Buscar Poemas con Fiesta


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Se han encontrado 65 poemas con la palabra fiesta

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Antonio Machado

Sueño infantil

-- de Antonio Machado --

Una clara noche
de fiesta y de luna,
noche de mis sueños,
noche de alegría
—era luz mi alma
que hoy es bruma toda,
no eran mis cabellos
negros todavía—,
el hada más joven
me llevó en sus brazos
a la alegre fiesta
que en la plaza ardía.
So el chisporroteo
de las luminarias,
amor sus madejas
de danzas tejía.
Y en aquella noche
de fiesta y de luna,
noche de mis sueños,
noche de alegría,
el hada más joven
besaba mi frente...
Con su linda mano
su adiós me decía...
Todos los rosales
daban sus aromas,
todos los amores
amor entreabría.

Poema Sueño infantil de Antonio Machado con fondo de libro

Ramón López Velarde

muerta

-- de Ramón López Velarde --

Muerta
por débil y pequeña,
oh flor de paraíso,
cabías en el vértice
del corazón en fiesta que te quiso.
Salíamos al campo
y tu cuerpo minúsculo
se destacaba airoso
en la grana y el oro del crepúsculo.
¡Oh noches enlunadas
oh provinciana orquesta,
oh, tu alma piadosa!
¡oh mi incansable corazón en fiesta!
y una noche moriste
con la paz de un lamento
que se va con la brisa
al brocado ideal del firmamento.
Se derramó tu espíritu
cual vaso de ambrosía,
y en tu mano difunta
puso mi amor una azucena pía.
Sorda estás para siempre,
el recuerdo me abrasa
y al tocar en la puerta
turba el ruido el silencio de la casa.
¡Oh ilusión fallecida
en abril! ¡oh alma presta
a todos los ensueños
del incansable corazón en fiesta!

Poema muerta de Ramón López Velarde con fondo de libro

Ramón López Velarde

Huerta

-- de Ramón López Velarde --

Por débil y pequeña,
oh flor de paraíso,
cabías en el vértice
del corazón en fiesta que te quiso.

Salíamos al campo
y tu cuerpo minúsculo
se destacaba airoso
en la grana y el oro del crepúsculo.

¡Oh noches enlunadas
oh provinciana orquesta,
oh tu alma piadosa!
¡Oh mi incansable corazón en fiesta!

Y una noche moriste
con la paz de un lamento
que se va con la brisa
al brocado ideal del firmamento.

Se derramó tu espíritu
cual vaso de ambrosía,
y en tu mano difunta
puso mi amor una azucena pía.

Sorda estás para siempre,
el recuerdo me abrasa
y al tocar en la puerta
turba el ruido el silencio de la casa.

¡Oh ilusión fallecida
en abril! ¡Oh alma presta
a todos los ensueños
del incansable corazón en fiesta!

Poema Huerta de Ramón López Velarde con fondo de libro

Medardo Ángel Silva

Soneto de otoño

-- de Medardo Ángel Silva --

¡De nuevo son las rosas de Octubre, Otoño mío...!
Han escondido el sol en una cueva obscura...
Y los pálidos dedos del inmortal Hastío
estrujan –rosa seca– mi pasada ventura.

¡Lacerante recuerdo de la extinta dulzura
que torna vanamente al corazón vacío...!
Perdimos el sendero y la noche perdura
–¡la noche!– y aún no brilla tu luminar, ¡Dios mío!

Los años son guirnalda florecida
–pensamos– una fiesta es nuestra vida...
E hicimos una fiesta de toda ella...

Pero sonó el Destino inexorable su hora
y el brusco despertar nos anunció la aurora
verdadera, la aurora sin flor y sin estrella.



Nicolás Guillén

josé ramón cantaliso

-- de Nicolás Guillén --

José ramón cantaliso,
¡canta liso!, canta liso,
josé ramón.
Duro espinazo insumiso:
por eso es que canta liso
josé ramón cantaliso,
josé ramón.
En bares, bachas, bachatas,
a los turistas a gatas,
y a los nativos también,
a todos, el son preciso
josé ramón cantaliso
les canta liso, muy liso,
para que lo entiendan bien.
Voz de cancerosa entraña.
Humo de solar y caña,
que es nube prieta después:
son de guitarra madura,
cuya cuerda ronca y dura
no se enreda en la cintura,
ni prende fuego en los pies.
El sabe que no hay trabajo,
que el pobre se pudre abajo.
Y que tras tanto luchar,
el que no perdió el resuello,
o tiene en la frente un sello,
o está con el agua al cuello
sin poderlo remediar.
Por eso de fiesta en fiesta
con su guitarra protesta,
que es su corazón también,
y a todos el son preciso,
josé ramón cantaliso
les canta liso, muy liso,
para que lo entiendan bien.



Juan Gelman

ruiseñores de nuevo

-- de Juan Gelman --

«en el gran cielo de la poesía,
mejor dicho
en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos
astros
dioses
mortales
está cantando el ruiseñor de keats
siempre
pasa rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amorviva de san juan
a la teresa se le dobla el dolor y su caballo triza el polvo enamoradofrancisco de quevedo y villegas
el dulce garcilaso arde en los infiernos de john donne
de césar vallejo caen caminos para que los pies de lapoesía caminen
pies que pisan callados como un burrito andino
baudelaire baja un albatros de su reino celeste
con el frac del albatros mallarméva a la fiesta de la nadaposible
suena el violín de verlaine en la fiesta de la nada posible
recuerda que la sangre es posible en medio de la nada
que girondo liublimará perrinunca lamora
y girarán los barquitos de tuñón contra el metalde espanto que abusó a apollinaire
oh lou que desamaste la eternidad de viaje
el palacio del exceso donde entró la sabiduría de blake
el paco urondo que forraba en lamé la felicidad para evitarlefríos de la época
mientras roque dalton trepaba por el palo mayor de su alma y gritaba».



José Alonso y Trelles

Al dolor Alfredo E. Castellanos

-- de José Alonso y Trelles --

Con motivo de una fiesta celebrada en su
estancia en honor de su nietita
Marta Etchepare

Jué al ñudo, Dotor, su envite;
Conformesé con mi ausencia,
La gambeta no me almite.
Pa mi gusto hubo palpite
En esa risolución;
Dios que es de güen corazón,
Le tocó al Juez en el mate
Pa que entre tanto manate
No hiciese yo un papelón.

Eso, ¡como si lo viera!
Bien sabe él que uno de botas
No está bien entre mascotas
Ni en una fiesta campera.
Yo que soy muy de p'ajuera,
Cuando oigo hablar a un dotor
Quedo como un temblor,
Lo mesmo que potro crudo
Si, preparándole el ñudo
Le corren el maniador.-



José Martí

baile

-- de José Martí --

yo miro con un triste
placer, como en la fiesta
del noble jerez pálido
la copa llena guían
las blancas manos trémulas
al seco labio rojo:
y yo muevo mi mano tristemente
al corazón vacío, y a la frente.
Yo veo como un sueño
de gasa blanca y oro,
en que la llama se abre
camino en tanto alado
traje que ha de ser luego
ceniza, húmeda en lágrimas,
cruzar la alegre corte de oro y gasa,
y en llanto amargo el rostro se me abrasa.
¡Alma! cuando de vuelta
dentro del cuerpo laxo,
del frac innoble libres
o la prisión dichosa
de níveo tul,- la férvida
fiesta recuerdes,- ¡mira
que debes embridar el cuerpo loco,
o que te absorbe con su sed a poco!
14 de marzo



Lope de Vega

La clara luz, en las estrellas puesta

-- de Lope de Vega --

La clara luz en las estrellas puesta
del fogoso León por alta parte
bañaba el sol, cuando Acidalia y Marte
en Chipre estaban una ardiente siesta.

La diosa por hacerle gusto y fiesta
la túnica y el velo deja aparte,
sus armas toma y de la selva parte,
del yelmo y plumas y el arnés compuesta.

Pasó por Grecia, y Palas viola en Tebas
y díjole: «Esta vez tendrá mi espada
mejores filos en tu blanco acero».

Venus le respondió: «Cuando te atrevas
verás cuanto mejor te vence armada
la que desnuda te venció primero».



Lope de Vega

Por celebrar, Domingo soberano

-- de Lope de Vega --

Por celebrar, Domingo soberano
vuestra fiesta mejor, Pedro divino,
a cantar a Milán el ''Credo'' vino,
llevándole el compás de Dios la mano.
Echó en efecto en vuestro canto llano
tan alto contrapunto en el camino,
que los coros celestes que previno,
fueron los ecos del acento humano.
Entróse por la Iglesia la herejía,
por suspender con pertinaz denuedo
del músico divino la armonía,
y cisne santo con el mismo dedo
mostró que el Evangelio dicho había,
pues que cantaba con su sangre el ''Credo''.



Lope de Vega

Trece son los tudescos que el hosquillo

-- de Lope de Vega --

Trece son los tudescos que el hosquillo
hirió en la fiesta, aunque en conciencia jura
que no lo hizo adrede, y me asegura
que él iba a sus negocios al Sotillo.

Mas, descortés, el socarrón torillo,
sin hacer al balcón de oro mesura,
desbarató la firme arquitectura
del muro colorado y amarillo.

Y como el polvo entre las nubes pardas
no le dejaba ejecutar sus tretas,
por tantas partes se metió en las guardas,
que muchos que mostraron las secretas
en vez de las rompidas alabardas
llevaban en las manos las bra etc.



Jaime Sabines

boca del llanto

-- de Jaime Sabines --

Boca del llanto, me llaman
tus pupilas negras,
me reclaman, tus labios
sin ti me besan.
¡Cómo has podido tener
la misma mirada negra
con esos ojos
que ahora llevas!

sonreíste. ¡Qué silencio,
qué falta de fiesta!
¡cómo me puse a buscarte
en tu sonrisa, cabeza
de tierra,
labios de tristeza!

no lloras, no llorarías
aunque quisieras;
tienes el rostro apagado
de las ciegas.

Puedes reír. Yo te dejo
reír, aunque no puedas.



Jaime Torres Bodet

lied

-- de Jaime Torres Bodet --

La mañana está de fiesta
porque me has besado tú
y al contacto de tu boca
todo el cielo se hace azul.
El arroyo está cantando
porque me has mirado tú
y en el sol de tu mirada
toda el agua se hace azul.
El pinar está de luto
porque me has dejado tú
y la noche está llorando,
noche pálida y azul,
noche azul de fin de otoño
y de adiós de juventud,
noche en que murió la luna,
noche en que te fuiste tú...



César Vallejo

Nochebuena (Vallejo)

-- de César Vallejo --

Al callar la orquesta, pasean veladas
sombras femeninas bajo los ramajes,
por cuya hojarasca se filtran heladas
quimeras de luna, pálidos celajes.

Hay labios que lloran arias olvidadas,
grandes lirios fingen los ebúrneos trajes.
Charlas y sonrisas en locas bandadas
perfuman de seda los rudos boscajes.

Espero que ría la luz de tu vuelta;
y en la epifanía de tu forma esbelta,
cantará la fiesta en oro mayor.

Balarán mis versos en tu predio entonces,
canturreando en todos sus místicos bronces
que ha nacido el Niño-Jesús de tu amor.



César Vallejo

nochebuena

-- de César Vallejo --

Nochebuena
al callar la orquesta, pasean veladas
sombras femeninas bajo los ramajes,
por cuya hojarasca se filtran heladas
quimeras de luna, pálidos celajes.
Hay labios que lloran arias olvidadas,
grandes lirios fingen los ebúrneos trajes.
Charlas y sonrisas en locas bandadas
perfuman de seda los rudos boscajes.
Espero que ría la luz de tu vuelta;
y en la epifanía de tu forma esbelta,
cantará la fiesta en oro mayor.
Balarán mis versos en tu predio entonces,
canturreando en todos sus místicos bronces
que ha nacido el niño-jesús de tu amor.



César Vallejo

nervazón de angustia

-- de César Vallejo --

Nervazón de angustia
dulce hebrea, desclava mi tránsito de arcilla;
desclava mi tensión nerviosa y mi dolor...
Desclava, amada eterna, mi largo afán y los
dos clavos de mis alas y el clavo de mi amor!
regreso del desierto donde he caído mucho;
retira la cicuta y obséquiame tus vinos!:
espanta con un llanto de amor a mis sicarios,
cuyos gestos son férreas fieras de longinos!
desclávame mis clavos, oh nueva madre ,mía,
sinfonía de olivos, escancia tu llorar!
y has de esperar, sentada junto a mi carne muerta,
cuál cede la amenaza, y la alondra se va!
pasas..., Vuelves... Tus lutos trenzan mi gran cilicio
con gotas de curare, filos de humanidad,
la dignidad roquera que hay en tu castidad,
y el judithesco azogue de tu miel interior.
Son las ocho de la mañana de un crema brujo...
Hay frío... Un perro pasa royendo el hueso de otro
perro que fue... Y empieza a llorar en mis nervios
un fósforo que en cápsulas de silencio apaguél
y en mi alma hereje canta su dulce fiesta asiática
un dionisiaco hastío de café...!



César Vallejo

Nervazon de angustia

-- de César Vallejo --

Dulce hebrea, desclava mi tránsito de arcilla;
desclava mi tensión nerviosa y mi dolor....
Desclava, amada eterna, mi largo afán y los
dos clavos de mis alas y el clavo de mi amor!

Regreso del desierto donde he caído mucho;
retira la cicuta y obséquiame tus vinos:
espanta con un llanto de amor a mis sicarios,
cuyos gestos son férreas cegueras de Longinos!

Desclávame mis clavos ¡oh nueva madre mía!
¡Sinfonía de olivios, escancia tu llorar!
Y has de esperar, sentada junto a mi carne muerta,
cuál cede la amenaza, y la alondra se va!

Pasas... Vuelves... Tus lutos trenzan mi gran cilicio
con gotas de curare, filos de humanidad,
la dignidad roquera que hay en tu castidad,
y el judithesco azogue de tu miel interior.

Son las ocho de una mañana en crema brujo....
Hay frío....Un perro pasa royendo el hueso de otro
perro que fue....Y empieza a llorar en mis nervios
un fósforo que en cápsulas de silencio apagué!

Y en mi alma hereje canta su dulce fiesta asiática
un dionisiaco hastío de café....!



César Vallejo

Nochebuena (César Vallejo)

-- de César Vallejo --

Al callar la orquesta, pasean veladas
sombras femeninas bajo los ramajes,
por cuya hojarasca se filtran heladas
quimeras de luna, pálidos celajes.

Hay labios que lloran arias olvidadas,
grandes lirios fingen los ebúrneos trajes.
Charlas y sonrisas en locas bandadas
perfuman de seda los rudos boscajes.

Espero que ría la luz de tu vuelta;
y en la epifanía de tu forma esbelta,
cantará la fiesta en oro mayor.

Balarán mis versos en tu predio entonces,
canturreando en todos sus místicos bronces
que ha nacido el Niño-Jesús de tu amor.



Julián del Casal

día de fiesta

-- de Julián del Casal --

Un cielo gris. Morados estandartes
con escudo de oro; vibraciones
de altas campanas; báquicas canciones;
palmas verdes ondeando en todas partes;
banderas tremolando en los baluartes;
figuras femeninas en balcones;
estampido cercano de cañones;
gentes que lucran por diversas artes.
Mas, ¡ay!, mientras la turba se divierte
y se agita en ruidoso movimiento
como un mar de embravecidas olas,
circula por mi ser frío de muerte
y en lo interior del alma sólo siento
ansia infinita de llorar a solas.



Oliverio Girondo

me estrechaba entre sus brazos chatos y se adhería a mi cuerpo

-- de Oliverio Girondo --

Me estrechaba entre sus brazos chatos y se adhería a mi cuerpo,con una violenta viscosidad de molusco. Una secreción pegajosame iba envolviendo, poco a poco, hasta lograr inmovilizarme. De cadauno de sus poros surgía una especie de uña que meperforaba la epidermis. Sus senos comenzaban a hervir. Unaexudación fosforescente le iluminaba el cuello, las caderas;hasta que su sexo lleno de espinas y de tentáculos seincrustaba en mi sexo, precipitándome en una serie de espasmosexasperantes.
Era inútil que le escupiese en los párpados, en lasconcavidades de la nariz. Era inútil que le gritara mi odio y midesprecio. Hasta que la última gota de esperma no se medesprendía de la nuca, para perforarme el espinazo como una gotade lacre derretido, sus encías continuaban sorbiendo midesesperación; y antes de abandonarme me dejaba sus millones deuñas hundidas en la carne y no tenía otro remedio quepasarme la noche arrancándomelas con unas pinzas, para poderecharme una gota de yodo en cada una de las heridas...
¡Bonita fiesta la de ser un durmiente que usufructúa de lapredilección de los súcubos!



Oliverio Girondo

fiesta en dakar

-- de Oliverio Girondo --

La calle pasa con olor a desierto, entre un friso de negros sentadossobre el cordón de la vereda.
Frente al palacio de la gobernación:
¡calor! ¡calor!
europeos que usan una escupidera en la cabeza.
Negros estilizados con ademanes de sultán.
El candombe les bate las ubres a las mujeres para que al pasar, elministro les ordeñe una taza de chocolate.
¡Plantas callicidas! negras vestidas de papagayo, con suscrías en uno de los pliegues de la falda. Palmeras, que de nochese estiran para sacarle a las estrellas el polvo que se les ha entradoen la pupila.
¡Habrá cohetes! ¡cañonazos! un nuevo impuestoa los nativos. Discursos en cuatro mil lenguas oscuras.
Y de noche:
¡iluminación!
a cargo de las
constelaciones.



Pablo Neruda

tengo miedo

-- de Pablo Neruda --

Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.
Tengo miedo. Y me siento tan cansado y pequeño
que reflejo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha .De caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella).
Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!
se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del sol o el crepúsculo verde.
Agoniza saturno como una pena mía,
la tierra es una fruta negra que el cielo muerde.
Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.
Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.



Pablo Neruda

poema 10 veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)

-- de Pablo Neruda --

Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.
A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.
Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.
Entonces, dónde estabas?
entre qué gentes?
diciendo qué palabras?
por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?
cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.
Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.



José María Eguren

lied v

-- de José María Eguren --

La canción del adormido cielo
dejó dulces pesares;
yo quisiera dar vida a esa canción
que tiene tanto de ti.

Ha caído la tarde sobre el musgo
del cerco inglés,
con aire de otro tiempo musical.

El murmurio de la última fiesta
ha dejado colores tristes y suaves
cual de primaveras oscuras
y listones perlinos.

Y las dolidas notas
han traído la melancolía
de las sombras galantes
al dar sus adioses sobre la playa.

La celestía de tus ojos dulces
tiene un pesar de canto,
que el alma nunca olvidará.

El ángel de los sueños te ha besado
para dejarte amor sentido y musical
y cuyos sones de tristeza
llegan al alma mía,
como celestes miradas
en esta niebla de profunda soledad.

¡Es la canción simbólica
como un jazmín de sueño,
que tuviera tus ojos y tu corazón!
¡yo quisiera dar vida a esta canción!



Félix María Samaniego

La mercadera y el tuno

-- de Félix María Samaniego --

En un día muy festivo

estaba una mercadera

sentada en silla poltrona

a la puerta de su tienda.

Su postura era chocante

porque tenía ambas piernas

demasiado separadas,

y así con razón se lleva

la atención de los que pasan.

Entre todos uno llega

que le dice: -Señorita,

cierre usté luego la puerta,

que hoy no se puede vender

porque es de precepto fiesta.

Conociendo la tal dama

dónde el dicho se endereza,

porque era bien advertida,

respondió: -Señor Babieca,

usted no sea ignorante,

y para adelante sepa

que estos postigos se abren

tan sólo para las fiestas.

Y el tunante la replica:

-Si eso es lo que usted desea,

avise y se las haré

de la suerte que las quiera.



Gabriela Mistral

la pajita

-- de Gabriela Mistral --

Ésta que era una niña de cera;
pero no era una niña de cera,
era una gavilla parada en la era.
Pero no era una gavilla
sino la flor tiesa de la maravilla.
Tampoco era la flor sino que era
un rayito de sol pegado a la vidriera.
No era un rayito de sol siquiera:
una pajita dentro de mis ojitos era.
¡Alléguense a mirar cómo he perdido entera,
en este lagrimón, mi fiesta verdadera!



Gabriela Mistral

corderito

-- de Gabriela Mistral --

Corderito mío,
suavidad callada:
mi pecho es tu gruta
de musgo afelpada.
Carnecita blanca,
tajada de luna:
lo he olvidado todo
por hacerme cuna.
Me olvidé del mundo
y de mí no siento
más que el pecho vivo
con que te sustento.
Y sé de mí sólo
que en mí te recuestas.
Tu fiesta, hijo mío,
apagó las fiestas.



Idea Vilariño

pasar

-- de Idea Vilariño --

Quiero y no quiero
busco
un aire negro un cieno
relampagueante
un alto
una hora absoluta
mía ya para siempre.

Quiero y no quiero
espero
y no
y desespero
y por veces aparto
con todo olvido todo abandono toda
felicidad
ese día completo
esa huida ese más
ese desdén entero
esa destituida instancia
ese vacío
más allá del amor
de su precario don
de su no
de su olvido
esa puerta sin par
el solo paraíso.

Quiero y no quiero
quiero
quiero sí y cómo quiero
dejarlo estar así
olvidar para siempre
darme vuelta
pasar
no sonreír
salirme
en una fiesta grave
en una dura luz
en un aire cerrado
en un hondo compás
en una invulnerable
terminada figura.



Santiago Montobbio

¿fábula y signo

-- de Santiago Montobbio --

¿fábula y signo?
como jamás habíamos pensado que dios podía ser tanpequeño
como para dudar de su propia existencia
nos sorprendió encontrarlo con los dientes desnudos
en las orillas del frío.
Dichosos por saber que lo teníamos dentro,
lo tendimos al sol, como si fuera una fiesta.



Mis cuatro madrinas

-- de Vicenta Castro Cambón --

LA única hermana de mi padre, un día
que fué de contento para la familia,
su nombre me impuso, jurando en la pila
que yo del rebaño de Cristo sería.

Con vestidos blancos de encajes y cintas
me adornó el cariño de aquella madrina.

Más tarde, juguetes y mil cosas lindas
gracias a los mimos tuve de Rosita,
la que a confirmarme en la fe divina
me llevó una fiesta de la Pura y Limpia.

Hoy, con sólo verme, la gente adivina
que pródiga en dones que el tiempo no quita
tengo en la Desgracia celosa madrina.
Por esta constante compañera mía
mi planta conoce todas las espinas.

Y por todas partes, con Desgracia en riña,
a mi encuentro viene mi cuarta madrina.
Bondad es su nombre; mil almas amigas
me alcanzan los dones con que ella me mima.

De Bondad los dones son rosas suavísimas
que a tus pies deshojo, madre Poesía.



Antonio Machado

A un viejo y distinguido señor

-- de Antonio Machado --

Te he visto, por el parque ceniciento
que los poetas aman
para llorar, como una noble sombra
vagar, envuelto en tu levita larga.
El talante cortés, ha tantos años
compuesto de una fiesta en la antesala,
¡qué bien tus pobres huesos
ceremoniosos guardan!
Yo te he visto, aspirando distraído,
con el aliento que la tierra exhala
-hoy, tibia tarde en que las mustias hojas
húmedo viento arranca-
del eucalipto verde
el frescor de las hojas perfumadas.
Y te he visto llevar la seca mano
a la perla que brilla en tu corbata.



Antonio Machado

Arte poética

-- de Antonio Machado --

Y en toda el alma hay una sola fiesta
tú lo sabrás, Amor sombra florida,
sueño de aroma, y luego... Nada; andrajos,
rencor, filosofía.
Roto en tu espejo tu mejor idilio,
Y vuelto ya de espaldas a la vida,
Ha de ser tu oración de la mañana:
¡Oh, para ser ahorcado, hermoso día!



Antonio Machado

Es una tarde cenicienta y mustia

-- de Antonio Machado --

Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y, recordando, digo:
-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.
*
Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tú eres la nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.
Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito y asombra
su corazón de música y de pena,
así voy yo, borracho melancólico
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.



Antonio Machado

He andado muchos caminos

-- de Antonio Machado --

He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.



Antonio Machado

La tarde todavía

-- de Antonio Machado --

La tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cenit de un nuevo día
amenguará tu sombra solitaria.
Mas no es tu fiesta el Ultramar lejano,
sino la ermita junto al manso río;
no tu sandalia el soñoliento llano
pisará, en la arena del hastío.
Muy cerca está, romero,
la tierra verde y santa y florecida
de tus sueños; muy cerca, peregrino
que desdeñas la sombra del sendero
y el agua del mesón en tu camino.



Antonio Machado

Me dijo un tarde

-- de Antonio Machado --

Me dijo una tarde
de la primavera:
Si buscas caminos
en flor en la tierra,
mata tus palabras
y oye tu alma vieja.
Que el mismo albo lino
que te vista sea
tu traje de duelo,
tu traje de fiesta.
Ama tu alegría
y ama tu tristeza,
si buscas caminos
en flor en la tierra.
Respondí a la tarde
de la primavera:
Tú has dicho el secreto
que en mi alma reza:
yo odio la alegría
por odio a la pena.
Mas antes que pise
tu florida senda,
quisiera traerte
muerta mi alma vieja.



Antonio Machado

Pegasos, lindos pegasos

-- de Antonio Machado --

Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.
...................................
Yo conocí, siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!



Marilina Rébora

la hormiga

-- de Marilina Rébora --

La hormiga
sin saber que es domingo, ruidoso día de fiesta,
va llevando su carga la minúscula hormiga:
el trozo de una hoja en perfilada cresta
columpiase oscilante sin impedir que siga.
Apenas se apresura, que caminar le cuesta,
y se esfuerza consciente pues el deber la obliga,
prosiguiendo el sendero, pese a tal lastre, enhiesta,
pero sin detenerse ni demostrar fatiga.
¿Cómo sigue su rumbo el portentoso insecto,
conociendo infalible la dirección que toma?
¿qué indicios lo conducen por previsto trayecto
y alcanzar sin perderse el lugar donde vive?
¿será acaso la brisa? ¿o tal vez el aroma?
¿quizá la propia tierra por su altura o declive?
¿cuál será la conciencia de un obrar tan perfecto?



Mario Benedetti

el aguafiestas falta sin aviso

-- de Mario Benedetti --

El aguafiestas no ha venido esta tarde
josé lezama lima
tal vez se le olvidó tu santo y seña
después de todo no es tan importante
no va a flamear el cielo por su ausencia
ayúdate secúndate solázate
búscate en la quimera de los otros
inventa tus estrellas y repártelas
besa los nombres en sus dos mejillas
deja que el corazón te elija el mundo
abrázate del miedo y no lo sueltes
vuélvete sombra pero no te envicies
sálvate de turbiones y de nieblas
ponte el otoño con su sol de gala
libérate en las manos que te avisan
descúbrete en los ojos que te nombran
ya no vendrá deslígate distánciate
de su resuello de sus sortilegios
de sus malas noticias de su rabia
no dejes que te ensalme de amargura
defiende como loba tu alegría
el tiempo no diseña el pasatiempo
el canto no reclama el desencanto
el viento no vindica el aspaviento
la fiesta no perdona al aguafiestas



Mario Benedetti

memorándum

-- de Mario Benedetti --

Uno llegar e incorporarse al día
dos respirar para subir la cuesta
tres no jugarse en una sola apuesta
cuatro escapar de la melancolía
cinco aprender la nueva geografía
seis no quedarse nunca sin la siesta
siete el futuro no será una fiesta
y ocho no amilanarse todavía
nueve vaya a saber quién es el fuerte
diez no dejar que la paciencia ceda
once cuidarse de la buena suerte
doce guardar la última moneda
trece no tutearse con la muerte
catorce disfrutar mientras se pueda



Mario Benedetti

una mujer desnuda y en lo oscuro

-- de Mario Benedetti --

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda
una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan
una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo
una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.



Medardo Ángel Silva

Añoranzas (Silva)

-- de Medardo Ángel Silva --

Y fue en Versailles, en la dorada fiesta
—¡oh eglógica pastora deliciosa!—
que te ofrendé mi amor en una rosa,
al arrullo sonoro de la orquesta.

El alma al sueño de la dicha, presta,
abrevió su existencia dolorosa
al pronunciar tus labios la amorosa
confesión pasional, en la floresta...

Todo volvióse para mí risueña:
la luz, el lago, el parque y las canciones
de la fontana que arrulló mi ensueño.

Y cabe los perfumes de las frondas,
renacieron mis blancas ilusiones
bajo la seda de tus crenchas blondas.



Medardo Ángel Silva

Reminiscencia griega

-- de Medardo Ángel Silva --

Pan recobró su otoñal caramillo
y hace vibrar la dorada floresta
y es en un claro del bosque amarillo
danza rosada de ninfas en fiesta.

Sombras desnudas temblando en la brisa
siempre más fina, más suave, más leve,
mientras el agua la imagen precisa
de piernas rosas y cuerpos de nieve.

De lo más negro del bosque fragante,
como la sangre se va de la herida,
fluye la voz pastoril y galante
del armonioso instrumento panida.

Suave se riza la yerba menuda
bajo el jazmín de los pies nacarados
y va borrando la danza desnuda
la sombra gris de los sueños pasados...

¡Y es un dolor armonioso, una angustia
imprecisible, una amargura ambigua
ver tan lejana la dulce edad mustia
y la belleza de esta tarde antigua...!



Miguel Unamuno

Hidetodo

-- de Miguel Unamuno --

Pordiosero en besana de rastrojo
á la mejor de Dios mata la siesta,
el día, como todos, le es de fiesta,
horro de cuita y quito está de antojo.

No le hace á su zurrón mella el gorgojo,
todo es cañada para él, sin Mesta,
la cama tiene en donde quiera puesta,
ni el sol le escalda ni le escuece el tojo.



Nicolás Fernández de Moratín

oda a los días del coronel don josé cadalso

-- de Nicolás Fernández de Moratín --

Hoy celebro los días
de mi dulce poeta,
del trágico dalmiro,
blasón de nuestra escena.
Venga la hermosa filis
y mi dorisa, venga
dorisa, la que canta
con la voz de sirena.
Brindaremos alegres
hasta perder la cuenta,
en las tazas penadas,
del oloroso néctar.
O si más nos agrada
la antigua usanza nuestra,
muchachos diligentes,
sacad la pipa añeja.
Y en aquel mar de vino,
como naves de guerra
naden con altas asas
las anchas tembladeras.
Bien hayan nuestros padres,
que en sus bárbaras mesas
bebieron con toneles,
brindaron en gamellas.
Así hacerlo debemos,
dalmiro, y vayan fuera
los cuidados molestos
que la vida atropellan.
Y si viene la muerte,
en semblante severa,
no podrá ya quitarnos
la celebrada fiesta.
Pues si para evitarla
no sirve la tristeza,
y es su venida al hombre
tan pronta, como cierta,
brindemos muchas veces
el tiempo que nos queda,
dancemos y cantemos,
y déjala que venga.



Juan Gelman

nota xii

-- de Juan Gelman --

A manuel scorza
los sueños rotos por la realidad
los compañeros rotos por la realidad
los sueños de los compañeros rotos
¿están verdaderamente rotos perdidos nada
se pudren bajo tierra? ¿su rota luz
diseminada a pedacitos bajo tierra? ¿alguna vez
los pedacitos se van a juntar?
¿va a haber la fiesta de los pedacitos que se reúnen?
y los pedacitos de los compañeros ¿alguna vez sejuntarán?
¿caminan bajo tierra para juntarse un día como dicemanuel? ¿se
juntarán un día?
de esos amados pedacitos está hecha nuestra concreta soledad
per dimos la suavidad de paco la tristeza de haroldo lalucidea de
rodolfo el coraje de tantos
ahora son pedacitos desparramados bajo todo el país
hojitas caídas del fervor la esperanza la fe
pedacitos que fueron alegría combate confianza
en sueños sueños sueños sueños
y los pedacitos rotos del sueño ¿se juntaránalguna vez?
¿se juntarán algún día pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos al tejido delsueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?



Juan Meléndez Valdés

Ora pienso yo ver a mi señora

-- de Juan Meléndez Valdés --

Ora pienso yo ver a mi señora
de donosa aldeana, y que el cabello
libre le vaga por el alto cuello,
cantando alegre al despertar la Aurora:

Ya en pellico y callado de pastora
los corderillos guía, y suelta al vellos
por el prado brincar corre en pos de ellos;
ya en ocio blando en la cabaña mora.

Tierna ora ríe, y va cogiendo flores:
a caza ora tras ella el monte sigo;
y bailar en la fiesta ora la veo.

Así ausente me alivio en mis dolores;
y aunque sueño de amor es cuanto digo,
el alma siente un celestial recreo.



Juan Ramón Jiménez

la fiesta

-- de Juan Ramón Jiménez --

Todos los días yo soy
yo. Pero ¡qué pocos días
soy yo!
todos los días el cielo
vive en mis ojos. Mas ¿cuándo
es dios?
todos los días me hablas.
Y ¡qué pocas veces oigo
tu voz!



Juan Ramón Jiménez

Domingo de Primavera

-- de Juan Ramón Jiménez --

N pájaro, en la lírica calma del mediodía
Canta bajo los mármoles del palacio sonoro;
Sueña el sol vivos fuegos en la cristalería,
En la fuente abre el agua su cantinela de oro.

Es una fiesta clara con eco cristalino:
En el mármol el pájaro; las rosas en la fuente;
¡Garganta fresca y dura! ¡azul, dulce, argentino
Llorar, sobre la flor satinada y reciente!

Es un ensueño real, voy, colmado de gracia,
Soñando, sonriendo, por las radiantes losas.
Henchida el alma de la pura aristocracia
De la fuente, del pájaro, del olor de las rosas.



Juan Ruiz Arcipreste de Hita

libro de buen amor 76

-- de Juan Ruiz Arcipreste de Hita --

Día de quasimodo iglesias et altares
vi llenos de alegrías, de bodas e cantares,
todos avíen grand' fiesta, fasíen grandes yantares,
andan de boda en boda clérigos e juglares.
Los que antes son solos, desque eran casados
veíalos de dueñas estar acompañados,
pensé cómo oviese de tales gasajados,
ca omen que es solo siempre piensa coydados.
Fis' llamar trotaconventos la mi vieja sabida,
presta e plasentera de grado fue venida,
roguel' que me catase alguna tal garrida,
ca solo, sin compaña, era penada vida.
Díxome, que conosçía una viuda loçana,
muy rica, e bien moça, e con mucha ufana:
dis': «arçipreste, amad ésta, yo iré allá mañana,
et si esta recabdamos, nuestra obra non es vana.»
Con la mi vejesuela enviele ya qué
con ella estas cántigas que vos aquí trobé,
ella non la erró, e yo non le pequé,
si poco ende trabajé, muy poco ende saqué.
Asás fiso mi vieja quanto ella faser pudo,
mas non pudo trabar, atar, nin dar nudo,
tornó a mí muy triste e con corazón agudo;
dis': «do non te quieren mucho, non vayas a menudo.»
Lt;lt;lt;
índice de la obra
gt;gt;gt;



Julio Herrera Reissig

Terminación de la fiesta. Despedidas y quejas. Llueve. Desfile de la concurrencia

-- de Julio Herrera Reissig --

Suenan galanteos y besos y adioses:
Se marchan los Papas de ceño fruncido.
Las Brujas, los Duendes de acento fingido,
Se marchan los Reyes, se marchan los Dioses,
Y todos se marchan... Ya todos se han ido...!
Pasaron volando las cuatro Estaciones,
Los bellos Ocasos, las bellas Auroras,
Endriagos, Quimeras, Esfinges, Dragones,
Hidras y Centauros y Furias traidoras
Y Gnomos y Faunos y Meses y Horas.
Se apagan las luces. El viejo Castillo
Se esfuma, se borra. Cuatro campanadas
Da el Reloj. (Sus botas perdió Pulgarcillo
Y una bruja loca lo lleva a la grupa).
Negras Amazonas pasan a horcajadas
En palos de escoba; y el negro corrillo
De sombras eternas zumbando se agrupa...!
Zumbando se agrupa...!
(Llueve). Los Ciclones tocan en sus flautas
Su inmenso silbido.
Los viejos Ciclones tocan en sus flautas,
las Sirenas lloran, las Ninfas se quejan.
(El viejo Patriarca se queda dormido).
Pasan Unicornios, Monstruos y Argonautas...
Ya todos se han ido, ya todos se alejan,
Ya todos se alejan, ya todos se han ido...
Se quejan
se alejan...
Se han ido...!



Evaristo Ribera Chevremont

noche de san juan

-- de Evaristo Ribera Chevremont --

Esta noche coruscan soles despavoridos
entre nubes monstruosas y en amontonamiento.
En la ciudad, cortada de voces y de ruidos,
vense irradiar los focos con enardecimiento.

Los buques aparecen negruzcos, irreales,
febriles, sonambólicas sus iluminaciones,
en el fuliginoso betún de los canales.
Las luces en el agua con finas reflexiones.

Su amplio fanal proyecta la farola del fuerte
sobre el mar, donde cárvase la endemoniada ola.
De orillas a horizontes, hervor blanco se advierte.
Alumbra las espumas la luz de la farola.

Música de otro tiempo desparrama la orquesta.
Ebulle el populacho, vivaz la fantasía.
Irrumpen en la noche de bullaje y de fiesta
los fuegos de artificio -fuego y policromía.



Francisco Sosa Escalante

El baile

-- de Francisco Sosa Escalante --

Sus gratos sones melodiosa orquesta
Esparce por doquier, y las bujías
Derraman blanca luz, las alegrías
Iluminando de la hermosa fiesta.

Lucen su talle cual de palma apuesta,
Hechizos prodigando y simpatías,
Beldades seductoras cual los días
De Abril encantador en la floresta.

Rumor, cual nace al agitar sus alas
La brisa juguetona entre las flores,
De goce embriagador llena las salas,

Crujir de sedas, suspirar de amores,
De ardiente juventud todas las galas
Y el olvido de todos los dolores.



José Martí

la imagen del rey, por ley,

-- de José Martí --

xxix
la imagen del rey, por ley,
lleva el papel del estado:
el niño fue fusilado
por los fusiles del rey.
Festejar el santo es ley
del rey: y en la fiesta santa
¡la hermana del niño canta
ante la imagen del rey!



José Martí

la copa envenenada

-- de José Martí --

¡desque toqué, señora, vuestra mano
blanca y desnuda en la brillante fiesta,
en el fiel corazón intento en vano
los ecos apagar de aquella orquesta!
del vals asolador la nota impura
que en sus brazos de llama suspendidos
rauda os llevaba al corazón sin cura,
repítenla amorosos mis oídos.
Y cuanto acorde vago y murmurío
ofrece al alma audaz la tierra bella,
fíngelos el espíritu sombrío
tenue cambiante de la nota aquella.
¡Óigola sin cesar! al brillo, ciego,
en mi torno la miro vagarosa
mover con lento son alas de fuego
y mi frente a ceñir tenderse ansiosa.
¡Oh! mi trémula mano bien sabría
al aire hurtar la alada nota hirviente
y, con arte de dulce hechicería,
colgando adelfas a la copa ardiente,
en mis sedientos brazos desmayada
daros, señora, matador perfume:
mas yo apuro la copa envenenada
y en mí acaba el amor que me consume.
4 De marzo.



Blas de Otero

digo vivir

-- de Blas de Otero --

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.
(Siempre la sangre, oh dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de lo que escribo.
Porque escribir es viento fugitivo,
y publicar, columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso, airada-
mente morir, citar desde el estribo.
Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.
Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.



Carolina Coronado

la alegría del poeta escribiendo en un álbum

-- de Carolina Coronado --

Levanta lira caída;
ven, que el dolor te convida
con mil tonos acordados
tengan también en la vida
su fiesta los desdichados.
No temas ¡oh!que en tu acento
vaya el mundo a sorprender
vuestro ignorado tormento...
Lo mismo ha de comprender
tu canción que mi lamento.
¿Qué sabe si son gemidos,
canto risa, imprecaciones
lo que en mis trovas he oído?
la turba escucha el sonido
sin sentir sus vibraciones.
Y si al fin para ella iguales
son mis dichas y mis males,
alégrala con gemidos,
y broten en cien raudales
mis pesares comprimidos.
El mundo, arpa mía, en tanto
torpe nos envidiará
el ignorado quebranto:
¡y en cambio de nuestro canto
sus aplausos nos dará!
así el ciego musiquillo
discorde violín pulsando,
con monótono estribillo,
marcha su infantil corrillo
por las calles alegrando.
Canta, y su voz tembladora
el pecho anciano quebranta;
el niño que aplaude, ignora
que es más grande que el que llora
¡el infortunio que canta!



Carolina Coronado

una fiesta dedicada a la reina gobernadora

-- de Carolina Coronado --

Ya el enemigo de la patria mía,
el genio de la guerra destructora
dobla rabioso la falange impía
ante la paz gloriosa y vencedora.
Cesó el llanto y la sangre y la agonía
que derramó la espada vengadora
y tras del triste y pavoroso día
luce risueña suspirada aurora.
Ya de cristina el genio prepotente
venció de carlos la arrogancia altiva,
que doblegando la orgullosa frente
el ramo ofrece de apacible oliva;
cantemos, o cristina, la victoria,
que a españa da la paz, y a vos la gloria.



Rafael Pombo

Pastorcita

-- de Rafael Pombo --

Pastorcita perdió sus ovejas
¡y quién sabe por dónde andarán!
-No te enfades, que oyeron tus quejas
y ellas mismas bien pronto vendrán.

Y no vendrán solas, que traerán sus colas,
Y ovejas y colas gran fiesta darán.
Pastorcita se queda dormida,
Y soñando las oye balar.

Se despierta y las llama enseguida,
Y engañada se tiende a llorar.
No llores, pastora, que niña que llora
Bien pronto la oímos reír y cantar.

Levantóse contenta, esperando
Que ha de verlas bien presto quizás;
Y las vio; mas dio un grito observando
Que dejaron las colas detrás.

Ay mis ovejitas ¡pobres raboncitas!
¿dónde están mis colas? ¿no las veré más?
Pero andando con todo el rebaño
Otro grito una tarde soltó,
Cuando un gajo de un viejo castaño
Cargadito de colas halló.

Secándose al viento, dos, tres, hasta ciento,
Allí unas tras otra ¡colgadas las vio!
Dio un suspiro y un golpe en la frente,
Y ensayó cuanto pudo inventar,
Miel, costura, variado ingrediente,
Para tanto rabón remendar;
Buscó la colita de cada ovejita
Y al verlas como antes se puso a bailar



Ramón López Velarde

transmútase mi alma...

-- de Ramón López Velarde --

Transmútase mi alma...
Transmútase mi alma en tu presencia
como un florecimiento,
que se vuelve cosecha.
Los amados espectros de mi rito
para siempre me dejan;
mi alma se desazona
como pobre chicuela
a quien prohíben en el mes de mayo
que vaya a ofrecer flores en la iglesia.
Mas contemplo en tu rostro
la redecilla de medrosas venas,
como una azul sospecha
de pasión, y camino en tu presencia
como en campo de trigo en que latiese
una misantropía de violetas.
Mis lirios van muriendo, y me dan pena;
pero tu mano pródiga acumula
sobre mí sus bondades veraniegas,
y te respiro como a un ambiente
frutal; como en la fiesta
del corpus respiraba hasta embriagarme
la fruta del mercado de mi tierra.
Yo desdoblé mi facultad de amor
en liviana aspereza
y suave suspirar de monaguillo;
pero tú me revelas
el apetito indivisible, y cruzas
con tu antorcha inefable
incendiando mi pingüe sementera.



Ramón López Velarde

Trasmútase mi alma

-- de Ramón López Velarde --

Trasmútase mi alma en tu presencia
como un florecimiento,
que se vuelve cosecha.

Los amados espectros de mi rito
para siempre me dejan;
mi alma desazona
como pobre chicuela
a quien prohiben en el mes de mayo
que vaya a ofrecer flores en la iglesia.

Mas contemplo en tu rostro
la redecilla de medrosas venas,
como un azul sospecha
de pasión, y camino en tu presencia
como en campo de trigo en que latiese
una misantropía de violetas.

Mis lirios van muriendo, y me dan pena;
pero tu mano pródiga acumula
sobre mí sus bondades veraniegas,
y te respiro como a un ambiente
frutal; como en la fiesta
del Corpus respiraba hasta embriagarme
la fruta del mercado de mi tierra.

Yo desdoblé mi facultad de amor
en liviana aspereza
y suave suspirar de monaguillo;
pero tú me revelas
el apetito indivisible, y cruzas
con tu antorcha inefable
incendiando mi pingüe sementera.



Rubén Bonifaz Nuño

y nuevamente abril a flor de cielo...

-- de Rubén Bonifaz Nuño --

Y nuevamente abril a flor de cielo
abre tus manos tibias, y yo canto
el júbilo entrañable y el espanto
que en mi sangre derramas con tu anhelo.

Amo la gravidez del alma, el vuelo
por la caricia que hasta ti levanto,
y el fuego triste hallado en el quebranto
de la distancia - aborrecible velo - .

Amor: abril, tu cómplice, desvía
la ruta del temor que disminuye
y disfraza de fiesta su agonía.

Eres abril de nuevo, amor, y nada
escapa de tu ser: todo confluye
a cobrar plenitud en tu mirada.



Rubén Darío

cantos de vida y esperanza iv

-- de Rubén Darío --

- yo soy gaspar. Aquí traigo el incienso.
Vengo a decir: la vida es pura y bella.
Existe dios. El amor es inmenso.
¡Todo lo sé por la divina estrella!
- yo soy melchor. Mi mirra aroma todo.
Existe dios. Él es la luz del día.
La blanca flor tiene sus pies en lodo.
¡Y en el placer hay la melancolía!
- soy baltasar. Traigo el oro. Aseguro
que existe dios. Él es grande y fuerte.
Todo lo sé por el lucero puro
que brilla en la diadema de la muerte.
- Gaspar, melchor y baltasar, callaos.
Triunfa el amor, y a su fiesta os convida.
¡Cristo resurge, hace la luz del caos
y tiene la corona de la vida!
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Rubén Darío

A Amado Nervo (Rubén Darío)

-- de Rubén Darío --

La tortuga de oro camina por la alfombra
y traza por la alfombra un misterioso estigma;
sobre su carapacho hay grabado un enigma
y círculo enigmático se dibuja en su sombra.

Esos signos nos dicen al Dios que no se nombra
y ponen en nosotros su autoritario estigma:
ese círculo encierra la clave del enigma
que a Minotauro mata y a la Medusa asombra.

Ramo de sueños, mazo de ideas florecidas
en explosión de cantos y en floración de vidas,
sois mi pecho suave, mi pensamiento parco.

Y cuando hayan pasado las sedas de la fiesta,
decidme los sutiles efluvios de la orquesta
y lo que está suspenso entre el violín y el arco.



Rubén Darío

Canción de Carnaval

-- de Rubén Darío --

Le carnaval s'amuse!

Viens le chanter, ma Muse...

BANVILLE.

, La máscara apresta,
Ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
Del carnaval.



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