Buscar Poemas con Fracaso


  ·En el buscador de poemas puedes encontrar entre más de doce mil poemas todos aquellos que contienen las palabras de búsqueda. Los poemas forman parte de la antología poética de los 344 poetas más importantes en lengua Española de todos los tiempo. Puedes elegir entre dos tipos de búsqueda:
  ·Buscar entre todos los poemas los que contienen las palabras de la búsqueda.
  ·Buscar sólo los poemas cortos -aquellos que tienen 8 versos o menos- que coinciden con el criterio de búsqueda.

Se han encontrado 13 poemas con la palabra fracaso

Si lo prefieres puedes ver sólo los poemas cortos, aquellos que tienen ocho versos o menos aquí

Roberto Juarroz

conglomerado de consumos tristes

-- de Roberto Juarroz --

Conglomerado de consumos tristes,
suma y montón de trampas
recolección anónima
de los plurales de la muerte.
Y enfrente, la pasión,
vidamás de la vida,
chispa en el relámpago,
deshielo de la belleza,
escarapela sobre el corazón del caos,
látigo de muchas puntas.
Y enfrente,
el contemplador de ambos fracasos.
Y también del fracaso
de contemplar el fracaso.
Y es allí,
en ese punto de madurez negativa,
donde salta el resorte:
la fe en nada,
la fe de fe,
la fe que no tiene enfrente,
la fe que no es posible contemplar.

Poema conglomerado de consumos tristes de Roberto Juarroz con fondo de libro

Jorge Guillén

fuera del mundo

-- de Jorge Guillén --

Fuera del mundo
6
cuanto nosotros somos y tenemos
forma un curso que va a su desenlace:
la pérdida total.
No es un fracaso.
Es el término justo de una historia,
historia sabiamente organizada.
Si naces, morirás. ¿De qué te quejas?
sean los dioses, ellos, inmortales.
Natural que, por fin, decline y me consuma.
Haya muerte serena entre los míos.
Algún día ¿tal vez penosamente?
me moriré, tranquilo, sosegado.
No me despertaré por la mañana
ni por la tarde. ¿Nunca?
¿monstruo sin cuerpo yo?
se cumpla el orden.
No te entristezca el muerto solitario.
En esa soledad no está, no existe.
Nadie en los cementerios.
¡Qué solas se quedan las tumbas!

Poema fuera del mundo de Jorge Guillén con fondo de libro

Emilio Bobadilla

El emperador: 1

-- de Emilio Bobadilla --

Como un histrión, en multiformes trajes,
imitando a Nerón, se pavonea,
y en sus continuos y pomposos viajes
de su poder omnímodo alardea.

Sobre Europa, de pronto, la borrasca
desata de sus iras imperiales
y pueblos heteróclitos enfrasca
en contiendas terrestres y navales.

De victoria en victoria, va al fracaso,
—paradoja que puede traducirse:
es ley que el sol camine hacia el ocaso—;

huye perdida, al cabo, la entereza,
y a la patada que le dan al irse,
¡en vez de sangre vomitó... Cerveza!

Poema El emperador: 1 de Emilio Bobadilla con fondo de libro

Emilio Bobadilla

Invasión teutónica

-- de Emilio Bobadilla --

Las hordas invasoras avanzan: en eriales
conviértense los prados, los bosques de castaños,
de tilos, festoneados de yedras y rosales,
los valles y los sotos —guaridas de rebaños—.

Las hordas invasoras avanzan: fugitivas
abandonan los pueblos en ruinas las mujeres,
y van por los atajos en tristes comitivas,
llorando sus hogares en llamas, sus enseres!

Las hordas invasoras avanzan: el fracaso
horrísono de casas que tumban los cañones,
cual música diabólica solemniza su paso;

del templo sólo quedan en pie los paredones
y el rosetón que mira, cual ojo ensangrentado,
el campo sin verdura, sin hombres ni ganado...!



Oliverio Girondo

milonga

-- de Oliverio Girondo --

Sobre las mesas, botellas decapitadas de champagne con corbatasblancas de payaso, baldes de níquel que trasuntan enflaquecidosbrazos y espaldas de cocottes.
El bandoneón canta con esperezos de gusano baboso, contradice elpelo rojo de la alfombra, imanta los pezones, los pubis y la punta delos zapatos.
Machos que se quiebran en un corte ritual, la cabeza hundida entre loshombros, la jeta hinchada de palabras soeces.
Hembras con las ancas nerviosas, un poquitito de espuma en las axilas,y los ojos demasiado aceitados.
De pronto se oye un fracaso de cristales. Las mesas dan un corcovo ypegan cuatro patadas en el aire. Un enorme espejo se derrumba con lascolumnas y la gente que tenía dentro; mientras entre un oleajede brazos y de espaldas estallan las trompadas, como una rueda decohetes de bengala.
Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta.



Pedro Salinas

el poema

-- de Pedro Salinas --

Y ahora, aquí está frente a mí.
Tantas luchas que ha costado,
tantos afanes en vela,
tantos bordes de fracaso
junto a este esplendor sereno
ya son nada, se olvidaron.
Él queda, y en él, el mundo,
la rosa, la piedra, el pájaro,
aquéllos , los del principio,
de este final asombrados.
¡Tan claros que se veían,
y aún se podía aclararlos!
están mejor; una luz
que el sol no sabe, unos rayos
los iluminan, sin noche,
para siempre revelados.
Las claridades de ahora
lucen más que las de mayo.
Si allí estaban, ahora aquí;
a más transparencia alzados.
¡Qué naturales parecen,
qué sencillo el gran milagro!
en esta luz del poema,
todo,
desde el más nocturno beso
al cenital esplendor,
todo está mucho más claro.



José Ángel Buesa

poema del fracaso

-- de José Ángel Buesa --

Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, soñó un sueñosonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.
Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para él solo... Pero no pudo ser.
Y hoy llegas tú a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.
Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
quisiera retenerte para toda la vida...
¡Pero no puede ser! ¡pero no puede ser!



Santiago Montobbio

manifiesto inicial del humanista

-- de Santiago Montobbio --

Manifiesto inicial del humanista
la causa de las palabras, que para nada sirven,
o para vivir tan sólo, es una causa pequeña.
Pero si cada día sabes con mayor certeza
que no sólo repudias las coronas
sino que cada vez te dan más asco;
si en verdad no quieres hacer de tu ya arruinada inteligencia
una prostituta mercenaria que venda sus pechos o su alma
a cualquier hijastro del dinero o si, sencillamente,
poco necesitas y tan sólo te importa soportar
con dignidad la vida y sus tristezas
mejor será que asumas desde ahora
la inevitable condena de la soledad y del fracaso
y que como luminoso o ciego abandono de estrellas
a esa pequeña, muy ridícula causa ya te abraces,
que del todo lo hagas y que en tu habitación vacía
las palabras del fuego sean ceniza, que se asalten
y persigan, que tengan frío, en su noche
a solas, por decir tu nombre.



Angel González

nada es lo mismo

-- de Angel González --

La lágrima fue dicha.
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
no es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.



Miguel Unamuno

El fracaso de la vida

-- de Miguel Unamuno --

Cuando el alma recuerda la esperanza
de que nutrió su juventud comprende
que la vida es engaño y luego emprende
soñar que fué lo que no fuera; avanza

así con sus ensueños mas no alcanza
lo que esperó; soñando se defiende
y llega al fin Aquella que nos prende
con el lazo de la última membranza.



José Joaquín de Olmedo

Parodia épica

-- de José Joaquín de Olmedo --

¿Ves cuál se precipita en ígneo sulco,
de la ominosa nube desprendido
, el rayo asolador, de ronco trueno
y luz deslumbradora precedido;
y de las enriscadas, desiguales
sierras derroca las enormes masas
de portentosa, horrible pesadumbre,
que desraigando los añosos robles,
fuertes encinas y sublimes pinos,
en derredor los valles asordando,
con fracaso espantable por las faldas
ásperas y fragosas saltan, ruedan
y allá en el hondo abismo se despeñan;
y a un tiempo los soberbios capiteles,
que entre nubes de lejos se divisan,
y valles y collados señorean,
que el tiempo respetó, con mil estragos
se desploman y en polvo se deshacen:
templos, casas, alcázares, palacios,
do en asiática pompa el lujo ríe,
la altiva frente rinden, y deshechas
el suelo besan que antes desdeñaban,
y sus vastas ruinas portentosas
grandes, pequeños, ricos, pobres, buenos,
malos, fuertes y débiles sepultan;
grito de muerte a las esferas sube,
un silencio de muerte le sucede?...
En tanto... En tanto... ¡Oh descripción amiga,
ya el aliento me falta; otro te siga!



Ramón López Velarde

Me estás vedada tú

-- de Ramón López Velarde --

¿Imaginas acaso la amargura
que hay en no convivir
los episodios de tu vida pura?

Me está vedado conseguir que el viento
y la llovizna sean comedidos
con tu pelo castaño.
Me está vedado oír en los latidos
de tu paciente corazón (sagrario
de dolor y clemencia)
la fórmula escondida
de mi propia existencia.

Me está vedado, cuando te fatigas
y se fatiga hasta tu mismo traje,
tomarte en brazos, como quien levanta
a su propia ilusión incorruptible
hecha fantasma que renuncia al viaje.

Despertarás una mañana gris
y verás, en la luna de tu armario,
desdibujarse un puño
esquelético, y ante el funerario
aviso, gritarás las cinco letras
de mi nombre, con voz pávida y floja
¡y yo me hallaré ausente
de tu final congoja.!

¿Imaginas acaso
mi amargura impotente?
me estás vedada tú... Soy un fracaso
de confesor y médico que siente
perder a la mejor de sus enfermas
y a su más efusiva penitente.



Roberto Juarroz

cómo amar lo imperfecto

-- de Roberto Juarroz --

¿cómo amar lo imperfecto,
si escuchamos a través de las cosas
cómo nos llama lo perfecto?
¿cómo alcanzar a seguir
en la caída o el fracaso de las cosas
la huella de lo que no cae ni fracasa?
quizá debamos aprender que lo imperfecto
es otra forma de la perfección:
la forma que la perfección asume
para poder ser amada.



© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba