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Se han encontrado 9 poemas con la palabra llene

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Federico García Lorca

cantos nuevos

-- de Federico García Lorca --

Agosto de 1920
(vega de zujaira)
dice la tarde:
¡tengo sed de sombra! .
Dice la luna: yo, sed de luceros .
La fuente cristalina pide labios
y suspiros el viento.
Yo tengo sed de aromas y de risas.
Sed de cantares nuevos
sin lunas y sin lirios,
y sin amores muertos.
Un cantar de mañana que estremezca
a los remansos quietos
del porvenir. Y llene de esperanza
sus ondas y sus cienos.
Un cantar luminoso y reposado,
pleno de pensamiento,
virginal de tristeza y de angustias
y virginal de ensueños.
Cantar sin carne lírica que llene
de risas el silencio.
(Una bandada de palomas ciegas
lanzadas al misterio).
Cantar que vaya al alma de las cosas
y al alma de los vientos
y que descanse al fin en la alegría
del corazón eterno.

Poema cantos nuevos de Federico García Lorca con fondo de libro

Gabriela Mistral

el espino

-- de Gabriela Mistral --

El espino prende a una roca
su enloquecida contorsión,
y es el espíritu del yermo,
retorcido de angustia y sol.
La encina es bella como júpiter,
y es un narciso el mirto en flor.
A él lo hicieron como a vulcano,
el horrible dios forjador.
A él lo hicieron sin el encaje
del claro álamo temblador,
porque el alma del caminante
ni le conozca la aflicción.
De las greñas le nacen flores.
(Así el verso le nació a job.)
Y como el salmo del leproso,
es de agudo su intenso dolor.
Pero aunque llene el aire ardiente
de las siestas su exhalación,
no ha sentido en su greña oscura
temblarle un nido turbador...
Me ha contado que me conoce,
que en una noche de dolor
en su espeso millón de espinas
magullaron mi corazón.
Le he abrazado como a una hermana,
cual si agar abrazara a job,
en un nudo que no es ternura,
porque es más ¡desesperación!

Poema el espino de Gabriela Mistral con fondo de libro

Tomás de Iriarte

Cierto galán a quien París aclama

-- de Tomás de Iriarte --

Cierto galán a quien París aclama,
petimetre del gusto más extraño,
que cuarenta vestidos muda al año
y el oro y plata sin temor derrama,

celebrando los días de su dama,
unas hebillas estrenó de estaño,
sólo para probar con este engaño
lo seguro que estaba de su fama.

«¡Bella plata! ¡Qué brillo tan hermoso!»,
dijo la dama, «¡viva el gusto y numen
del petimetre en todo primoroso!»

Y ahora digo yo: «Llene un volumen
de disparates un autor famoso
y si no le alabaren, que me emplumen.»

Poema Cierto galán a quien París aclama de Tomás de Iriarte con fondo de libro

Angel González

mientras tú existas

-- de Angel González --

Mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luzcualquiera...
Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.



Rosalía de Castro

Unos con la calumnia le mancharon

-- de Rosalía de Castro --

I

Unos con la calumnia le mancharon;
Otros falsos amores le han mentido;
Y aunque dudo si algunos le han querido,
De cierto sé que todos le olvidaron.

Sólo sufrió, sin gloria ni esperanza,
Cuanto puede sufrir un ser viviente;
¿Por qué le preguntáis qué amores siente
Y no qué odios alientan su venganza?

II

Si para que se llene y se desborde
El inmenso caudal de los agravios
Quieren que nunca hasta sus labios llegue
Más que el duro y amargo
Pan, que el mendigo con dolor recoge
Y ablanda con su llanto,
Sucumbirá por fin, como sucumben
Los buenos y los bravos,



Miguel Unamuno

La sangre de mi espíritu

-- de Miguel Unamuno --

La sangre de mi espíritu es mi lengua,
y mi patria es allí donde resuene
soberano su verbo, que no amengua
su voz por mucho que ambos mundos llene.

Ya Séneca la preludió aún no nacida
y en su austero latín ella se encierra;
Alfonso a Europa dio con ella vida.
Colón con ella redobló la Tierra.

Y esta mi lengua flota como el arca
de cien pueblos contrarios y distantes,
que las flores en ella hallaron brote,

de Juárez y Rizal, pues ella abarca
legión de razas, lengua en que a Cervantes
Dios le dio el Evangelio del Quijote.



Miguel Unamuno

La sangre del espíritu

-- de Miguel Unamuno --

La sangre de mi espíritu es mi lengua
y mi patria es allí donde resuene
soberano su verbo, que no amengua
su voz por mucho que ambos mundos llene.

Ya Séneca la preludió aun no nacida,
y en su austero latín ella se encierra,
Alfonso á Europa dió con ella vida
Colón con ella redobló la tierra.



Francisco Sosa Escalante

En la muerte del Dr. Rafael Lucio

-- de Francisco Sosa Escalante --

Bella Teñoxtitlan, tus ricas galas
En tul sombrío, aterrador, convierte,
El llanto acerbo de la pena vierte,
Suspiro gemidor llene tus salas.

Cubrió tu suelo con sus negras alas
El ángel misterioso de la muerte,
Y el sabio sucumbió; mírale inerte
Miéntras la vida en el placer resbalas.

Cuando le llame, de ansiedad transido,
Al verse en lecho de dolor postrado
El enfermo infeliz, sordo su oido

Encontrará su voz; ¡lo quiso el hado!
Pero su nombre vencerá al olvido
De la historia en las páginas grabado.



José Cadalso

A la primavera, después de la muerte de Filis

-- de José Cadalso --

No basta que en su cueva se encadene
el uno y otro proceloso viento,
ni que Neptuno mande a su elemento
con el tridente azul que se serene;

ni que Amaltea el fértil campo llene
de fruta y flor, ni que con nuevo aliento
al eco den las aves dulce acento,
ni que el arroyo desatado suene.

En vano anuncias, verde primavera,
tu vuelta de los hombres deseada,
triunfante del invierno triste y frío.

Muerta Filis, el orbe nada espera,
sino niebla espantosa, noche helada,
sombras y susto como el pecho mío.



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