Buscar Poemas con Maldecir


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Se han encontrado 7 poemas con la palabra maldecir

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Anónimo

Tiempo es, el caballero...

-- de Anónimo --

-Tiempo es, el caballero,
tiempo es de andar de aquí,
que ni puedo andar en pie,
ni al emperador servir,
que me crece la barriga
y se me acorta el vestir;
vergüenza he de mis doncellas,
las que me dan el vestir,
míranse unas a otras,
no hacen sino reír;
vergüenza he de mis caballeros,
los que sirven ante mí.
-Lloradlo, dijo, señora,
que así hizo mi madre a mí,
hijo soy de un labrador,
mi madre y yo pan vendí.
La infanta desque esto oyera,
comenzóse a maldecir:
-¡Maldita sea la doncella
que se deja seducir!
-No os maldigáis vos, señora,
no os queráis maldecir,
que hijo soy del rey de Francia,
mi madre es doña Beatriz;
cien castillos tengo en Francia,
señora, para os guarir,
cien doncellas me los guardan,
señora, para os servir.

Poema Tiempo es, el caballero... de Anónimo con fondo de libro

Francisco de Quevedo

las tres musas últimas castellanas 79

-- de Francisco de Quevedo --

A maldecir el pueblo, en un jumento,
parte balán profeta, acelerado;
que a maldecir cualquiera va alentado:
tal es el natural nuestro violento.
Dios, que mira del pueblo el detrimento,
rey en guardar su pueblo desvelado,
clemente, opone a su camino, armado
de su milicia, espléndido portento.
Obedece el jumento, no el profeta;
y cuando mereció premio y regalo,
más obstinado a caminar le aprieta.
Teme la asnilla al ángel, sufre el palo:
y halló el cielo obediencia más perfecta
en mala bestia que en ministro malo.

Poema las tres musas últimas castellanas 79 de Francisco de Quevedo con fondo de libro

Manuel de Zequeira

A mis críticos (Arango)

-- de Manuel de Zequeira --

Ardiendo, Zoylo, en cólera inclemente,
contra mis versos, dicen que te irritas,
y que siempre frenético vomitas
de injuriosos dicterios un torrente:

Serena, Zoylo, la arrugada frente,
que se aumente tu mal cuanto más gritas;
y ese excesivo ardor con que te agitas
es de tu frenesí prueba evidente.

No en criticar consiste la cultura,
que para esto es idóneo cualquier labio
del necio que halla en maldecir dulzura;

da otro ejemplo mejor como hace el sabio,
que si escribir no puedes con cordura,
desprecio y risa premiarán tu agravio.

Poema A mis críticos (Arango) de Manuel de Zequeira con fondo de libro

Emilio Bobadilla

Matar

-- de Emilio Bobadilla --

¡En medio de la brega coger al enemigo,
la yugular cortarle o sacarle las tripas,
y ser de otros crímenes análogos testigo
y fumarse tranquilo después una o dos pipas!

¡La muerte es a la vida un llamamiento ardiente
y la vida es absurdo, injusticia, atropello,
es dar un quiebro diario al Destino inconciente,
y estar nadando siempre con el agua hasta el cuello!

Maldecir de la guerra, provocando la guerra,
—la guerra es un delito cuando da en descalabro—
¡qué paradoja irónica tan evidente encierra!

¿Por qué su pensamiento tras la justicia esconde?
¡Oh guerrero que mueres, matando! ¡Qué macabro
placer que a tus instintos destructores responde!



Francisco Sosa Escalante

La calumnia (Sosa Escalante)

-- de Francisco Sosa Escalante --

Unióse con la infame Cobardía,
De Envidia el hijo hipócrita, el Despecho,
Y pronto aquella en su asqueroso lecho
A Calumnia dió á luz; nació otra Arpía.

Sus padres mismos al brillar el dia
Se horripilaron al mirar que el pecho
Del fruto de su union, de sierpes hecho
En el Averno oscuro parecía.

Al sentirse en el mundo abandonada
Pidió á Curiosidad la necia, abrigo,
Y encontróse feliz en su morada.

Halló en el torpe Maldecir testigo,
De los Rencores viles se vió armada
Y en cada Criminal tuvo un amigo.



Francisco Villaespesa

las lágrimas sonoras de una copla

-- de Francisco Villaespesa --

Las lágrimas sonoras de una copla
con el perfume de la noche entran
por mi balcón, y todo cuanto duerme
en mi callado corazón despierta.
«¡Amor, amor, amor! sangre de celos»,
gime la triste copla callejera:
blanca paloma herida que sangrando
a refugiarse a mis recuerdos llega.
¿Ya no recuerdas aquel rostro pálido,
las pupilas tan grandes y tan negras
que te hicieron odiar al amor mismo
y maldecir la vida y la belleza,
y amar el crimen y gustar la sangre
que tibia mana de la herida fresca?
duerme ya, corazón... Se va la música
aullando de pasión por la calleja.
Y en la paz de la noche sólo late
el tiempo en el reloj que, lento, cuenta
las venturas perdidas para siempre
y los dolores que sufrir te quedan.
«¡Amor, amor, amor». ¡Que nadie bese
lo que ni en sueños mi esperanza besa!
¡antes que en brazos de otro amor, prefiero
entre mis brazos contemplarte muerta!



José Martí

yo tengo un amigo muerto

-- de José Martí --

viii
yo tengo un amigo muerto
que suele venirme a ver:
mi amigo se sienta y canta;
canta en voz que ha de doler.
«En un ave de dos alas
bogo por el cielo azul:
una ala del ave es negra,
otra de oro caribú.
»El corazón es un loco
que no sabe de un color:
o es su amor de dos colores,
o dice que no es amor.
»Hay una loca más fiera
que el corazón infeliz:
la que le chupó la sangre
y se echó luego a reír.
»Corazón que lleva rota
el ancla fiel del hogar,
va como barca perdida,
que no sabe a dónde va».
En cuanto llega a esta angustia
rompe el muerto a maldecir:
le amanso el cráneo: lo acuesto:
acuesto el muerto a dormir.



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