Buscar Poemas con Lampo


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Se han encontrado 10 poemas con la palabra lampo

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Luis Palés Matos

fiebre autumnal

-- de Luis Palés Matos --

El crepúsculo finge un hervidero
cruento y ardiente... Sobre el mar sonoro
resbala el melancólico y postrero
lampo de sol, como una flecha de oro.

El monstruo llora un rictus de armonías
y al beso de la luz se congestiona,
cual si sangraran en sus ondas frías
las cuatro heridas de rabí jeschona.

La ojera del ocaso cobra un vago
violeta-oscuro, dándole al estrago
un capricho romántico de rosas;

la noche muestra toda su fortuna,
y brota, como un pétalo, la luna
envuelta en santidades vaporosas.

Poema fiebre autumnal de Luis Palés Matos con fondo de libro

Oliverio Girondo

mi lumía

-- de Oliverio Girondo --

Mi lu
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus eropsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbosy
gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía.

Poema mi lumía de Oliverio Girondo con fondo de libro

José Tomás de Cuellar

El mar y el cielo

-- de José Tomás de Cuellar --

HAY veces en que el mar tiñe sus olas
Con tintas imposibles de copiar;
Parece que la luz enamorada
Seduce y acaricia,
Medrosa, su imponente majestad.

No bien anuncia oriente la alborada
Y brota el primer lampo matinal,
Riela en las aguas cual tupida malla
La limpia luz del cielo
En lineas de cobalto y de cristal.

Plumajes ígneos y flotantes gasas
Cortejan de los cielos el fanal,
Y las ceruleas ondas se apresuran
Con franjas de topacios,

Poema El mar y el cielo de José Tomás de Cuellar con fondo de libro

José Tomás de Cuellar

El rumor de las olas

-- de José Tomás de Cuellar --

LAS olas espumosas
Que en infinitos círculos rodando
Besan la quilla de mi barco y mugen
Sin detenerse al paso,
Me parece que traen en sus rumores
Ecos de dicha blandos,
Ligeros vuelos de suspiros tristes,
Y el ruído de los besos que pasaron.

Ya brille el sol ó bien fenezca el día
Ó el matutino lampo
Tiña de nacar las cerúleas aguas,
Interminable ese rumor extraño
Vive en la mente mía
Imágenes perdidas evocando.



José Tomás de Cuellar

Los ojos azules

-- de José Tomás de Cuellar --

TIENE el azul divino de tu ojos
El diáfano color
De las flotantes gasas de los aires
Bajo la luz del sol.

Tienen la transparencia del zafiro
Que deja percibir de tu alma ardiente
El fuego del amor.

Tienen ese matíz del mar en calma
Cuando lo baña el argentado lampo
Del matutino albor.
Son aire, luz y mar; amor y cielo
Más hermosos que el mar y que el amor,
Más hermosos que el cielo.... El cielo es uno
Y tus ojos son dos.



José Tomás de Cuellar

Meteoro (Cuéllar)

-- de José Tomás de Cuellar --

HUYE también y en el oscuro fondo
Del pasado sepúltate, memoria
De un instante feliz,
Huye á perderte para siempre: puedo
En mi camino aún con firme brazo
Al hado resistir.

Lampo faláz de un sol desconocido,
Meteoro en la noche de mis penas
En que tanto sufrí,
¡Ah, con razón pasaste como el rayo,
Pues era la ventura que anunciabas
Muy grande para mí.



Rosalía de Castro

Tú para mí, yo para ti, bien mío

-- de Rosalía de Castro --

I

Tú para mí, yo para ti, bien mío
— Murmurabais los dos —;
«Es el amor la esencia de la vida,
No hay vida sin amor.»

¡Qué tiempo aquel de alegres armonías!..
¡Qué albos rayos de sol!...
¡Qué tibias noches de susurros llenas,
Qué horas de bendición!

¡Qué aroma, qué perfumes, qué belleza
En cuanto Dios crió,
Y cómo entre sonrisas murmurabais:
«No hay vida sin amor.»

II

Después, cual lampo fugitivo y leve,
Como soplo veloz,
Pasó el amor..., La ciencia de la vida...
Mas... Aun vivís los dos.



Julio Herrera Reissig

El teatro de los humildes

-- de Julio Herrera Reissig --

Es una ingenua página de la Biblia el paisaje...
La tarde en la montaña, moribunda se inclina,
y el sol un postrer lampo, como una aguja fina,
pasa por los quiméricos miradores de encaje.

Un vaho de infinita guturación salvaje,
de abstracta disonancia, remota a la sordina...
La noche dulcemente sonríe ante el villaje
como una buena muerte a una conciencia albina.

Sobre la gran campaña verde, azul y aceituna,
se cuajan los apriscos en vagas nebulosas;
cien estrellas lozanas han abierto una a una;

Rasca un grillo el silencio perfumado de rosas...
El molino en el fondo, abrazando a la luna,
inspira de romántico viejo tiempo las cosas.



Julio Herrera Reissig

Génesis (Herrera y Reissig)

-- de Julio Herrera Reissig --

Los astros tienen las mejillas tiernas...
La Luna trunca es una paradoja
espectro humana. Proserpina arroja
su sangre al mar. Las horas son eternas.

Júpiter en la orgía desenoja
su ceño absurdo; y junto a las cisternas,
las Ménades, al sol que las sonroja,
arman la columnata de sus piernas.

Juno duerme cien noches. ..Vorazmente,
Hércules niño, con precoz desvelo,
en un lúbrico rapto de serpiente,

le muerde el seno. Brama el Helesponto...
Surge un lampo de leche. Y en el cielo
la Vía Láctea escintiló de pronto.



José Eustasio Rivera

con pausados vaivenes

-- de José Eustasio Rivera --

Con pausados vaivenes refrescando el estío,
la palmera engalana la silente llanura;
y en su lánguido ensueño, solitaria murmura
ante el sol moribundo sus congojas al río.

Encendida en el lampo que arrebola el vacío,
presintiendo las sombras, desfallece en la altura;
y sus flecos suspiran un rumor de ternura
cuando vienen las garzas por el cielo sombrío.

Naufragada en la niebla, sobre el turbio paisaje
la estremecen los besos de la brisa errabunda;
y al morir en sus frondas el lejano celaje,

se abandona al silencio de las noches más bellas,
y en el diáfano azogue de la linfa profunda
resplandece cargada de racimos de estrellas.



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