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Abraham Valdelomar

Abre el pozo...

-- de Abraham Valdelomar --

Abre el pozo su boca, como vieja pupila
sin lágrimas. El ñorbo se envejeció trepando.
El horno que en la pascua cociera el bollo blando,
como una gran tortuga, silenciosa, vigila.

La araña en los rincones, nerviosa y pulcra, hila
la artera geometría de su malla enredando.
Las abejas no vienen de libar, como cuando
miel destilaba el pecho que ahora dolor destila.

Los restos de mi dulce niñez busco en la oscura
soledad de las salas, en el viejo granero,
y sólo encuentro la honda tristeza del pasado.

El corazón me lleva por el viejo granero
y encuentro en los despojos, viejo, decapitado
el caballo de pino del que fui caballero.

Poema Abre el pozo... de Abraham Valdelomar con fondo de libro

Abraham Valdelomar

Cobardía (Valdelomar)

-- de Abraham Valdelomar --

Abre el pozo su boca, como vieja pupila
sin lágrimas. El ñorbo se envejeció trepando.
El horno que en la pascua cociera el bollo blando,
como una gran tortuga, silenciosa, vigila.

La araña en los rincones, nerviosa y pulcra, hila
la artera geometría de su malla enredando.
Las abejas no vienen de libar, como cuando
miel destilaba el pecho que ahora dolor destila.

Los restos de mi dulce niñez busco en la oscura
soledad de las salas, en el viejo granero,
y sólo encuentro la honda tristeza del pasado.

El corazón me lleva por el viejo granero
y encuentro en los despojos, viejo, decapitado
el caballo de pino del que fui caballero.

Poema Cobardía (Valdelomar) de Abraham Valdelomar con fondo de libro

Alberti

A ROSA DE ALBERTI

-- de Alberti --

Rosa de Alberti allá en el rodapié
del mirador del cielo se entreabría,
pulsadora del aire y prima mía,
al cuello un lazo blanco de moaré.

El barandal del arpa, desde el pie
hasta el bucle en la nieve, la cubría.
Enredando sus cuerdas, verdecía,
alga en hilos, la mano que se fue.

Llena de suavidades y carmines,
fanal de ensueño, vaga y voladora,
voló hacia los más altos miradores.

¡Miradla querubín de querubines,
del vergel de los aires pulsadora.
Pensativa de Alberti entre las flores!

Poema A ROSA DE ALBERTI de Alberti con fondo de libro

Amado Nervo

el beso fantasma

-- de Amado Nervo --

Para rubén m. Campos.
Yo soñé con un beso, con un beso postrero
en la lívida boca del señor solitario
que desgarra sus carnes sobre el tosco madero
en el nicho más íntimo del vetusto santuario.
Cuando invaden las sombras el tranquilo crucero,
parpadea la llama de la luz del sagrario,
y agitando en el puño su herrumbroso llavero,
se dirige a las puertas del recinto el ostiario.
Con un beso infinito, cual los besos voraces
que se dan los amados en la noche de bodas,
enredando sus cuerpos como lianas tenaces...
Con un beso que fuera mi palladium bendito
para todas las ansias de mi ser, para todas
las caricias bermejas que me ofrece el delito.



Francisco de Aldana

¿Cuál es la causa?

-- de Francisco de Aldana --

—¿Cuál es la causa, mi Damón, que estando
en la lucha de amor juntos, trabados,
con lenguas, brazos, pies y encadenados
cual vid que entre el jazmín se va enredando,

y que el vital aliento ambos tomando
en nuestros labios, de chupar cansados,
en medio a tanto bien somos forzados
llorar y sospirar de cuando en cuando?

—Amor, mi Filis bella, que allá dentro
nuestras almas juntó, quiere en su fragua
los cuerpos ajuntar también, tan fuerte

que no pudiendo, como esponja el agua,
pasar del alma al dulce amado centro,
llora el velo mortal su avara suerte.



Roberto Juarroz

si uno encuentra de pronto que lleva entre las manos

-- de Roberto Juarroz --

Si uno encuentra de pronto que lleva entre las manos
un ramo del color de los niños perdidos
o de los ojos de los muertos,
ya no puede seguir doblando las esquinas,
ni doliéndole como siempre a las ventanas,
ni haciendo un torniquete del pasado
entre espirales de perros
y oraciones sin dios.
Es preciso entonces conseguir un lugar
donde el amor y la luna
se expendan en envases separados
y la muerte baje por una ranura y no muy cara.
Y es preciso sellar bien los cabellos,
aunque no se los corte,
para que no sigan enredando a la gente
y convirtiéndola en árboles.
Y entonces, sobre todo,
es preciso callar
y devolver.



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