que fui sincero,
que te amé sobre todas las mudables
y efímeras cosas de la vida;
y al fin comprenderás que soy el mismo,
porque te he perdonado de la herida
que abriste sin saberlo en mi pobre alma.
Florecerán las rosas... Pero al cierzo
del invierno estarán descoloridas.
Poema "Flores de cementerio" de Teófilo V. Méndez Ramos
-- de Julio Herrera Reissig --
Sahúmase el villaje de olores a guisados;
el párroco en su mula pasa entre reverencias;
laten en todas partes monótonas urgencias,
al par que una gran calma inunda los sembrados.
Niñas en las veredas cantan... En los porfiados
cascotes de la vía gritan las diligencias,
mientras en los contornos zumba hacia las querencias,
el cuerno de los viejos pastores rezagados.
Lilas, violadas, lóbregas, mudables como ojeras,
las rutas, poco a poco, aparecen distintas;
cuaja un silencio oscuro, allá por las praderas
donde cantando el día se adormeció en sus tintas...
Y adioses familiares de gritas lastimeras
se cambian al cerrarse las puertas de las quintas.
Poema "las horas graves" de Julio Herrera Reissig