Buscar Poemas con Mezquino


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Se han encontrado 15 poemas con la palabra mezquino

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Luis Muñoz Rivera

turba multa

-- de Luis Muñoz Rivera --

Bajo los anchos pliegues de una bandera
invicta en arapiles y en ceriñola
una turba se ampara tosca y logrera,
hija degenerada de la altanera
raza española.

Gente que audaz persigue lucro mezquino
que en altos ideales su afán escuda;
que siembra odios eternos en su camino
que de climas remotos hambrienta vino
pobre y desnuda,

y hoy que sus ricas tiendas aquí levanta
del colono pretende mofarse impía;
contemplar en el tajo nuestra garganta
y hacer que en nuestra tierra fije su planta
la tiranía.

Esos no representan al pueblo hispano
noble, viril, altivo, franco y sincero,
convertido, a esta margen del océano,
en montón de burócratas, rudo, inhumano
torpe y artero.

Montón a que los parias rinden tributo;
que en éxitos menguados te pavoneas;
que de tu negra infamia logras el fruto
en días tempestuosos de sangre y luto!
¡maldito seas!

Poema turba multa de Luis Muñoz Rivera con fondo de libro

Gertrudis Gómez de Avellaneda

En la muerte del laureado poeta señor don Manuel José Quintana

-- de Gertrudis Gómez de Avellaneda --

Cantos de regocijo y de victoria
Nuestras voces alzaron aquel día
Que regia mortal mano te ceñía
Mezquino lauro de terrestre gloria:

Y hoy que a la voz de tu Hacedor acudes,
A recibir la fúlgida diadema
Que la inmutable Majestad Suprema
Guarda en la eterna patria a las virtudes

Hoy nuestra flaca condición humana
Su aliento en vano a remontar aspira
¡No le es dado arrancar, noble Quintana,
Ni un tierno adiós de la enlutada ¡ira!

Que aunque la Fe con resplandor divino
La densa noche del sepulcro alumbre,
Y la Esperanza hasta la excelsa cumbre
Vuele, mostrando tu triunfal camino;

Aquí -al mirar tus fúnebres despojos
A la tierra volver- sólo nos queda,
Con tu corona, que la España hereda,
¡Duelo en el corazón llanto en los ojos!

Poema En la muerte del laureado poeta señor don Manuel José Quintana de Gertrudis Gómez de Avellaneda con fondo de libro

Gustavo Adolfo Bécquer

rima i

-- de Gustavo Adolfo Bécquer --

Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de este himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar; que no hay cifra
capaz de encerrarlo, y apenas, ¡oh hermosa!
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.

Poema rima i de Gustavo Adolfo Bécquer con fondo de libro

Andrés Bello

Y posible será que destinado

-- de Andrés Bello --

¿Y posible será que destinado
he de vivir en sempiterno duelo,
lejos del suelo hermoso, el caro suelo
do a la primera luz abrí los ojos?

Cuántas, ¡ah!, cuántas veces dando
auque breve a mi dolor consuelo,
oh montes, oh colinas, oh praderas,
amada sombra de la patria mía.

Orillas del Anauco placenteras,
escenas de la edad encantadora,
que ya de mí, huyeron por mezquino,

huyó con presta irrevocable huida;
y toda en contemplarnos embebida
se goza el alma, a par que pena y llora.



Antonio Machado

A un naranjo y un limonero

-- de Antonio Machado --

Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte!
Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
Naranjo en la corte, qué pena da verte
con tus naranjitas secas y arrugadas.
Pobre limonero de fruto amarillo
cual pomo pulido de pálida cera,
¡qué pena mirarte, mísero arbolillo
criado en mezquino tonel de madera!
De los claros bosques de la Andalucía,
¿quién os trajo a esta castellana tierra
que barren los vientos de la adusta sierra,
hijos de los campos de la tierra mía?
¡Gloria de los huertos, árbol limonero,
que enciendes los frutos de pálido oro
y alumbras del negro cipresal austero
las quietas plegarias erguidas en coro;
y fresco naranjo del patio querido,
del campo risueño y el huerto soñado,
siempre en mi recuerdo maduro o florido
de frondas y aromas y frutos cargado!



Anónimo

Romance del prisionero

-- de Anónimo --

Que por mayo era, por mayo,
cuando los grandes calores,
cuando los enamorados
van servir á sus amores,
sino yo, triste mezquino,
que yago en estas prisiones,
que ni sé cuándo es de dia,
ni ménos cuándo es de noche
sino por una avecilla
que me cantaba al albor:
matómela un ballestero;
¡déle Dios mal galardon!



Rosalía de Castro

Los tristes

-- de Rosalía de Castro --

LOS TRISTES

I

De la torpe ignorancia que confunde
Lo mezquino y lo inmenso;
De la dura injusticia del más alto,
De la saña mortal de los pequeños,
No es posible que huyáis cuando os conocen
Y os buscan, como busca el zorro hambriento
A la indefensa tórtola en los campos;
Y al querer esconderos
De sus cobardes iras, ya en el monte,
En la ciudad ó en el retiro estrecho,
¡Ahí val, exclaman. ¡Ahí va!, y allí os insultan
Y señalan con íntimo contento,
Cual la mano implacable y vengativa
Señala al triste y fugitivo reo.

II

Cayó por fin en la espumosa y turbia
Recia corriente, y descendió al abismo
Para no subir más á la serena



Miguel Unamuno

Inactual

-- de Miguel Unamuno --

He llegado harto pronto ó harto tarde
al mundo, en esta nuestra edad de hierro
en que rinden los hombres al becerro
de oro un mezquino corazón que arde

en turbia fiebre, un corazón cobarde
que se complace en su mortal encierro
y sigue á gozo el son del vil cencerro,
de triste servidumbre haciendo alarde.



Miguel Ángel Corral

A mi amigo . el distinguido poeta Fernando Velarde

-- de Miguel Ángel Corral --

Grandioso te alzas en la eterna roca
donde rebrama el huracán rugiente,
y absorto miras en tu afán valiente
de los volcanes la tartárea boca.

En los arranques de tu audacia loca
te lanzas como el águila impaciente,
y, en medio de relámpagos, tu frente
ya los confines del abismo toca.

Sigue el instinto de tu ardor fecundo,
desdeña el polvo del mezquino suelo,
y arrebatado en éxtasis profundo

cruza la hermosa inmensidad del cielo,
y del oscuro porvenir del mundo
osado rasga el misterioso velo.



Juan Pablo Forner

Epitafio (Forner)

-- de Juan Pablo Forner --

Aquí yace Jazmín, gozque mezquino,
que sólo al mundo vino
para abrigarse en la caliente falda
de madama Crisalda,
tomar chocolatito,
bizcochos y confites,
el pobre animalito,
desazonar visitas y convites,
alzando la patita
para orinar las capas y las medias
con audacia maldita,
ladrar rabiosamente
al yente y al viniente,
ir en coche a paseos y comedias
y ser martirio eterno de criados,
por él o despedidos o injuriados
con furor infernal y grito horrendo.

Si inútil fue y aborrecible bicho,
y petulante y puerco y disoluto,
culpas no fueron suyas, era bruto;
educóle el capricho
de delicia soez con estupendo
horror de la razón; naturaleza
no le inspiró tan bárbara torpeza.
Los que en la tierra al Hacedor retratan,
sus hechuras divinas desbaratan,
corrompen y adulteran.
Los vicios de Jazmín, de su ama eran.



Fernando de Herrera

Mientras Amor entrega los despojos

-- de Fernando de Herrera --

Mientras Amor entrega los despojos
de quien suspira tierna y cuida y ama,
yo en vano ausente ardo en tibia llama,
viendo trocar mis flores en abrojos.

Vos en vuestro esplendor honráis los ojos,
yo voy a do mi ciego error me llama;
vuestro sol vos regala y vos inflama,
yo en lenta pena enciendo mis enojos.

Dichoso vos, que nunca o vuestra gloria
fue de penosas ansias ofendida,
o sentisteis la fuerza del veneno;

mas yo jamás, mezquino, sin memoria,
sin triste mal de amor pasé la vida,
y del más corto bien fui siempre ajeno.



Francisco de Quevedo

A un avariento

-- de Francisco de Quevedo --

En aqueste enterramiento
Humilde, pobre y mezquino,
Yace envuelto en oro fino
Un hombre rico avariento.

Murió con cien mil dolores
Sin poderlo remediar,
Tan sólo por no gastar
Ni aun gasta malos humores.



Francisco Villaespesa

vorrei morire

-- de Francisco Villaespesa --

Sentir intensamente la vida. Haber amado
y haber sufrido mucho, tener el alma ciega
esperando en la sombra una luz que no llega
o empeñada en dar vida a un sueño ya pasado.
Amar lo fugitivo. Enamorarse de una
sonrisa, de una sombra... Sentir la poesía
de alguna melancólica y lejana armonía
que, de un balcón abierto, vuela bajo la luna.
Despreciar lo mezquino. Hacer con loco empeño
del ensueño la vida y de la vida ensueño...
Extenuarse en una larga caricia loca;
y al final de una tarde magnífica y florida,
esfumarse en el cielo, abandonar la vida
con un sonoro verso de amores en la boca.



José Martí

¡dolor! ¡dolor! eterna vida mía

-- de José Martí --

¡dolor! ¡dolor! eterna vida mía,
ser de mi ser, sin cuyo aliento muero!
* * *
goce en buen hora espíritu mezquino
al son del baile animador, y prenda
su alma en las flores que el flotante lino
de mujeres bellísimas engasta:
goce en buen hora, y su cerebro encienda
en la rojiza lumbre de la incasta
hoguera del deseo:
yo, embriagado de mis penas, me devoro,
y mis miserias lloro,
y buitre de mí mismo me levanto,
y me hiero y me curo con mi canto,
buitre a la vez que altivo prometeo.



Clemente Althaus

A Jesucristo (Althaus)

-- de Clemente Althaus --

¿A quién acudiré, cuando estoy triste,
en busca de remedio y de consuelo,
si no a ti, que comprendes nuestro duelo,
del que experiencia tan crüel hiciste,

Cuando la mortal carne que nos viste,
te vio vestir el asombrado cielo,
y las miserias del mezquino suelo
todas por larga prueba conociste?

Me espanta de tu Padre soberano
la majestad tremenda; más contigo,
que te muestras tan dulce y tan humano,

me es dado hablar cual con estrecho amigo,
o cual pudiera hermano con hermano,
y mis dolores íntimos te digo.



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