Buscar Poemas con Encendiendo


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Se han encontrado 7 poemas con la palabra encendiendo

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Olga Orozco

las muertes

-- de Olga Orozco --

He aquí unos muertos cuyos huesos no blanqueará la lluvia,
lápidas donde nunca ha resonado el golpe tormentoso de la pieldel lagarto,
inscripciones que nadie recorrerá encendiendo la luz de algunalágrima;
arena sin pisadas en todas las memorias.
Son los muertos sin flores.
No nos legaron cartas, ni alianzas, ni retratos.
Ningún trofeo heroico atestigua la gloria o el oprobio.
Sus vidas se cumplieron sin honor en la tierra,
mas su destino fue fulmíneo como un tajo;
porque no conocieron ni el sueño ni la paz en los infames lechosvendidos por la dicha,
porque sólo acataron una ley más ardiente que laávida gota de salmuera.
Esa y no cualquier otra.
Esa y ninguna otra.
Por eso es que sus muertes son los exasperados rostros de nuestra vida.

Poema las muertes de Olga Orozco con fondo de libro

José Ángel Buesa

poema del río

-- de José Ángel Buesa --

Únicamente el río conoce tu secreto,
ese secreto tuyo que es el secreto mío.
El río es un hombre de corazón inquieto
pero el amor se aleja como el agua del río.
Únicamente el río nos vio por la vereda,
y el rumor de sus aguas era como un reproche.
Tu piel era más blanca bajo la magra seda,
como el deslumbramiento de la nieve en la noche.
No importa que huya el agua como un amor de un día;
mi amor, igual que el río, se quedará aunque huya.
Únicamente el río supo que fuiste mía,
para que mí alma fuera profundamente tuya.
El río es como un viaje para el sueño del hombre,
el hombre, es como el río, un gran dolor en viaje.
Únicamente el río te oyó decir mí nombre
cuando las hojas secas decoraron tu traje.
Sí. El río es como un hombre de corazón inquieto
que va encendiendo hogueras y se muere de frío.
Únicamente el río conoce tu secreto.
Únicamente el río.

Poema poema del río de José Ángel Buesa con fondo de libro

Antonio Machado

Tenue rumor de túnicas que pasan

-- de Antonio Machado --

¡Tenue rumor de túnicas que pasan
sobre la infértil tierra! ...
¡Y lágrimas sonoras
de las campanas viejas!
Las ascuas mortecinas
del horizonte humean...
Blancos fantasmas lares
van encendiendo estrellas.
—Abre el balcón. La hora
de una ilusión se acerca..
La tarde se ha dormido
y las campanas sueñan.

Poema Tenue rumor de túnicas que pasan de Antonio Machado con fondo de libro

Nicolás Guillén

el negro mar

-- de Nicolás Guillén --

El negro mar
la noche morada sueña
sobre el mar;
la voz de los pescadores
mojada en el mar;
sale la luna chorreando
del mar.
El negro mar.
Por entre la noche un son
desemboca en la bahía;
por entre la noche un son.
Los barcos lo ven pasar,
por entre la noche un son,
encendiendo el agua fría.
Por entre la noche un son,
por entre la noche un son,
por entre la noche un son. . .
El negro mar.
Ay, mi mulata de oro fino,
ay, mi mulata
de oro y plata,
con su amapola y su azahar,
al pie del mar hambriento y masculino,
al pie del mar.



Juan Gelman

nota vi

-- de Juan Gelman --

Me pregunto qué sería
de la belleza de rodolfo ahora
esa belleza en vuelo lento
que le iba encendiendo ojos
si volaría o no volaría
esta vez que nos derrotaron
por soberbios y ciegosordos
pero tal vez sí volaría
o volaría triste triste
corriendo el mundo con la mano
para mostrar los compañeros
que cayeron por la belleza



Juan Meléndez Valdés

Los tristes recuerdos

-- de Juan Meléndez Valdés --

En este valle, do sin seso ahora
en muda soledad tu malhadado
nombre, ¡ay Fili!, repito, afortunado
decirte osé: «Mi corazón te adora».

Junto a este arroyo, que tu muerte llora,
te hallé cogiendo flores; y turbado
la guirnalda nupcial en tu dorado
cabello puse, y te juré señora.

Allí nos reveló sus deliciosos
misterios la alma Venus, la sagrada
tea encendiendo plácido Himeneo.

¡Ay, dejadme recuerdos dolorosos!
Mi Fili al claro Olimpo fue robada,
y yo en mil ansias fenecer me veo.



Blanca Andreu

muerte pájaro príncipe, un pájaro es un ángel inmaduro

-- de Blanca Andreu --

Muerte pájaro príncipe, un pájaro es unángel inmaduro.
Y así, hablaré de tus manos que se alejan y de las manos de lo hermosísimo ardiendo,
pequeño dios con nariz de ciervo, hermano mío, héroes de alma entrecortada,
niñas de oro hipodérmico que nunca creen morir,
qué aguda la pupila y el filo de los dedos encendiendo la muerte mientras un ángel sobrevuela y pasa de largo
con el pico de plata y de ginebra,
labios del mediodía resuelto en ave sobre tus manos que se alejan y mis manos
y las manos del pequeño ciervo de aire griego salvaje, hermano mío,
y las manos sin venas de los héroes, de las madonas amnésicas.
Mis alas de dolor robadas por tus manos, amor mío, corazón mío pintado de blanco,
mis alas de dolor con botellas agónicas y líquidos que disuelven la vida,
y los labios que te aman en mí y en la convulso,
y la música en trompas delgadísimas, trompetas peraltadas, peraltadas, columnas niñas, qué
sobreagudo el do,
la mirada más alta y la más alta queja,
muerte pájaro príncipe volando,
un pájaro es un ángel inmaduro.



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