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-- de Julián del Casal --
Rosada claridad de luz febea
baña el cielo de arcadia. Entre gigantes
rocas negras de picos fulgurantes,
el dormido estinfalo centellea.
Desde abrupto peñasco que azulea,
hércules, con miradas fulminantes,
el níveo casco de álamos humeantes
y la piel del león de la nemea,
apoya el arco en el robusto pecho,
y las candentes flechas desprendidas
rápidas vuelan a las verdes frondas,
hasta que mira en su viril despecho
caer las estinfálides heridas,
goteando sangre en las plateadas ondas.
Poema "hércules y las estinfálides" de Julián del Casal
-- de Pedro Bonifacio Palacios --
Tu eres joven, como un lirio de los valles,
que recién abre su cáliz,
¡que recién!
los cendales candorosos de sus pétalos de seda
suelta al viento de la aurora...
¡Yo soy el trágico laurel!.
Yo soy viejo, carcomido, lamentable,
como un roble centenario,
¡que cayó!
que cayó para in eternum, para nunca más alzarse
por los siglos de los siglos,
¡bajo el látigo de Dios!.
Son tus carnes, azucenas y jazmines
sonrojados a los besos
!de la luz!;
de la luz de cien incendios pavorosos,
de cien soles fulgurantes...
¡Más tu carne, no eres tú!.
Tu eres sombra, sombra enorme, sombra misma,
sombra llena de ansias
¡de gozar!.
Tus deseos se retuercen como sierpes iracundas,
insaciadas, insaciables...
¡Pubertades de satán!.
Poema "Vade Retro" de Pedro Bonifacio Palacios
-- de Julio Herrera Reissig --
Con la pompa de brahmánicas unciones,
abrióse el lecho de sus primaveras,
ante un lúbrico rito de panteras,
y una erección de símbolos varones...
Al trágico fulgor de los hachones,
ondeó la danza de las bayaderas
por entre una apoteosis de banderas
y de un siniestro trueno de leones.
Ardió al epitalamio de tu paso,
un himno de trompetas fulgurantes...
Sobre mi corazón, los hierofantes
ungieron tu sandalia, urna de raso,
a tiempo que cien blancos elefantes,
enroscaron su trompa hacia el ocaso.
Poema "Epitalamio ancestral" de Julio Herrera Reissig